Otra primera parte para el destierro. Igual que hace una semana en Mestalla frente a la Real Sociedad. El Valencia CF dejó escapar el botín en una primera parte horrible. Ante Budimir, autor de 21 goles en la pasa edición de la Liga, abrió la herida al poco del comienzo con la cabeza. Y el plan se desmoronó del todo con la absurda expulsión de José Gayà en el ecuador del acto.
Nadie se esperaba un guion tan trágico entre el millar de valencianistas desplazados a Pamplona para animar a los suyos. La tarde comenzó entre la esperanza de ver a Arnaut Danjuma estrenándose como titular y unos primeros minutos en los que los de Carlos Corberán parecían dispuestos a dominar la posesión del balón. Sin embargo, el espejismo pronto se quebró.
El Valencia pagó cara su falta de intensidad. Un error en cadena a la hora de defender el carril izquierdo, desde donde centró al área Rosier -lateral fichado gratis del Leganés-, y el corazón del área. Ahí, en el escenario en el que se definen victorias y derrotas, Budimir olió la sangre, la debilidad blanquinegra. Demostró por qué es uno de los artilleros más fructíferos de la Liga. Budimir remachó a gol entre una pareja de centrales descolocada y un portero, Julen Agirrezabala, sorprendido por una pelota que entró en las redes por encima de su cabeza (1-0, m. 9).
Fue un golpe en el ánimo de un equipo, el valencianista, que estaba ya mostrando carencias en cuanto a actividad y energía sobre el césped. Osasuna se creció delante de la pequeñez del rival de enfrente. Víctor Muñoz se convirtió en un dolor de cabeza para todos y cada uno de los miembros de la defensa, incapaces de iniciar el juego con fluidez mientras los mediocentros tampoco aparecían ofreciéndose en busca de soluciones.
La expulsión, determinante a los 22 minutos
Entonces, con el Valencia desaparecido, los navarros sacaron tajada del vacío en la zona central. Un balón en largo a Budirmir, que el centrodelantero no pudo controlar, terminó en la expulsión Gayà cuando el capitán daba la impresión de que le había ganado la posición a Víctor Muñoz. El veloz extremo cedido por el Castilla se adelantó al capitán, que le paró con una zancadilla tras fallar en el control de la pelota. La roja no tenía discusión. El lateral, en un gesto de rabia y frustración se quitó y tiró el brazalete antes de cedérselo a César Tárrega. El capitán se ha disculpado tras el partido tanto por la expulsión como por el acto reflejo y de rabia posterior.
Carlos Corberán movió ficha tratando de arreglar el entuerto. Jesús Vázquez sustituyó a Dani Raba, quien al retirarse hizo un gesto de disconformidad antes de sentarse en una esquina del banquillo. Entre tanto despropósito, la mejor noticia para los visitantes consistió en que Osasuna no anotó el segundo. En los minutos finales antes del descanso, Danjuma y Diego López conectaron, por fin, un ataque sin mordiente. Primero con un disparo lejano que complicó a Sergio Herrera. Más tarde, con una acción de calidad del asturiano por la derecha, deshaciéndose de dos defensas con un excelente control, que el delantero neerlandés no acertó a embocar a red. Danjuma erró un gol cantado por no utilizar su pierna izquierda.
Una mejor segunda parte con el empuje de Diakhaby
En la segunda mitad, el contenido del partido se redujo totalmente. El fútbol se reanudó con un nuevo susto para la parroquia valencianista desplazada a El Sadar. Aimar Oroz ocupó la autopista central concedida por los de Corberán para plantarse delante del meta rojillo. La jugada, en cambio, quedó en nada porque el medallista olímpico de oro, junto a Mosquera y Diego López, se entretuvo dando tiempo a que Copete y Tárrega corrigieran el error en la línea de medios.
La actitud de los futbolistas cambió en la segunda parte. Budimir volvió a disponer de una nueva ocasión, aunque el Valencia, al menos, pese a contar un jugador menos, empezó a contener los males y albergar alguna esperanza de arañar un punto de Pamplona. La relajación de Osasuna, que no apretó completamente el acelerador, contribuyó a que los blanquinegros mantuviesen la vida hasta el final.
Baptiste Santamaría mejoró las prestaciones físicas y tácticas del equipo en el centro del campo / LaLiga
Los cambios de Corberán, asimismo, le cambiaron la cara al equipo. Diakhaby, Hugo Duro y Santamaría asentaron una mejor estructura sobre el césped. La recta final fue del Valencia y no empató solo por centímetros. Por los centímetros en los que la bota de Danjuma se quedó en fuera de juego tras un balón de cabeza de ‘Diakha‘ al área. El ex del Villarreal empaló la pelota sin dejarla caer. Pero Gil Manzano no tardó el anular la acción. Reacción sí, incluso con diez jugadores, aunque una reacción que retrata los problemas del Valencia. Tuvo que salir Diakhaby, siempre corazón, para empujar al equipo hacia arriba. En más de 90 minutos de juego, los de Mestalla tan solo registraron un único disparo entre los palos de Sergio Herrera.
Ahora, con apenas un punto sobre seis posibles, al Valencia le urge ganar delante su afición al Getafe antes de que se dé el parón por selecciones y de que la Liga se reemprenda en fin de semana del 13-14 de septiembre contra el Barcelona a domicilio. Entre el final del pasado curso y el presente, los blanquiengros encadenan cinco partidos oficiales sin conocer la victoria.