Pistoletazo de salida a las esperadas Fiestas Botijeras 2025, una cita que vuelve a teñir las calles de color, música y tradición durante cuatro jornadas … que son el gran acontecimiento del verano para los eldanenses con un programa repleto de encierros, desfiles, música y propuestas para todos los públicos.

El gesto inicial –el Baile de Gala y la coronación de las Botijeras– puso la etiqueta oficial, pero pronto fueron las peñas las que tomaron el pulso real de la calle. Las 43 agrupaciones locales, presentes un año más, han recorrido el trayecto habitual con sus estandartes, botas y porrones; a su paso, limonada casera y el aliento de quienes se arremolinan en la Plaza de la Paz para sumarse al bullicio. Este año, la peña La Botijada asumió un protagonismo especial. Además de portar a la Virgen de Onecha en la procesión cívico-religiosa, fue la encargada del pregón que dio paso al tradicional chupinazo e iluminó la villa para los cuatro días de fiesta.

Los encierros siguen siendo el motor innegable de las fiestas. Al recuerdo de las carreras nocturnas bajo farolas y de los recorridos matinales se unen ahora generaciones enteras que han hecho de estos pasajes taurinos una cita familiar. Los más jóvenes participan en los mini-encierros pensados para ellos y los más veteranos siguen llenando la plaza de toros y las calles del municipio.

La programación estalla en matices. Por las mañanas, el inconfundible despertar de dianas, pasacalles y chocolatadas servidas por peñas como La Botijada, La Lechuga o La Tribu. Por las tardes, propuestas que han ido ganando peso en los últimos años (la popular Guerra de Huevos, organizada por Ángel Antolín con la colaboración de la Peña El Rayo, vuelve a ser imán para los más atrevidos). Y por las noches, verbenas eclécticas que combinan orquestas con sesiones de DJs pensadas para alargar la fiesta hasta la madrugada.

No faltan tampoco los hitos que dan sabor local a esta edición. Las diferentes peñas abrirán sus puertas durante estos días a vecinos y visitantes con bebidas frescas e incluso diferentes bocados para combatir el calor en el recorrido por las peñas.

El apartado cultural tampoco se descuida. El teatro de calle se alterna con concursos taurinos de recortes, saltos y quiebros –con presencia de las Botijeras 2025– y con un espectáculo ecuestre de altura que, según los organizadores, aspira a añadir un matiz distinto al repertorio taurino de la villa.

Más allá del calendario de actos, lo que vuelve a verse en Dueñas es ese mosaico humano que define las Botijeras. Abuelos que repiten rituales, chavales estrenando camisetas de peña, visitantes que vuelven cada año y peñistas que, con sus vasos y su trabajo, sostienen la fiesta. No faltarán, como siempre, los momentos de recogimiento. La procesión y el minuto de silencio en recuerdo de los vecinos fallecidos son recordatorios de que la celebración también es memoria.

Cuatro jornadas en las que la tradición –los encierros, la Virgen de Onecha, las peñas– convive con guiños contemporáneos. Una guerra de huevos convertida en fenómeno intergeneracional, DJ sets para un público joven y propuestas infantiles que permiten disfrutar en familia. Al final, cuando suene el último pasodoble, esté el toro de fuego o se reparta la chocolatada final, Dueñas habrá vuelto a demostrar que sus Fiestas Botijeras son la suma de pequeños ritos que mantienen vivo el latido de un pueblo entero.