Los ministerios de Economía y de Hacienda siguen con interés la evolución del acuerdo por el que Air Europa abre su capital al gigante estatal Turkish Airlines como segundo accionista. La inyección de 275 millones en una ampliación de capital, y la compra de acciones por otros 25 millones, se traduciría en una participación del 27% por la turca, reforzando la caja de la compañía aérea de la familia Hidalgo para cumplir con la amortización de los 475 millones que recibió de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) en noviembre de 2020, a través del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas (FASEE).

La de Air Europa fue, tras los 550 millones pedidos por Celsa, fue la segunda mayor financiación gestionada por el instrumento público creado en julio de 2020. El FASEE terminó desplegando ayudas por un total de 2.681 millones entre 28 compañías hasta el verano de 2022, en el contexto de la crisis sanitaria. El Estado tiene aún 1.844 millones por recuperar de 21 empresas hasta noviembre de 2026 (en algunos casos los vencimientos se extienden hasta 2029), por lo que la financiación a Air Europa supone el 25,7%. De momento han cancelado la totalidad de sus préstamos Ávoris (320 millones), Eurodivisas (45 millones), Wamos Air (85 millones), la acerera Rugui (25 millones), Ferroatlántica (34,5 millones), y las hoteleras Hesperia (55 millones) y Grupo Soho (30 millones).

Para el Gobierno, que ha recuperado 837 millones o el 31% de lo financiado, resulta crítico recuperar hasta el último euro del respaldo a Air Europa, máxime cuando la concesión del crédito ha sido puesta en tela de juicio por la relación de la esposa del presidente del Gobierno Pedro Sánchez, Begoña Gómez, con Globalia, o por las gestiones de los investigados Víctor de Aldama, Koldo García o del propio exministro de Transportes José Luis Ábalos en favor de la concesión del rescate. Este último volvió a negar en junio ante el Tribunal Supremo haber dispensado trato alguno de favor a la aerolínea que preside Juan José Hidalgo.

La Junta de Inversiones Exteriores (Jinvex) del Ejecutivo, en la que se sientan representantes de distintos ministerios, ha de examinar el pretendido aterrizaje de Turkish al rebasar el 10% de una empresa considerada estratégica. La operación tiene entre sus puntos fuertes la propia capacidad que gana Air Europa para reintegrar el crédito de la SEPI. La empresa se ha fijado amortizar los 475 millones en cuanto reciba el dinero del socio turco. Si en principio el plan pasaba por pagar los 240 millones del crédito participativo y refinanciar los 235 millones de préstamo ordinario, la actual situación de la caja mueve a devolver la totalidad.

Un alto directivo del sector aéreo destaca, bajo anonimato, que “Air Europa podría convertirse en una compañía sin deuda alguna, en beneficios y con una de las mayores aerolíneas del mundo en su capital apoyando su desarrollo frente a una Iberia decididamente impulsada por IAG”. Y ello sin que la familia fundadora vaya a perder la mayoría en el capital ni la influencia en la gestión.

Una de las consecuencias de la devolución del dinero público será que la SEPI deje de intervenir en el día a día de la empresa. Pese a ello, distintas fuentes apuntan a que el hombre del Gobierno en la aerolínea, el consejero delegado Jesús Nuño de la Rosa, podría ser invitado por los Hidalgo a continuar al frente de la gestión haciendo tándem con el director general Richard Clark. El encaje con Globalia de quien fue presidente de El Corte Inglés, con larga experiencia en el sector turístico, no deja lugar a dudas después de que Nuño de la Rosa haya cumplido tres años en Air Europa.

Puente con Asia

Otros argumentos que explican la llegada de Turkish son la posibilidad de desarrollar la flota y el mapa de rutas de la española, así como la creciente apuesta de la turca por España. La compradora tendría en Madrid-Barajas una plataforma para crecer hacia América, y ofrece en Estambul su flamante hub para conectar España con Asia. El aeropuerto IGA tiene el objetivo de alcanzar 200 millones de viajeros al año con la compañía local como principal usuaria. Turkish Airlines contabilizó 85,2 millones de pasajeros en 2024, de los que 54,6 millones fueron internacionales.

La aspirante a entrar en Air Europa opera una flota de 497 aviones y ya sorprendió con su capacidad financiera en cuanto el transporte aéreo volvió a despuntar: realizó un pedido de 355 aviones a Airbus en diciembre de 2023, con 250 aparatos A321 y nada menos que 105 unidades del A350 para vuelos de larga distancia.

La presencia de Turkish Airlines en España está a punto de crecer con el lanzamiento de un vuelo diario entre Estambul y Sevilla a partir del 17 de septiembre. La ciudad andaluza será su sexto destino español tras Madrid, Barcelona, Bilbao, Valencia y Málaga. La compañía cerró 2024 con 1,53 millones de viajeros hacia o desde España, lo que supuso un crecimiento del 8,2% respecto a 2023 y del 27,3% frente al ejercicio previo a la pandemia. Tal volumen de tráfico está por debajo del que operan en España las europeas Air France (dos millones de viajeros en 2024), British Airways (1,9 millones), KLM o TAP (las dos con 1,7 millones), pero supera el de compañías de gran volumen como Emirates (1,1 millones), Qatar Airways (1,1 millones) o la más pequeña Etihad (0,57 millones).

Antes de abordar la inversión en Air Europa, Turkish Airlines suma 903.000 viajeros en España entre enero y julio, un 4,2% más que en el mismo periodo del año pasado. Pero el salto exponencial se produjo en 2023: la aerolínea turca de bandera declaró un crecimiento global del 16% en pasajeros mientras que en España el incremento fue del 25%.

Los seis destinos en este país igualan a los que tiene en Francia y están por encima de los cuatro aeropuertos a los que frecuenta en Reino Unido. Turkish Airlines opera 25 vuelos semanales con Barcelona; tiene 24 conexiones a la semana con Madrid; enlaza Estambul con Valencia con 14 saltos, al igual que los que tiene con Málaga, y completa siete vuelos a la semana entre Turquía y Bilbao. Se trata de un nivel de conexiones, en los casos de Barajas y El Prat, apenas superadas en Europa con los aeropuertos de París (45 vuelos semanales), Heathrow (28) y Roma (28).

Además de su pretendida inversión en Air Europa, el interés de Turkish por la península se puso de manifiesto el pasado mes de junio con la ampliación de su acuerdo de código compartido con la portuguesa TAP, incorporando destinos de Brasil y Marruecos, entre otros mercados.