Son pocos en España los que no habían oído hablar de Simón Pérez y Silvia Charro, los consultores que se hicieron virales hace siete años por un vídeo en el que recomendaban las hipotecas a tipo fijo bajo la influencia de la cocaína. La mayoría le había perdido la pista a la pareja hasta este verano, cuando Pérez volvió a hacerse viral. Con un marcado deterioro personal, el ex asesor financiero había convertido su espiral de autodestrucción en un espectáculo para miles de espectadores que pagaban por verle beber su propia orina o consumir drogas en directo.
La situación, que recordaba a un capítulo de la serie Black Mirror, y su visible situación de vulnerabilidad abrieron un debate social que acabó con el cierre de sus cuentas en redes sociales, incluida la de Kick, la plataforma de retransmisión en directo desde la que emitía a diario y donde había reunido unos 25.000 seguidores. El temor general era que todo terminara en tragedia ante las cámaras. “Si un día me estoy muriendo, conectad la cámara”, ha dejado dicho Pérez.