Poco a poco, los fuegos se van controlando en buena parte de España. Pero no la crispación política, que continúa para frustración de una parte de la clase política, que en privado alerta de la erosión que se está haciendo de las instituciones. Las declaraciones del popular Elías Bendodo, llamando «pirómana» a la directora de Protección Civil, elevaron al máximo la tensión. Si bien, el cruce de reproches por las competencias o la falta de medios ha sido una constante, implicando a prácticamente todos.

Desde que Óscar López puso su primer mensaje en las redes sociales criticando a Alfonso Fernández Mañueco, el presidente de Castilla y León, no ha habido un día sin bronca política por la gestión de los incendios. El ministro, por cierto, no ha parado desde entonces, en una hiperactividad en Twitter que ha tenido a Juanma Moreno, el mandatario andaluz, como otro de los protagonistas.

La llamada que Pedro Sánchez hizo hace una semana a los presidentes de las autonomías más afectadas no ayudó a destensar el clima político. Tampoco las comparecencias conjuntas que ha ido manteniendo con ellos, en las que se se hicieron constantes llamamientos a la unidad. Un mensaje vacío, a tenor de lo que después trasladaban sus equipos o formaciones políticas, alimentando el ruido.

La bronca política ha sido total una semana más, en un intento de posar sobre el adversario la responsabilidad de que las llamas avanzaran. Además, los medios de comunicación han ido publicado documentos oficiales que apuntaban a unos y a otros como culpables de no gestionar bien la catástrofe medioambiental. Una estrategia que no dudó en aprovechar Vox, acusando de todo al «bipartidismo» de PP y PSOE.

El clímax de este ambiente político llegó el jueves, precisamente cuando empezaban a llegar por fin buenas noticias sobre la evolución de los incendios. Bendodo compareció ante los medios en la puerta de la sede nacional con el objetivo principal de responder a Virginia Barcones, la directora de Protección Civil, que en la víspera se revolvió ante las peticiones de medios de las comunidades autónomas. «Pirómana», la llamó. Algunos en el propio PP se llevaron las manos a la cabeza.

Varios presidentes autonómicos consultados por este periódico admiten que el político malagueño «se pasó de frenada». «La prueba es que la protagonista no es Barcones y sus críticas a las comunidades, es él… El Gobierno está encantado con la polémica», resumía uno de esos barones. «Desafortunado», lo tachó otro líder regional. Génova, en boca de Dolors Montserrat, le respaldó pero sin hacer uso de la expresión «pirómana» mientras que en las distintas estructuras apostaron por guarda silencio.

«Al final, los ciudadanos van a creer que España es un Estado fallido en el que nada funciona y que sus gobernantes están en el sálvese quien pueda»

Veterano del PP

Tal y como publicó El HuffPost, hay una parte del PP, también del PSOE, que cree que las críticas cruzadas por todo y en todo momento están haciendo «mucho daño» a las instituciones. «Al final, los ciudadanos van a creer que España es un Estado fallido en el que nada funciona y que sus gobernantes están en el sálvese quien pueda», en palabras de un veterano del PP. Son varios los dirigentes de la época de Mariano Rajoy que hacen reflexiones parecidas, pero no los únicos. «La sensación en la calle es que nada funciona…», lamenta este sector.

Paco de la Torre, malagueño como Bendodo, abogaba esta misma semana por el entendimiento entre las dos formaciones. «Es muy bueno que los dos grandes partidos históricos de la democracia española traten de ir hacia el centro, ambos desde su posición… Es bueno solaparse, porque permite cooperar, coordinarse, plantear acuerdos y Pactos de Estado que sean buenos para el país y que piensen en el interés de España por encima de la estrategia de partidos», afirmó el veterano regidor del PP en una entrevista en Antena3. Cabe recordar que la interlocución entre Sánchez y Alberto Núñez Feijóo por los incendios ha sido inexistente.

 

Además, en el caso del PP, está el temor al ascenso de Vox que lejos de disiparse, aumenta. De hecho, son varios los dirigentes populares que creen que los de Santiago Abascal continúan al alza en intención de voto tras las vacaciones de verano, tanto por las polémicas en materia migratoria como también por los incendios. «Sánchez está de salida, las encuestas son demoledoras, pero tenemos que llegar a la Moncloa con una gran base electoral para no estar en manos de Vox«, interpreta un diputado. Un extremo que, de momento, Génova no está logrando.

Según su equipo, Feijóo es «el de siempre». Esto es, un hombre de Estado que cuando esté en Moncloa gobernará «para todos». Pero ahora la consigna en Génova es la de ir contra Sánchez por tierra, mar y aire para no dejar espacio a Vox. En septiembre, presentará un plan migratorio «nítido» para que los españoles sepan su propuesta. Además, los populares esperan que los problemas vuelvan para Sánchez con la apertura de los juzgados. «Están viviendo una alucinación».