La petición de medios aéreos que las comunidades de Castilla y León, Extremadura y Galicia, las tres del PP, realizaron el 15 de agosto al Gobierno tras la exigencia de Alberto Núñez Feijóo de desplegar al Ejército más allá de la UME fue tan excepcional y repentina que duplicaba el número de aviones y helicópteros para extinción de incendios del Mecanismo Europeo de Protección Civil. Bruselas dispone de 26 aeronaves para la campaña de fuegos de 2025 para toda Europa. El reclamo sin precedentes de recursos terminó desatando el fuego cruzado entre el PP y el PSOE. Los populares reprocharon ese mismo fin de semana que los medios no habían llegado. La directora general de Protección Civil y Emergencias, Virginia Barcones, replicó que los presidentes del PP habían pedido “imposibles” y Elías Bendodo le llamó “pirómana”.
El Ejecutivo de Alfonso Fernández Mañueco, que el día 14 aseguró que la Junta contaba con “suficientes medios”, pasó a solicitar un día después, dentro de una lista larguísima, 20 helicópteros de transporte de personal y 10 helicópteros bombarderos de agua. La Junta que preside María Guardiola reclamó a su vez 10 aviones anfibios y 10 helicópteros ligeros. La Xunta que dirige Alfonso Rueda pidió de forma genérica “todos los medios aéreos de ala fija o helicópteros que tenga a disposición el Gobierno central”.
Para hacerse una idea de la dimensión de los recursos demandados por los presidentes autonómicos del PP ―40 helicópteros y 10 aviones―, el sistema comunitario de Protección, creado en 2001 para reforzar la cooperación entre los países de la UE y mejorar la prevención y respuesta ante este tipo de catástrofes naturales, cuenta este año con 22 aviones (España aporta dos de los 14 aviones Canadair CL-415 a una flotilla que completan 6 aviones Fireboss y dos Air Tractor) y cuatro helicópteros, según los datos de la Comisión Europea. Además, los Estados miembros pueden realizar ofertas voluntarias y puntuales destinadas a emergencias concretas en otros países. Es lo que ha sucedido con dos helicópteros Chinook que Países Bajos ofreció a España en la oleada de incendios que han devastado más de 400.000 hectáreas en 15 días, concentradas en las provincias de Ourense, Zamora, León y Cáceres, según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS).
Bomberos franceses en Aldea de Lusio (León), el pasado 19 de agosto.
Ana F. Barredo (EFE)
El 15 de agosto Mañueco también pidió por escrito al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, mil soldados, 25 bulldozers “con maquinistas lo más expertos posibles en monte”, 15 vehículos nodriza y 15 puestos de mando avanzado. “Además de estos recursos, es necesario que el Gobierno de España solicite la llegada de nuevos medios dentro del Mecanismo Europeo de Protección Civil”, añadió el presidente de Castilla y León en su carta, que se envió a las 22.52.
Media hora antes, el consejero extremeño de Presidencia, Abel Bautista, “teniendo conocimiento de la activación de la ayuda europea” ―una decisión que el Gobierno formalizó la madrugada del 12 de agosto, cuando declaró la preemergencia―, trasladó una solicitud de efectivos para combatir los incendios simultáneos que la comunidad sufría “desde el día 11 de agosto” y que en ese momento habían calcinado unas 5.000 hectáreas en Llerena (Badajoz) y 4.800 en Jarilla (Cáceres), que se terminaría convirtiendo en el más grave de la historia en la región tras arder más de 17.000 hectáreas. En su misiva, el consejero “insta a que se soliciten nuevos medios a Bruselas, con la activación de los siguientes medios para la comunidad autónoma de Extremadura: 100 camiones ligeros dotados de bomberos forestales, 10 aviones anfibios y 10 helicópteros ligeros”. Posteriormente, en otro correo electrónico, insistía en el “despliegue de medios operativos, maquinaria pesada y medios aéreos del Ejército en Extremadura para ayudar en las tareas de extinción”. Y reiteraba: “Se precisa la movilización de medios y recursos de que lleguen desde Europa”.
Dos días después, el 17 de agosto, Feijóo acusó al Gobierno de no haber recurrido a la ayuda de Bruselas. “Hace días que pedimos activar la ayuda de la UE para más recursos aéreos y el despliegue de efectivos y maquinaria del Ejército. El Gobierno tiene que dejar de llegar tarde siempre. Pido a Sánchez que no deje pasar más tiempo y lleguen los medios ya”, publicó en su cuenta en X pese a que no era así. Como ejemplo, el día 16 dos aviones cisterna italianos aportados por Bruselas aterrizaron en la base aérea de Matacán (Salamanca) para combatir los incendios. Antes, el día 14, otros dos aviones Canadair suministrados por Francia y con una capacidad con más de 5.500 litros cada uno llegaron a Galicia.
Los medios aéreos desplegados por Bruselas en España en agosto han sido, además, cuatro helicópteros (dos Black Hawk checos y otros dos eslovacos). En cuanto a los equipos terrestres, se han facilitado tres de bomberos a pie de Finlandia, Rumanía y Grecia ―la UE tiene ocho equipos de este tipo, de los que España contribuye con dos― y tres equipos de bomberos con vehículos (dos de Francia y uno de Alemania) de los 17 existentes. Desde julio, el sistema europeo ha participado en 16 emergencias por incendios que se han concentrado en la Península Ibérica y los Balcanes.
Dolors Montserrat, secretaria general del Partido Popular Europeo, volvió este domingo a responsabilizar al Gobierno de la gravedad de los incendios de las dos últimas semanas. “En el año 2021, el Gobierno de Sánchez pidió 401 millones de los Next Generation para la gestión forestal y la prevención de los incendios y aún faltan 320 millones para invertir”, dijo. El Ministerio de Transición Ecológica afirma que el Gobierno ha transferido 253 millones a las comunidades autónomas para inversión en prevención y extinción. El departamento de Sara Aagesen asegura que ha destinado otros 149 millones a la “modernización de todas las bases de operaciones” de las Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales (BRIF) y la “modernización de la aviónica del operativo aéreo de extinción” del Ministerio.
Varias personas observan el incendio forestal, a 24 de agosto, en La Baña (León).Carlos Castro (Europa Press)