Investigadores australianos han utilizado un innovador método de detección del genoma completo para identificar genes, y sus proteínas codificadas, que desempeñan papeles críticos en la prevención del desarrollo del linfoma, revelando nuevos objetivos de tratamiento potenciales para estos cánceres de la sangre. El estudio, publicado en ‘Nature Communications’, ha identificado un grupo de proteínas conocidas como …
Investigadores australianos han utilizado un innovador
método de detección del genoma completo para identificar genes, y sus proteínas
codificadas, que desempeñan papeles críticos en la prevención del desarrollo
del linfoma, revelando nuevos objetivos de tratamiento potenciales para estos
cánceres de la sangre.
El estudio, publicado en ‘Nature Communications’, ha
identificado un grupo de proteínas conocidas como el complejo GATOR1 como
supresores tumorales esenciales. El complejo GATOR1 normalmente funciona como
un freno del crecimiento celular al regular las vías que controlan el
crecimiento y el metabolismo celular. Cuando los componentes de GATOR1 se
pierden o son defectuosos, este mecanismo protector falla, lo que permite que
las células crezcan sin control.
La investigación es una colaboración entre el Instituto de
Investigación del Cáncer Olivia Newton-John (ONJCRI), WEHI y el Centro
Oncológico Peter MacCallum (Australia). El equipo utilizó sofisticados modelos
preclínicos de linfoma agresivo para evaluar sistemáticamente la función de
todos los genes conocidos de este complejo. Su enfoque de cribado exhaustivo
reveló que, cuando falta cualquiera de los genes GATOR1, el desarrollo del
linfoma se acelera drásticamente, lo que identifica al complejo GATOR1 como un
supresor crucial del desarrollo del cáncer de sangre.
«Lo mejor de realizar un cribado CRISPR bien diseñado
es que siempre se encuentra algo. Nuestro enfoque de cribado imparcial analizó
todos los genes, en lugar de solo un subconjunto de ellos. Al no limitar
nuestra investigación a las vías conocidas, encontramos genes y vías supresores
de tumores esperados e inesperados, como GATOR1», ha explicado la coautora
principal Margaret Potts.
Sorprendentemente, los fármacos existentes que se dirigen a
las mismas vías celulares que suele controlar GATOR1 fueron muy eficaces para
ralentizar el crecimiento de los linfomas en modelos preclínicos con
deficiencia de GATOR1. Estos fármacos habían tenido hasta ahora un éxito
limitado en el tratamiento del cáncer, lo que puede deberse a que los
investigadores no habían sido capaces de identificar qué pacientes responderían
bien a estas terapias. «Nuestro artículo inicia la exploración de esta oportunidad
de medicina de precisión», ha destacado Potts.
Por su parte, el profesor Marco Herold, director ejecutivo
de ONJCRI, director de la Escuela de Medicina Oncológica de La Trobe y autor
principal del artículo ha asegurado que el modelo preclínico de linfoma está
impulsado por altos niveles del oncogén MYC, una anomalía que se puede
encontrar en aproximadamente el 70 por ciento de todos los cánceres humanos.
«Cuando falta GATOR1, se elimina un freno crítico que normalmente
ralentiza la malignidad impulsada por MYC», ha añadido.
«Este emocionante descubrimiento proporciona una nueva
perspectiva sobre el desarrollo y la expansión sostenida del cáncer, que
esperamos que sirva de base para el desarrollo de tratamientos más eficaces y
específicos contra el cáncer», ha manifestado Herold.
Según el Observatorio Mundial del Cáncer, en 2022 se
registraron más de 630.000 nuevos casos de linfoma en todo el mundo, lo que
pone de relieve la urgente necesidad de comprender mejor los mecanismos
moleculares que impulsan esta enfermedad.
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