Hay algunos aficionados que mantienen que la Feria taurina guipuzcoana tiene unas características parecidas a muchos de los actuales campeonatos de futbol. Se celebra en … dos sedes, Azpeitia y San Sebastián, y con un par de semanas de tiempo entre una y otra. Bien es cierto que no son ferias de carácter similar, comenzando por la categoría de la plaza, pero ambas anuncian tres festejos y los aficionados acuden puntualmente a ambas. Esperemos que esta dualidad se mantenga durante muchos años. La comisión taurina de Azpeitia y la empresa BMF son los garantes de ello.
Jóvenes promesas
Unos días antes de los festejos, Pablo Chopera hablaba de «unos carteles originales». Efectivamente, la definición no era mala, pero debería haberle acompañado otro concepto: el riesgo. La originalidad venía dada por el cartel del Día de la Virgen y la figura del año: José Antonio Morante de la Puebla, además de dos apuestas fuertes como empresarios: un matador muy bisoño, sin demasiado bagaje en sus alforjas taurinas y una novillera, es decir, una mujer en el cartel, algo poco habitual. Y a Morante le coge un toro en Pontevedra y no puede torear. Pocos matadores para la sustitución y vuelta al riesgo: Marco Pérez toreará los cuatro toros en un mano a mano con la novillera.
Este hecho hizo que se resintiera la taquilla. El fenómeno Morante habría tirado, no sólo para su corrida, también para las otras dos. En el Día de la Virgen su ausencia se dejó notar.
En los tendidos, los tres días, muchos jóvenes, sin exagerar. Se anunciaron cinco ganaderías. Una completa de seis toros de ‘El Vellosino’; dos de cuatro. ‘Nuñez del Cubillo’ y ‘Zalduendo’; dos novillos de ‘La Purisima’ y dos toros para rejones de ‘El Capea’. La corrida de ‘El Vellosino’ era preciosa en cuanto a su trapío, pero no respondió. Sin embargo, los toros de ‘Núñez del Cuvillo’ sí cumplieron en el tercio de varas y en la muleta. Quizás la sorpresa fue ‘Zalduendo’, de adecuada presencia. De los dos novillos de ‘La Purisima’, un primero, manso difícil y un segundo colaborador. En los de rejones de ‘El Capea’ un noble toro primero y un manso después.
Alejandro Talavante cortó tres orejas y salió a hombros el día 16. Sus dos faenas fueron diferentes. La primera para la galería, mal construida e improvisada, mientras que en su segundo ya se parecía más al torero que nos gusta. Elegante, dejando llegar al toro. El verdadero triunfador, José María Manzanares. Después de muchos años, recuperamos en Illunbe la figura que añorábamos. El clasicismo, la elegancia, el poderoso que obliga al toro a conocer quien manda en el ruedo.
Extraordinario Guillermo Hermoso de Mendoza. Excelente dominio del toreo a caballo, llegando al público. Salida triunfal a hombros. Poco, o mas bien nada, pudo hacer Borja Jiménez en su primero, que se paró nada más comenzar. Pablo Aguado lo intentó por el pitón derecho en su primero, pero quedó sin premio. A Marco Pérez le pudo la responsabilidad. Estuvo nervioso, precipitado. Tiene madera, pero aún es joven, necesita horas de carretón. Sin embargo, grata sorpresa la de Olga Casado que cortó una oreja en una faena inteligente a un novillo manso y hasta peligroso. En su segundo, demostró que sabe torear y que a poco que le ayuden los toros puede convertirse en una gran figura femenina de la Fiesta.
Figuras a la altura
Mas lejos nos quedan los Sanignacios. Pero en la retina está la gran corrida de ‘Ana Romero’. Lucas Carrasco envió a Azpeitia un encierro cuajado, sin perder las hechuras del encaste y que propició una gran tarde. Joaquim Grave volvió a Azpeitia después de su gran triunfo de 2024 con un encierro serio. Los toros de Loreto Charro y ‘La Palmosilla’ no respondieron en absoluto.
Como nombres propios, Borja Jiménez y Daniel Luque que, con dos orejas cada uno, salieron en hombros. Un apéndice cortaron Juan Ortega, José Fernando Molina, Morenito de Aranda y Tomás Rufo. Morante no cortó trofeos, pero dejó un buen sabor de boca. Otro año más la afición satisfecha por tres carteles redondos, el deber cumplido por parte de la Comisión.