Tom Aspinall regresa a la acción ante Ciryl Gane en el UFC 321 tras un parón de un año y tres meses, en gran parte debido a la situación generada por la lesión de Jon Jones. A sus 32 años, sigue siendo joven para la categoría de peso pesado, pero su prolongada ausencia ha ralentizado su proyección. Aspinall es una figura consolidada en Europa, aunque aún necesita reforzar su presencia en mercados clave como Estados Unidos. El evento numerado en Abu Dabi representa una oportunidad estratégica para avanzar en ese objetivo.

En la actualidad, el panorama del peso pesado en UFC no ofrece demasiadas alternativas claras. Ciryl Gane se perfila como una opción relevante: nunca se ha enfrentado a Aspinall y su nombre ha estado vinculado a este posible emparejamiento durante varios años.

No obstante, Gane llega al combate sin una racha especialmente sólida. Ha perdido en sus dos intentos por el título y, aunque venció a Serghei Spivac en su última aparición, su victoria anterior ante Alexander Volkov fue ampliamente cuestionada. Dentro del contexto actual, el emparejamiento responde más a disponibilidad que a méritos recientes.

Volkov y Jailton Almeida eran otras posibles opciones para enfrentar a Aspinall, y ambos forman parte de la misma cartelera. Volkov cuenta con experiencia en combates estelares, pero Almeida ofrece una propuesta diferente: presenta un 95% de finalización en sus victorias, con 13 sumisiones en 22 triunfos, y destaca como uno de los grapplers más eficaces de la categoría. Hasta el momento, su única derrota en UFC ha sido ante Derrick Lewis.

En cuanto al desarrollo esperado del combate, Aspinall ha demostrado un dominio claro en el suelo, lo que sugiere una posible estrategia centrada en el control posicional y el ground and pound. Actualmente, no enfrenta una competencia directa consolidada dentro de la división, por lo que su enfoque parece orientado a mantener la actividad. Ha declarado que, como campeón absoluto, su intención es competir con frecuencia, y su estado físico y edad permiten proyectar un ritmo de dos a tres combates anuales.