Sábado, 26 de julio 2025, 21:22
| Actualizado 22:00h.
Desde el 5 de julio en el Centro de información cultural y turística de Arma Plaza se ha podido ver la exposición de fotografías de naturaleza realizadas por Félix Calvo, organizada por Ttopara Kultur Elkartea. Hoy es el último día, de 9.30 a 19.30.
–¿Qué fue antes, la afición por la fotografía o por la naturaleza?
–Por la naturaleza, eso está claro. De pequeño vivía en Anaka y lo que ahora es la avenida de Letxunborro era un campo tremendo, estabas en contacto con la naturaleza. Y nos pasábamos el día por el monte, o pescando. Más adelante, con catorce años, andaba por la zona del golf y en una base que tenía la Sociedad de Ciencias Aranzadi. En aquella época la fotografía no era asequible. ¡Casi no te llegaba ni para comprar unos prismáticos! Pateábamos el campo, andábamos con temas de anillamiento…
Dos pasiones
«En mi caso primero fue la pasión por la naturaleza, desde muy joven, y después llegó la fotografía»
–¿Y cuándo fusionó sus pasiones por la naturaleza y por la fotografía?
–Cuando empecé a trabajar y tuve algo de dinero. La primera cámara me la compré en el año 81. Empiezas de forma muy precaria, te empieza a picar el gusanillo y poco a poco vas metiéndote en el mundillo. Todo en plan autodidacta. Hoy en día hay muchos más medios.
–Su método de fotografiar pájaros es con mucha paciencia, ¿verdad?
–Y con mucha planificación. Suelo ir con una idea un poco preconcebida de lo que quiero hacer. Otras veces no. Ves algún sitio donde hay gran cantidad de pájaros, que están muy confiados y ahí quizás sea más fácil. Pero te lo tienes que preparar un poco. Si no, es prácticamente imposible hacer algo. Aquí los pájaros están muy confiados, pero si vas por ahí, no tanto. Tienes que ganártelos.
Destinos
«Algunas veces hago viajes a sitios emblemáticos como Extremadura, Castilla, los Pirineos»
–¿Qué se puede ver en la exposición?
–Son unos momentos un poco especiales. Sobre todo de estar buscando unas condiciones especiales, que le den un poco de esencia a la foto. Y algunos momentos un poco únicos. Por ejemplo, la foto del chochín, en invierno, que me llevó bastante tiempo. No digo días, sino años. Andaba detrás de ella pero necesitaba una mañana muy fría, gélida. Esa es una foto que me encanta, también por el hecho de que estuve bastante tiempo detrás de ella. También la del cormorán con la anguila.
–Muchas de las fotos están sacadas en Jaizubia y Plaiaundi, pero otras las ha hecho fuera.
–Me muevo en un radio pequeño, de ir y volver en el día. Navarra, Álava… Y algunas veces hago viajes a sitios emblemáticos como pueden ser Extremadura, Castilla, los Pirineos… Pero en esos casos, entre que vas, te sitúas y localizas algo, ya casi te tienes que volver. Tiene que haber un trabajo previo, si no, es un poco complicado.
–¿Cómo surgió la idea de montar esta exposición?
–Me la propuso Gorka Belamendia, que estaba en Ataria, en el parque de Salburua, donde hay un centro de interpretación. Vio mis fotos y me propuso organizar una exposición. Después la llevé a Oñati y ahora está en Hondarribia.
–¿Qué relación tiene con Ttopara Kultur Elkartea?
–Con el presidente, José Mari, hemos vivido de críos. Nos llevamos un año de diferencia y hemos sido amigos desde la más tierna infancia.
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