Un delantero y un centrocampista marcan las prioridades del Granada en la última semana del mercado de fichajes estival, según concretaron a IDEAL fuentes del … mismo. El club rojiblanco afronta los siete últimos días del periodo de incorporaciones, que cerrará a medianoche del próximo lunes, con la urgencia de firmar a dos futbolistas diferenciales para la Segunda división como mínimo más allá de atender a otras opciones que surjan como posibilidades para mejorar una plantilla con demasiadas carencias todavía.

El Granada querría disponer ya de estos dos refuerzos clave para el partido con el Mirandés del domingo en Los Cármenes (21.30 horas), pero el club asume que las mejores oportunidades aguardarán a las últimas horas del plazo para encontrar destino y más aún si proceden de categorías superiores ya sea en la Primera división española o en el extranjero. Los rojiblancos valoraban ya la cesión de Etienne Eto’o desde el Rayo Vallecano para su ataque, pero la venta definitiva de Lucas Boyé al Deportivo Alavés por 5,8 millones de euros obliga a buscar un delantero más contrastado –sin descartarle– que asegure goles a un equipo falto de ellos al menos por ahora.

Como viene ocurriendo este verano, no obstante, distinto es lo que pretenda el Granada de lo que las circunstancias le deparen. Los rojiblancos trabajan todavía en el traspaso de Shon Weissman al Wolfsberger austriaco, sin que las «pequeñas cosas» que su presidente Dietmar Riegler reseñó como flecos para el acuerdo definitivo fueran tan pequeñas; y tampoco descartan la salida de Martin Hongla. Las marchas de uno u otro apremiarían las incorporaciones de algún delantero o centrocampista más allá de los que ya se rastrean. Sí parece improbable que ya vaya a salir Stoichkov, sin que la oferta formal del Al-Wakrah catarí en su día pasara de la cesión.

Tanto la venta de Boyé como la rescisión de Pablo Insua liberaron margen salarial en el Granada como para inscribir a sus cuatro últimos fichajes a horas de la visita al Eibar, pero ya fue significativo que la inscripción de Jorge Pascual no pudiera validarse hasta certificar la marcha del central. Queda por comprobar hasta qué punto podrá afrontar el club rojiblanco un traspaso por alguna de las prioridades marcadas, aunque su planificación ya contaba con la apuesta por un delantero goleador desde sus primeros compases independientemente de lo que pasara con el argentino. Un anhelo ahora imprescindible sin él.

La urgencia por firmar una referencia en ataque es obvia. Tres años han pasado ya de las mejores temporadas de Stoichkov y Weissman, que marcaron 21 y 20 goles con el Eibar y el Valladolid respectivamente en Segunda división durante la temporada 2021/22. El gaditano se quedó en doce durante los dos cursos posteriores, como José Arnaiz también como pucelano en la 2016/17 sin alcanzar los dos dígitos desde entonces pese a rozarlos en la 2022/23. La mayor apuesta para el ataque por ahora, Jorge Pascual, no pasó de los cinco tantos durante su cesión como armero el pasado ejercicio tras marcar cuatro con el Villarreal B durante el anterior.

Hasta dos centrocampistas pretendía firmar el Granada desde que Gerard Gumbau volvió a ejecutar su cláusula para repetir cesión en el Rayo, y más allá del fichaje de Pedro Alemañ tras la venta de Gonzalo Villar al Dinamo de Zagreb por tres millones. Una necesidad que podría paliar la recuperación para la causa de Hongla si se culminara. El club se postuló por la cesión de José Gragera, al que el Espanyol mandó finalmente al Deportivo de La Coruña con opción de compra, y también se interesó por la de Peio Canales, pero el Athletic de Bilbao prefirió que se fuera al Racing de Santander. Pacheta alineó a tres centrocampistas juntos en las tres últimas jornadas de la temporada pasada, pero por ahora parece resignado al doble pivote.

Posiciones por doblar

La pizarra del Granada también descubre por doblar los dos laterales, más allá de la versatilidad de Oscar Naasei y Diego Hormigo y de los recreativistas Pere Haro y Gael Joel, e incluso una banda si a Arnaiz únicamente se le contemplara centrado. El club, que en su día sopesó un quinto central, parece aplazar esa cuestión pese a la pérdida de Insua. No podrá cubrirse todo lo que falta, de ahí que terminara descartándose a Diego Piñeiro como tercer portero.