El ciclismo asturiano está de luto por la pérdida de Ramón Fernando García Gutiérrez, quien falleció esta mañana a los 66 años tras una larga enfermedad dejando tras de sí una vida dedicada a este deporte. Poleso de nacimiento y afincado en Gijón, Fernando deja esposa, hija, dos nietos, hermanas y padres, además de un legado deportivo y humano que será recordado con respeto y admiración. El finado es hermano de Loreto García, de la sidrería y restaurante El Madreñeru, de Pola de Siero.
Su relación con la bicicleta se intensificó a partir de los 30 años, cuando decidió entregarse de lleno a la competición. Desde entonces, su nombre quedó ligado al palmarés del ciclismo máster español y, muy especialmente, al asturiano. Fue campeón de España máster 40 en Murcia en 2002, bronce en el Campeonato de España en Béjar en 2011 y campeón de España máster 50 de ciclocross en Segorbe en 2014, logros a los que sumó nada menos que nueve títulos de campeón de Asturias, tanto en ruta como en contrarreloj. Su carácter competitivo le llevó además a participar en varias ediciones del Campeonato del Mundo máster en St. Johann in Tirol, Austria, donde defendió con orgullo el nombre de Asturias.
Más allá de sus triunfos sobre la bicicleta, Fernando también dio un paso al frente como seleccionador nacional, con la responsabilidad de decidir qué ciclistas representarían a España en campeonatos internacionales. Esa faceta le permitió transmitir su experiencia y su visión del deporte a nuevas generaciones, consolidando su figura no solo como corredor, sino también como formador y referente.
Quienes le conocieron destacan de él no solo al deportista incansable y constante, sino también a la persona cercana, generosa y apasionada por el ciclismo. Su compromiso con este deporte fue absoluto, entregando media vida a la bicicleta y convirtiéndose en un ejemplo de esfuerzo, disciplina y amor por este deporte. «Mi hermano hizo mucho por clubes de ciclismo pequeños, por los críos que se arrancaban en el mundo de la bici, y este es simplemente el reconocimiento a una persona que lleva desde los 30 hasta los 60 años dedicado al deporte. Para nosotros es un honor poder despedirle homenajeándole», expresa su hermana Loreto García.
Asturias pierde a un corredor con un palmarés excepcional, pero sobre todo a un hombre querido por los suyos y respetado por compañeros y rivales. Su nombre quedará grabado en la historia del ciclismo máster y en la memoria de todos aquellos que compartieron con él entrenamientos, carreras y amistad. Su familia realizará un pequeño responso en el tanatorio de Gijón-Cabueñes para despedirle mañana, domingo 24 de agosto, en el mismo lugar en el que se encuentra la capilla ardiente y donde posteriormente será incinerado.