El FC Barcelona tiene sobre la mesa una de las grandes oportunidades del mercado. El club azulgrana se plantea pagar la cláusula de rescisión de Karl Etta Eyong, delantero camerunés del Villarreal que se ha convertido en una de las sensaciones de este inicio de temporada en LaLiga.
Con apenas 20 años, Eyong se ha destapado como un atacante potente, vertical y con olfato goleador. Su debut en Primera División llegó acompañado de gol y su rendimiento en la pretemporada ha convencido a Marcelino, que ya lo utiliza de manera habitual en sus planes.
Una cláusula muy asequible
El factor que lo cambia todo es su situación contractual. Pese a su enorme proyección, Etta Eyong tiene una cláusula de menos de diez millones de euros, una cifra asequible para cualquier gran club y que ha puesto al Barça en alerta. Deco y su equipo de trabajo lo consideran una oportunidad de mercado perfecta: un futbolista joven, con margen de crecimiento y a un precio muy por debajo de su potencial real.
La estrategia que maneja el Barça pasa por ejecutar la cláusula, asegurarse al jugador y cederlo de inmediato a otro equipo de Primera División. De este modo, el club azulgrana evita el problema de su inscripción inmediata en un contexto de fair-play financiero todavía ajustado.
Media Liga lo quiere
El Barça no está solo en esta carrera. El Betis, la Real Sociedad y varios clubes de la Premier League han preguntado por él, mientras que Levante y Oviedo se han interesado en su cesión. El impacto de Eyong en Primera ha sido inmediato y su nombre circula con fuerza en las secretarías técnicas de LaLiga y Europa.
Para el Barça, el fichaje de Etta Eyong sería una apuesta de futuro. Con Robert Lewandowski encarando la recta final de su carrera, la dirección deportiva necesita alternativas ofensivas a largo plazo. Incorporar a Eyong por menos de diez millones sería un movimiento estratégico que encaja con la política de invertir en jóvenes talentos antes de que su precio se dispare.
Mika Faye y Julián Araujo, el ejemplo
El club blaugrana busca talento para poder reforzar el equipo pero también es consciente que si las apuestas no terminan triunfando en el primer equipo pueden servir para engrosar las arcas del club. Los casos de Mika Faye o Julián Araujo son un ejemplo en los que el club capta talento joven y si no puede darles cabida o luego no terminan ofreciendo el nivel esperado no es una inversión perdida sino que se les puede revalorizar y terminar ingresando.