GREGORIO LEÓN

La marmita lleva sobre el fuego mucho tiempo. A poco gas. Y así, con paciencia está elaborando el Real Murcia el regreso de David Flakus, el sueño húmedo de miles de aficionados que quedaron seducidos por el delantero en apenas seis meses. Desde el primer día de la planificación de la temporada, su nombre estaba entre los elegidos. En caso de ascenso, el club habría pagado al Club Deportivo Castellón el millón de euros estipulado contractualmente para tenerlo tenerlo en propiedad. En Primera RFEF las circunstancias eran otras, y desfavorables. El futbolista se ha mostrado renuente a descender al tercer escalón del fútbol español, empeñado en jugar en Segunda. Por eso rechazó una oferta suculenta del Tenerife. Pero los minutos que le brindaba en pretemporada el Castellón han desaparecido con la llegada de los partidos oficiales. Y el Murcia ha estado atento, en todo momento. Con la caña.

Flakus tiene encima de la mesa una propuesta generosa del club que preside Felipe Moreno. Desde los despachos de Nueva Condomina se insiste en la prudencia, pero por los resquicios de esa cautela se cuela un optimismo indisimulado. La próxima semana podría haber match entre las dos partes. Es una operación compleja. Flakus tiene amplio mercado internacional, y un planteamiento exterior podría frustrar los planes de Asier Goiria, que guarda silencio sobre los avances en la negociación.