África Albalá

23/08/2025


Actualizado a las 19:42h.

Ivana Nikoline Brønlund acababa de dar a luz a su hija, Aviaja-Luuna, el 11 de agosto en un hospital de Hvidovre, próximo a Copenhague (Dinamarca), cuando las autoridades danesas se la arrebataron para llevarla a un hogar de acogida. Lo hicieron después de que no superara las pruebas de «competencia parental», a pesar de que la nueva ley prohíbe el uso de estas controvertidas evaluaciones psicométricas en personas de origen groenlandés.

Ivana nació en Nuuk, capital de Groenlandia, y llegó a formar parte de su selección de balonmano, aunque en la actualidad reside en la península de Jutlandia cerca de Copenhague, según recoge el periódico británico ‘The Guardian’. En abril, las autoridades comenzaron las pruebas para comprobar la idoneidad como madre de esta joven de 18 años; unos test relativamente fáciles de superar para los daneses de etnia nórdica, pero que presentan barreras lingüísticas para los nacidos en la isla más grande del mundo.

A pesar del anuncio de la prohibición de estas pruebas en enero y la entrada en vigor de la ley en junio, los responsables de estas evaluaciones informaron a Ivana de que se llevarían a su hija al nacer. El motivo esgrimido fue el trauma que sufrió a manos de su padre adoptivo, que se encuentra en prisión por abuso sexual, de acuerdo con medios locales. El municipio argumentó que la joven no era lo suficientemente groenlandesa como para que se le aplicara la nueva normativa que prohíbe las pruebas, a pesar de haber nacido en Nuuk de padres groenlandeses.

El caso de Ivana y la pequeña Aviaja-Luuna ha desatado las protestas en Groenlandia, y hay otras previstas en Copenhague, Reikiavik y Belfast. «¡Eternamente agradecida por todo el apoyo que nos están dando a mi querida familia y a mí! Esto es tan cruel, desgarrador y desafortunado…», ha escrito en su cuenta de la red social Facebook, donde también ha compartido algunas de las convocatorias.

En la misma red social, Ivana ha lamentado lo sucedido, pero ha prometido no cejar en su empeño por recuperar a la niña: «Esto es tan desgarrador. Mamá te extraña, mi querida hija. ¡Mami luchará todos los días y siempre para que vuelvas a casa. Te lo prometo, mi niña, nunca me rendiré!». Lo publica mientras las autoridades solo le permiten ver a su bebé una vez cada dos semanas en periodos de dos horas y bajo supervisión. Hasta la fecha, solo ha podido estar con la pequeña 60 minutos y no le dejaron consolarla ni cambiarle el pañal.

Sobre lo sucedido, la ministra danesa de Asuntos Sociales, Sophie Hæstorp Andersen, ha expresado su preocupación y ha solicitado al municipio responsable de la decisión, Høje-Taastrup, que explique su gestión del caso. «No se deben utilizar pruebas estandarizadas en los casos de acogida de familias de origen groenlandés. La ley es clara», ha asegurado.

Por su parte, el municipio ha reconocido públicamente que sus procedimientos no se han gestionado adecuadamente, pero no está adoptando medidas para corregir sus errores irreparables. En este sentido, consideran que actuaron «con la debida diligencia» al contactar con las autoridades responsables de las pruebas, pero admiten que deberían haber vuelto a dirigirse a ellas de nuevo tras los cambios legislativo.

«Estamos en estrecha comunicación con ellos para obtener asesoramiento actualizado lo antes posible. Nuestro único interés es garantizar que se cumplan los requisitos legales de la familia y que se encuentre la mejor solución posible para ella», ha afirmado Anya Krogh Manghezi, directora del área de infancia y juventud del municipio de Høje-Taastrup.

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