Alicia Alonso (1981) emprende un nuevo desafío en su actual recorrido, en el que combina despachos y banquillos. La exjugadora segoviana, ya un rostro clásico y familiar del escenario baloncestístico menorquín, es la nueva ‘jefa’ de la factoría del CB Es Castell, a la que se incorpora con un doble objeto; afianzar y abundar en la apuesta y labor que está desarrollando el club en categorías de formación; e incrementar, en volumen e impacto, el trabajo y presencia de la sección femenina a todos los niveles.

Lleva tres semanas en el club. Más allá de lo que ya conocía, ¿cuál es su impresión?

—La impresión está siendo muy buena. Estoy muy contenta aquí. No esperaba la oferta, pero fue una satisfacción poder firmar por este club, me hizo mucha ilusión. Ya conocía su forma de trabajar y a mucha gente de aquí. Gente sencilla, humilde, que está logrando que el club crezca y que el pueblo cada vez se sienta cada vez más identificado con el proyecto.

¿Qué le transmite, qué le pide Tomeu Vanrell cuando contacta con usted?

—Me comentó que Es Castell es un club con deseos de seguir creciendo. Y para mi es fundamental la apuesta que están haciendo por las dos vertientes, masculina y femenina. Es cierto que a nivel femenino no hay tanto volumen de niñas, pero el club en ese sentido se está preocupando. El presidente me llama a diario, se interesa por todo. Es una persona muy sencilla, y consciente del proyecto que maneja. Me transmite mucha confianza y tranquilidad.

Uno de sus objetivos es potenciar la cantera, incrementar el número de fichas. De hecho, cuentan con más equipos que nunca, pero se advierte todo un reto al convivir tan cerca de Alcázar, La Salle, Sant Lluís. ¿Hasta qué punto eso condiciona o limita el margen para poder crecer?

—Cuando llegué a la Isla me sorprendió la gran cantidad de equipos y de baloncesto que hay aquí. Sí, convivir tan cerca de tantos clubes nos complica más las cosas, hay mucha competencia. Pero tenemos un buen grupo de trabajo, gente con ideas. Se trata de saber reinventarse, confiar en nuestra labor, estar implicados y trabajar día a día. Y Es Castell todo eso lo tiene, por lo que no dejaremos de trabajar. Aquí se empezó con pocos niños y    mira donde está ahora el club. Si no se trabaja sí es complicado lograr cosas.

¿Qué importancia concede al equipo junior y al filial senior de Liga Balear?

—Mucha, mucha. Un club es una rueda, los pequeños son la base y deben tener un ‘junior’ o un ‘senior’ en el que mirarse. Considero muy importante contar con equipo en esas categorías.

¿Y detecta suficiente talento en la cantera para que, a medio plazo, el primer equipo de Tercera FEB pueda nutrirse con algunos canteranos?

—Ese es el objetivo de todos los clubes, pero es complicado, pues muchos jóvenes marchan a estudiar fuera por motivos de estudios. Si aquí en la Isla hubiera la opción de hacer alguna carrera, sería muy diferente, pero la realidad es otra. Los clubes trabajan muy bien, pero luego topan con ese hándicap. El baloncesto menorquín está creciendo, se hacen muchos campus, tecnificaciones… cada vez hay más jugadores y jugadoras que están jugando fuera, se trabaja muy bien la formación. Pero por muy bien que lo hagas, no puedes impedir que un niño se vaya fuera a estudiar. Ojalá el día de mañana el equipo de Tercera FEB pudiera contar con cuatro o cinco jugadores formados en el club, pero por lo que te comento, lo veo difícil.

En la Isla contamos con un equipo en Primera FEB, otro en Tercera FEB ¿Quizá falte un proyecto relevante, de ámbito nacional, a nivel femenino?

—Sí. Comparto esa opinión. Y es una espina que tengo clavada. He trabajado en el senior femenino del Sant Lluís, del Alcázar… y sí, falta un empujón. Igual que te digo que la cantera se trabaja muy bien, echo un poco de menos más ambición en el ámbito femenino. Lo que me impulsó a venir a Es Castell es ver el deseo que tienen aquí para que el baloncesto femenino vaya hacia arriba. Aquí hay jugadoras que pisan fuerte, otras que están fuera estudiando y que regresarán… Para mí el reto es intentar que el proyecto femenino vaya hacia arriba.

¿Cómo valora la nueva relación de vinculación entre Es Castell y Hestia Menorca?

—Siempre he pensado que toda vinculación es buena, y para Es Castell, como club, es positiva. Una relación así es interesante. Para la Isla es importante tener un proyecto en Primera FEB y otro en Tercera FEB, que además tienen seguimiento por parte de los aficionados. Si ambos clubes se ayudan, soy muy partidaria de este tipo de acuerdos, reforzará a los dos proyectos.

Aunque no es su parcela de modo directo, ¿qué techo le presume al CB Es Castell? ¿La Segunda FEB sería un objetivo realista?

—Podría serlo, pero debemos ir con calma. Y esa es la filosofía del club, calma, prudencia, saber quiénes somos y donde estamos. Lo primero es que el club adquiera ‘galones’ en Tercera FEB, pero en todo caso la Segunda FEB debería ser una meta a largo plazo. Es Castell está haciendo bien las cosas, creciendo poco a poco, tanto su primer equipo como la cantera. Nos estamos consolidando en Tercera FEB, con tres-cuatro jugadores menorquines en la dinámica del equipo. El club está dispuesto a dar un salto, pero mantiene los pies en el suelo.

¿Algún entrenador o entrenadora que haya sido su referente o modelo?

—Sí. Te diría a Moses Fernández, que ahora está al frente de la U16 y será la directora técnica del Alcobendas. Nunca me entrenó, pero he trabajado con ella y tiene las ideas claras, una filosofía y vive por y para el baloncesto. Para mi es una clara referencia. También te diría a Juan Diniz, del Canoe. Otro que lleva muchos años al pie del cañón, un espejo en el que mirarse.

¿Y alguna jugadora?

—Sí, y ahora es muy amiga mía. Sara Castelló, una base del León. De hecho me encantaría que viniera a la Isla para contarnos sus experiencias.

Sergio Llull, en términos deportivos es casi una deidad para la Isla ¿qué piensa de él?

-Me parece interesante que en una isla tan pequeña como Menorca haya nacido una estrella de esa dimensión, un referente a nivel español y mundial. Es un espejo para todos, te guste o no el baloncesto. No solo por su talento, por como se comporta en pista. El homenaje que le hizo la FEB el otro día fue más que merecido. Se fue de aquí siendo un niño y me parece increíble todo lo que ha conseguido. Personalmente, siento gran admiración por él.

El apunte

Una apasionada del baloncesto… y de Es Grau