Desde los icónicos molinos de viento de Chora hasta este terreno hay apenas unos kilómetros, y Casa Aimasia retoma el lenguaje vernáculo del lugar: el enfoscado de cal blanca y la piedra seca de donde toma el nombre, del griego antiguo. Se refiere a los muros construidos por agricultores durante siglos para cultivar las tierras escarpadas y áridas de las islas Cícladas.
En Mikonos, a solo diez minutos a pie de la playa de Elia, una de las más bellas de la isla, se levanta esta vivienda, una construcción de Orizon Development diseñada por Praxitelis Kondylis. “El constructor se resistía a comprar el solar de 14.000 m2 porque era raro y tenía
una pendiente casi imposible”, recuerda el arquitecto. Pero Kondylis insistió, le presentó por su cuenta y riesgo un boceto y obtuvo carta blanca. Cuatro años después, tras un complejo cálculo estructural, el proyecto tomó la forma de una casa basada en la arquitectura ancestral de las Cícladas, que nace del paisaje y vence otros dos desafíos de las islas griegas, el viento y el sol.
Anteriormente, en Arquitectura y Diseño hemos podido ver otras construcciones griegas como la casa en forma de X o un club de tenis con unos interiores de ensueño.
La casa está rodeada de vegetación autóctona de Mikonos.
Mike Kelley
Noticia relacionada
Deja de odiar tu pasillo: su historia en la arquitectura y los motivos por los que tienes uno en casa
“La idea era adaptarse al contexto para pasar inadvertida y ser sensible al clima, a la tierra y a la forma de vida local”. Desde la calle, muestra la cubierta vegetal y la fachada norte casi ciega, semienterrada para lograr una climatización natural todo el año. En contraste, la orientación sur mira al mar Egeo a través de una fachada acristalada, protegida por un voladizo de 2,5 metros que sostiene la cubierta verde. Con 850 m2 distribuidos en cuatro niveles, acoge tres dormitorios en el nivel inferior y una suite independiente. El hormigón visto domina los amplios interiores.
“Todo es geología. Usamos piedras y mármoles griegos: Dionisos, Naxos, Tinos, Thasos y Skiros…”, detalla Kondylis. Más que brutalista (un estilo que cada vez gana más adeptos), la define como “modernista o esencialista, por la sinceridad de la estructura, sin adornos, solo gestos y elementos estructurales”. Para el interiorismo, Kondylis escribió personalmente a Tom Dixon, quien aceptó colaborar desde el primer minuto. Junto a su equipo de Design Research Studio (DRS), se inspiró en el granito, la luz y el mar “para construir un lenguaje arraigado en la geología y la textura”, indica el creador.
Desde la cocina hasta las obras de arte, Dixon buscó “equilibrar la audacia escultórica con una sobriedad discreta, el lujo con la sostenibilidad, y la sofisticación internacional con un fuerte sentido de pertenencia”. El resultado es una casa “honesta, escultural y cruda, diseñada con el deseo de crear una sensación de permanencia y serenidad”, concluye el británico.
Así es Casa Aimasia, la finca de estilo mediterráneo ubicada en la isla griega de Mikonos