A pesar de las victorias obtenidas frente al cáncer en las últimas décadas, la muerte de la actriz Verónica Echegui por un tumor con solo 42 años nos recuerda que detrás de esta palabra existen numerosas realidades, imposibles de aprehender en un único concepto.

También nos vuelve conscientes de que la incidencia del cáncer está creciendo entre los menores de 45 años desde principios de siglo.

En España, se espera que este 2025 se diagnostiquen cerca de 300.000 casos de cáncer. De ellos, una pequeña proporción, 16.500 casos, corresponden a diagnósticos antes de los 45 años de edad.

Las mujeres suponen dos tercios de esos casos: unos 10.300, la mayoría de ellos son diagnósticos de cáncer de mama.

Son alrededor de 7.000 casos al año, el 20% del total de cánceres de mama diagnosticados, y crecen a un ritmo de entre el 1% y el 2% anual.

El cáncer colorrectal será el más diagnosticado en nuestro país, con 44.294 casos en 2024.

A pesar de ello, el programa de cribado de este tumor (consistente en una mamografía cada dos años) comienza a partir de los 50 y hasta los 69 años.

Al menos 14 tipos de cáncer han visto aumentar su incidencia en menores de 50 años de todo el mundo en las últimas décadas.

En estudios poblacionales, establecer una causalidad es harto difícil. Sin embargo, los expertos sospechan que la razón detrás de este aumento es el estilo de vida occidental.

Esto quiere decir una vida más sedentaria, más obesidad y un mayor consumo de azúcar y grasas saturadas, así como de alimentos procesados y ultraprocesados.

De ahí que buena parte de los tumores protagonistas de ese aumento sean los ligados al aparato digestivo, sobre todo los de colon y recto.

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Pero ese estilo de vida occidental implica también una reducción del número de hijos por mujer, así como un retraso en la edad en que se tiene el primer hijo.

Esto se ha relacionado directamente con tumores como el de mama y endometrio, muchos de ellos de origen hormonal.

Dar el pecho a los hijos se ha relacionado con un factor protector del cáncer de mama. Mientras que esta práctica se redujo a finales del siglo XX, en los últimos años parece haberse recuperado.

Sin embargo, hay una parte de los cánceres en mujeres de esta edad que no está directamente ligada a factores modificables como el estilo de vida.

En España, aproximadamente uno de cada cuatro casos de cáncer de mama en mujeres de menos de 45 años se deben a alteraciones genéticas BRCA1 y BRCA2, mientras que en la población general se da en uno de cada diez o veinte casos.

Muestras de E. Coli.

Las mujeres portadoras de estos genes tienen un riesgo acumulado de desarrollar cáncer de mama de entre el 45% y el 80% a lo largo de su vida, siendo más frecuente su inicio antes de los 45 años.

A pesar de que están fuera de la edad de cribado, en estos casos el seguimiento es más estrecho, pues normalmente hay un historial de este cáncer en la familia.

Pese al aumento de cáncer en hombres y mujeres menores de 45 años, la mortalidad ha ido disminuyendo gracias, sobre todo, a los tratamientos, pues la detección precoz, al estar esta población fuera del objetivo de los cribados, es una asignatura pendiente.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), solo el 1,8% de las muertes por cáncer en España en 2023 fueron en personas de entre 15 y 44 años (antes de los 15 años se considera cáncer infantil).

El 43,8% de los casos se dieron en personas de entre 45 y 74 años y la mayoría, más de la mitad, se dieron en mayores de 75 años. Pese al aumento de la incidencia en jóvenes, el principal factor de riesgo en cáncer sigue siendo la edad.