Oihan Sancet dio el susto de la pretemporada en Anfield el 4 de agosto. El húngaro Szoboszlai cayó encima de su rodilla derecha y las … alarmas se activaron. Las caras en Liverpool entre la expedición rojiblanca eran de total inquietud. Se temía una lesión grave, de esas de varios meses de baja. Era una impresión muy extendida entre los viajeros del charter que trajo de vuelta a Bilbao al equipo. Se corría el riesgo de perder al máximo artillero de la pasada campaña y a un jugador diferencial.

Al día siguiente se le hicieron las pruebas médicas. Tremendo alivio. Sufría una «lesión en el ligamento lateral interno de la rodilla derecha» y el parte médico hablaba de lesión y no de rotura, lo que reducía mucho el tiempo de baja estimado.

El jugador ha relatado tras el triunfo ante el Rayo cómo vivió el proceso. «Me asusté mucho. No sabíamos la gravedad. A simple vista y tras ver la acción, no te voy a mentir, estaba cagado. Después de las pruebas pruebas me llevé una alegría increíble que no tuve nada grave y en dos o tres semanas iba a jugar».

Ya con el susto quitado de encima, Ernesto Valverde también habló una semana después de cómo había vivido la situación. «Pensamos que podía ser más grave. Al final es menos de lo que pensábamos. Al acabar el partido estábamos todos un poco tocados pensando en lo que podía ser», admitió franco al concluir el último partido de pretemporada en el campo del Arsenal.

Sancet se refirió además al penalti que decidió el partido. Gumbau «llega tarde, mete el pie y me arrolla. He hablado con el árbitro. Le he dicho a ver si no lo había visto. Me ha respondido que no, pero que estaba hablando con el de arriba. Yo estaba bastante tranquilo porque tenía claro que era penalti», indicó.

El delantero ya ha marcado seis goles al Rayo. «He estado hablado con compañeros del otro equipo y me han preguntado qué me pasa con ellos. Es un equipo que me cae increíble, pero es lo que tiene el fútbol. Por muy bien que me caigan a ver si les meto más», se esperanzó.