La rajada de Jakob Fuglsang sobre Israel la comparto pero no la entiendo

Jakob Fuglsang ya colgó la bicicleta, tantísimo tiempo después, y lo hizo sí con los colores del Israel.

Por eso cuesta entenderle que, después de varios años corriendo para ellos, ahora que está retirado dice que es “más agradable rodar sin el logo de Israel que con él”.

Y claro, suena muy poco coherente.

CCMM Valenciana

No discutimos que cada cual pueda reflexionar y cambiar de opinión con el tiempo.

Pero lo que chirría es que lo diga ahora, cuando ya no viste ese maillot, y no antes, cuando cada día salía a la carretera representando a un equipo que, como él mismo sabía, no es un conjunto cualquiera: es un proyecto que se presenta como “embajada deportiva” del Estado de Israel, un Estado que hoy está cometiendo crímenes terribles contra el pueblo palestino.

Si Fuglsang de verdad pensaba que no estaba cómodo, ¿por qué no lo dijo entonces?

¿Por qué aceptó el contrato, el sueldo y las oportunidades que le dio el equipo?

Resulta fácil soltar ahora que “es mejor rodar sin Israel en el pecho”, pero lo difícil hubiera sido alzar la voz cuando todavía dependía de ellos. Eso habría sido valentía.

En este contexto, sus palabras suenan más a desahogo tardío que a postura ética.

Y duele ver cómo un ciclista con su trayectoria no se da cuenta de lo que implica.

Porque, si de verdad le preocupa la imagen que transmite ese logo, lo justo sería haber marcado distancia en su momento, como sí hizo su excompañero Alessandro De Marchi, que reconoció abiertamente que no podría correr allí por motivos morales.

O el propio Gino Mader, que no escondió que competir por Bahrain no le hacía feliz, pero que era un pro que se debía a esto.

Nos parece poco valiente que Fuglsang critique ahora a Israel-Premier Tech, cuando durante años lo representó sin rechistar.

No se trata de negar la gravedad de lo que está ocurriendo en Palestina, al contrario: por eso mismo, se esperaba más coherencia de alguien con su experiencia.

Criticar cuando ya no arriesgas nada no es lo mismo que ser consecuente.