Ignacio Sánchez Acedo

Lunes, 25 de agosto 2025

| Actualizado 26/08/2025 00:10h.

Pues sí, la UD ya está aquí. El partidazo que se marcó en Córdoba, con goles de museo, un deleite a la vista las acciones a la red de Lukovic, Ale García y qué decir de la de Clemente, es un trueno que resuena en la categoría por la aparición de ese candidato a todo que ya asoma y amenaza. Enorme la exhibición grupal y que avanza tiempos para soñar porque, más allá del resultado, absolutamente fuera de debate, prevalece la evidencia de que se trata solo del principio.

Un inicio volcánico del Córdoba, con Clemente achicando bajo palos tras mala salida de Horkas y otra parada del meta a tiro cercano de Guardiola, puso a prueba la entereza de una UD que fue a más y creció hasta agigantarse. Ya se sabía, los de casa iban a salir al alboroto, a tratar de pescar en el desorden y, ante el río revuelto, pelota al piso, simetría y fútbol.

En eso se aplicaron todos bajo la luz de Fuster, Recoba o el debutante Lukovic, los primeros en aparecer para apropiarse del Arcángel. Sin que Cedeño diera una a derechas como pareja de Amatucci, en la zona de tres cuartos brotó el arte de los tres, asociados en la verticalidad y la precisión. Lukovic, foco de atención por su esperado estreno, avisó muy pronto de que estaba para encañonar. La primera se la sacó el portero casi sin querer.

Lukovic, en la celebración del 0-1.

Lukovic, en la celebración del 0-1.

En la siguiente, al galope luego de un pase catedrailicio de Fuster, que se disfrazó de Valerón para inventar un espacio donde no lo había, el serbio definió con punterazo de derecha y de manera inapelable. Gol de matador, mezclando velocidad, sangre fría y ese instante metafísico de mirar al portero para hacerle imposible la estirada con el remate al ángulo mortal. Como hubiese firmado, siguiendo el hilo nostálgico, el mismo Turu Flores. Corría el minuto 19 y el 0-1 era consecuencia del juego, de la creencia, de tirar de orgullo y escudo. Personalidad, que diría el míster. Fue agua bendita verse arriba en el marcador porque la UD se adueñó de todos los registros y mantuvo a raya al anfitrión, incapaz de ganar metros o llegar, al menos, al rectángulo de Horkas.

Marvin, que allevó el brazalete de capitán, en una acción de la primera mitad,

Marvin, que allevó el brazalete de capitán, en una acción de la primera mitad,

Faltó ir a por el segundo en fase más que propicia, roto el Córdoba, pero el control sí resultó efectivo a la hora de asentar poderes y evidenciar que, puestos a competir, se estaba varios cuerpos por encima. Añadiendo, además, una implicación defensiva elocuente. Ver a Ale García ser derribado en área propia tras bajar en labores de ayuda constituyó una estampa bien explícita de ese espíritu guerrero que se desea implantar.

El descanso no hizo más que aumentar las diferencias, porque la puesta en escena posterior al intermedio mantuvo el paisaje. Mando y autoridad desde las camisetas amarillas, dispuestas a cazar el botín mayor. Y ya con Enzo Loiodice para repartir criterio, restituido en el eje.

Amatucci, atento al corte ante un adversario.

Amatucci, atento al corte ante un adversario.

Si el peligro estaba en la ventaja mínima y el riesgo de que un error penalizara, a modo de lo ocurrido frente al Andorra, muy poco tardó Ale García en hacer saltar los cerrojos por los aires con el 0-2, habilitado por una asistencia quirúrgica de Lukovic. Partió de campo propio y largó un derechazo arriba imperial que le echaba la persiana a la cuestión. Quedaba mucho sí, más de media hora, pero ese margen era una mentira porque la demostración de la UD apuntaba a correctivo. El mismo Ale García acarició el 0-3 con una rosca que se fue por centímetros. Puro recreo.

Ale García festeja su golazo, el que supuso el 0-2.

Ale García festeja su golazo, el que supuso el 0-2.

Y el partido se consumió de la manera que quiso la UD, todo bajo supervisión y proyectando una imagen edificante, rotunda, de candidato. Y, encima, ya con Viera en el campo, agarrando minutos y sensaciones. El botón nuclear para apuntar al cielo.

El epílogo, Clemente en plan Maradona con un tanto que hay que ver para creer.

Ficha técnica:

​1 – Córdoba CF: Carlos Marín; Albarrán (Carlos Isaac, m.78), Fomeyem, Álex Martín, Vilarrasa; Isma Ruiz, Del Moral (Kevin Medina, m.62), Requena (Théo, m.70); Carracedo (Obolskii, m.78), Jacobo y Sergi Guardiola (Fuentes, m.70).

​3 – UD Las Palmas: Horkas; Marvin Park (Suárez, m.62), Barcia, Mika Mármol, Clemente; Manu Fuster, Amatucci, Cedeño (Loiodice, m.46), Recoba (Cristian, m.58); Lukovic (Cardona, m.62) y Ale García (Jonathan Viera, m.78).

​Goles: 0-1, m.20: Lukovic. 0-2, m.59: Ale García. 0-3, m.83: Clemente. 1-3, m.89: Fuentes.

​Árbitro: Alejandro Ojaos Valera (Comité Murciano). Amonestó a los locales Fomeyem (m.23), Albarrán (m.43), Théo (m.90) y Álex Martín (m.90), y al visitante Marvin Park (m.9).

​Incidencias: Partido correspondiente a la segunda jornada de LaLiga Hypermotion, disputado en el Estadio Bahrain Victorious Nuevo Arcángel ante 16.450 aficionados. Se guardó un minuto de silencio por los abonados del Córdoba CF fallecidos la pasada temporada.


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