Rickaert y Van der Poel, en la novena etapa del Tour, que llegó a ser la segunda más rápida de la historia de la ronda francesa. (Marco BERTORELLO | AFP)
Con 42,849 km/h de velocidad media, la de este año ha sido la edición más rápida de la historia del Tour de Francia masculino. Ha influido la estrategia del Visma-Lease a bike, tratando de desgastar al UAE en todos los terrenos. También la escapada de Van der Poel y Rickaert, que durante 173 kilómetros rodaron a una media de 50 km/h para convertir la etapa de Châteauroux en la segunda más rápida de la historia del Tour. Pero, lo cierto es que también se han batido recientemente récords de velocidad en pruebas como el Giro de Italia, Milan-San Remo, Paris-Roubaix, o Lieja-Bastogne-Lieja. El ciclismo ha evolucionado mucho en los últimos años y se están batiendo récords que parecían llamados a mantenerse durante mucho tiempo y que devuelven a los años más oscuros del ciclismo.
La mejora en el rendimiento de los ciclistas, en cambio, es consecuencia del propio crecimiento que ha experimentado este deporte en los últimos años. El ciclismo cuenta con una generación de ciclistas acostumbrados a dar espectáculo, que ha hecho crecer el interés de los aficionados y también la inversión de los patrocinadores. El equipo UAE rondaba los 30 millones de presupuesto cuando Pogacar ganó su primer Tour en 2020 y desde entonces, ha ido incrementando esa cantidad hasta alcanzar los 60 millones. Una cifra similar a la que manejan equipos como el Visma o Ineos, aunque muy por encima del presupuesto medio en el World Tour, cercano a los 30 millones de euros. Favorecido por la consolidación del Tour de Francia, el ciclismo femenino también ha vivido un crecimiento notable y los presupuestos de los equipos se han duplicado en muy pocos años, hasta situarse en cifras cercanas a los 5 millones de euros.
Este aumento de los presupuestos ha traído también una mayor exigencia por parte de los patrocinadores y consecuentemente, una mayor profesionalización de los equipos. Ha aumentado la cantidad de entrenadores, fisioterapeutas, médicos, psicólogos…, al tiempo que se han incorporado mejoras tecnológicas que permiten una información del rendimiento y el estado del ciclista desconocidos hasta ahora. Dentro de estas mejoras, ha habido un área en el que el avance ha sido especialmente notable. «El entrenamiento ha cambiado, ahora se entrena un poco más en altitud, se hace heat-training… Pero lo que ha cambiado de verdad es la nutrición. Ese ha sido el verdadero game-changer», recalca Markel Irizar, quien se incorporó al cuerpo técnico del Lidl-Trek una vez que terminó su carrera como ciclista.
«Lo que ha cambiado de verdad es la nutrición. Ese ha sido el verdadero game-changer»
Realmente, la presencia de nutricionistas en el ciclismo no es tan reciente, pero su beneficio sobre el rendimiento de los ciclistas sí ha mejorado mucho en los últimos años. «Yo empecé en 2016 con Aurora Cid y ese mismo año entró la primera nutricionista en el equipo. Pero, si cuando dejé el ciclismo en 2019, no hubiese seguido en el equipo, ahora no tendría ni idea», comenta Irizar.
A día de hoy, todos los equipos World Tour cuentan con un equipo de nutricionistas que han cambiado la manera de alimentarse de los ciclistas. «En nuestra época el objetivo era estar lo más finos posible. Cuando competías o entrenabas, el objetivo era llegar a casa lo más vacío posible. Ahora se hace totalmente al contrario. Para que se entienda, de casa sales con el músculo, con el hígado lleno de glocúgeno y antes de que se vacíe, le vas metiendo más alimento», explica el exciclista profesional.
Recuperación y rendimiento
La aportación de los nutricionistas, sumada a la cantidad de información que tienen acerca del rendimiento de los ciclistas, ha permitido establecer una alimentación en función de los esfuerzos realizados en el día y en previsión de los que serán necesarios al día siguiente, lo que ha contribuido a la mejora en la recuperación y el rendimiento. De hecho, en el ciclismo profesional prácticamente no se ven pájaras. «Y no las va a haber» asegura Irizar. «Cuando Tadej arranca a falta de 80 km, sabes que una pájara no le va a dar. Puede que le entre fatiga, por el nivel de ácido láctico, pero glucógeno siempre va a tener», explica.
«Cuando Tadej arranca a falta de 80 km, sabes que una pájara no le va a dar. Puede que le entre fatiga, por el nivel de ácido láctico, pero glucógeno siempre va a tener»
A pesar de este mayor conocimiento, la alimentación de los ciclistas no está exenta de polémica y la reciente victoria de Pauline Ferrand-Prevot en el Tour fue muy criticada por algunas rivales, tras reconocer que había adelgazado cuatro kilos en las semanas previas, con el objetivo de mejorar su rendimiento en la montaña. Ferrand-Prevot explicó que lo había hecho con ayuda del equipo de nutricionistas de su equipo, pero no fue suficiente para evitar las críticas.
Y sí, parece que al ciclismo le cuesta quitarse esa desconfianza que generó en su momento, a pesar de las mejoras que se han dado en la preparación y alimentación de los ciclistas. «El ciclismo profesional es limpio, pero sano no es, porque pones el cuerpo al límite», comenta el oñatiarra. «Sano sería salir dos horitas a andar en bici, tomarte un pintxo y volver. Pero desde hace años tenemos un sistema ADAMS, que obliga a los ciclistas a estar localizables los 365 días, pasan controles en casa o de vacaciones… A nivel de World Tour no sé cuándo ha sido el último positivo», argumenta.