Manuel Barragán, un joven sevillano de 23 años, se ha hecho famoso en los últimos días por realizar obras de arte en servilletas de los bares de su ciudad.
Foto: EFE/Fermín Cabanillas
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A Manuel Barragán, un joven de 23 años vecino de Sevilla (sur de España), solo le hace falta una servilleta de un bar y un bolígrafo para crear una obra de arte, y buena cuenta de ello están dando las redes sociales, donde se ha convertido en toda una revelación desde la mesa de cualquier velador de su ciudad.
La cita con Manuel fue en un bar del barrio de Triana, uno de los más populares de Sevilla, donde explicó que todo empezó “con unos amigos tomando una cerveza”; un día pintó La Giralda -la famosa torre de la catedral sevillana- en la servilleta de un bar y subió el dibujo a sus redes sociales, donde tuvo más de 4.500 reacciones positivas.
Había nacido “De servilletas maneras”, la cuenta de Instagram en la que publica sus dibujos y donde, incluso, canaliza las peticiones de la gente.
En su arte hay mucho de inspiración, pero también de formación: “Creo que desde siempre he estado pintando en casa, y en el colegio fue cuando verdaderamente mis padres se dieron cuenta de que había ahí una afición y podía desarrollarse”.
Estudió en la Escuela de Arte de Sevilla y con el paso de los años probó el dibujar con bolígrafo en servilletas, un arte tan llamativo como complicado porque “es una técnica que, al final, no tiene retorno”, ya que no existe la posibilidad de borrar los errores.
“Si fallas, fallas, e incluso puede explotar el boli con la tinta y caer al papel, y hay que empezar de nuevo el dibujo”, afirmó, mientras realizaba un retrato durante la entrevista ante los ojos de clientes y hosteleros. Sus amigos, aseguró, son los principales promotores de su arte: “No solo no se quejan de que me pare en mitad de la calle a dibujar, sino que incluso me animan a que lo haga”.
Para desarrollar su trabajo es necesario tener una servilleta lisa, sin dibujos, mensajes ni logotipos.
En su cuenta de Instagram suma centenares de reacciones a cada dibujo, desde el Vaticano y el Coliseo, hasta el Papa o el desaparecido cantaor flamenco Camarón de la Isla. Una fama que, dijo, “está siendo algo súper intenso, y súper bonito también”.