Juan Arribas (Gijón, 1967) preside desde el pasado mes de diciembre la Federación Asturiana de Balonmano, un tiempo corto para aplicar todo el programa … con el que se presentó –«un proyecto a cuatro años»–, pero suficiente para ver los primeros cambios en una entidad que durante cerca de dos décadas estuvo en las mismas manos.

–¿Qué balance hace de estos primeros meses al frente de la entidad?

–Aunque sean nueve meses es una temporada entera. Estamos muy satisfechos, hemos trabajado muchísimo y formado un equipo que me llena de orgullo. Hemos establecido una gestión moderna, con áres específicas en temas como marketing, balonmano playa, competición, material, deporte femenino, inclusivo… Habremos hecho en 10 o el 20% de lo que queremos.

«En todas las categorías ha aumentado el número de equipos, estoy convencido de que hemos movido el avispero»

–¿Qué se encontraron cuando tomaron las riendas?

–Una Federación que vegetaba. No encontramos nada como para ir al juzgado, pero sí cosas que están justificadas aunque tengan difícil justificación, gastos que no consideramos primordiales. Creemos que el dinero debe estar dedicado a la competición. En la pasada asamblea aprobamos el cierre de las cuentas, hicimos borrón y cuenta nueva.

–¿Cuál era la situación económica?

–El anterior presidente decía que rea fabulosa, que había dinero en las cuentas. Y lo había, pero también cosas sin pagar del verano o partes del seguro, que es uno de los grandes problemas de las federaciones. Si restabas lo que debíamos a lo que había en caja teníamos un déficit de unos 90.000 euros. Con trabajo y la ayuda de empresas y patrocinadores, poco a poco vamos ordenando las cosas.

–¿Qué gastos «poco justificables» había?

–Yo no cobro ninguna dieta fija y el anterior presidente sí. Si voy a un sitio y lo hago en mi coche paso la gasolina, pro no tengo una dieta fija mensual. No era una gran cantidad. Y si vamos a un torneo en Cangas del Narcea, lo menos importante son los regalos a otras federaciones. Es normal tener un detalle, pero no creo que haya que hacer grandes esfuerzos económicos.

–¿Qué proyectos han puesto en marcha?

–Lo primero, la estructura deportiva, con un director deportivo, otro de la escuela de entrenadores y otro técnico. Ellos deciden la hoja de ruta deportiva: perfiles de técnicos, captación, preparación de competiciones… La Federación debe basarse en la formación, promoción, imagen y competición. Hicimos un curso de monitores con una gran afluencia y vamos a sacar el dos. Sin monitores no hay quien trabaje con las escuelas.

–Habla de captación.

–Montamos un campeonato de selecciones comarcales que trata de abarcar todo el territorio asturiano. Trabajamos con alevines de segundo año e infantiles de primero y ahora los conocemos a todos. A ellos y a los monitores y eso es algo que no existía. Fuimos al Campeonato de España con un equipo en la primera categoría y ahora ya tenemos tres.

–Asturias ha perdido a su equipo femenino de élite, el Balonmano La Calzada. ¿Qué falló?

–La Federación no puede meterse en la gestión interna de los clubes, pero está claro que en este caso era muy mejorable. La propia presidenta manifestó que no quería estar y así es muy difícil. Un club en esta categoría es casi como una pyme, muy complicada.

–¿Esta desaparición de la élite refleja el estado del balonmano asturiano?

–La fórmula para que un club suba y se mantenga es que primero tenga una base amplia en la pirámide para acabar teniendo un equipo. En los últimos años fue más un equipo que un club. Había más gente en los partidos del Balonmano Gijón o de equipos de Primera que en La Calzada. Pero hace unos días hicimos el calendario de las competiciones territoriales y nos llevamos la sorpresa de que en todas las categorías han subido los equipos. Estoy convencido de que hemos movido el avispero.

–Sube el número. ¿También el nivel?

–Todos los proyectos de Nacional son más ambiciosos que los del pasado año. Hemos perdido La Calzada, pero el del Lobas Global Atac es ambicioso, el del Balonmano Gijón, con un gran trabajo de cantera, también; el Gijón Jovellanos y el Grupo se han reforzado, el Base Oviedo está haciendo un buen equipo en una categoría muy dura. La Atlética mira hacia arriba, el Vestusta no se rinde… Todos tiene un plus de ambición más y es positivo, el ambiente será muy bonito y se transmite a los jóvenes.

–¿Qué le falta a la región para asentarse en las máximas categorías?

–El balonmano es un deporte olímpico con grandes éxitos. Hay equipos en Asobal en diez autonomías y Castilla y León cuenta con cuatro. Ahí se juntan la tradición, que nosotros la tenemos, y el apoyo económico. Para estar en la élite debes tener un grupo de jugadores de la casa, posibilidades económicas para retornar a deportistas y dinero para complementar con gente de fuera. Hace falta que alguna empresa apueste por ello.

–Tienen en mente un homenaje a Raúl Entrerríos. ¿Cuándo se podrá ver?

–Es un tema muy importante para mí. Es una injusticia tremenda que Raúl Entrerríos, uno de los cinco mejores deportistas asturianos de la historia, con arraigo, no se le haga un homenaje cuando se retira con una medalla olímpica en Tokio. Hablé con todas las partes que pueden influir y el presidente de la Federación Española se puso en contacto con el Ayuntamiento de Gijón para negociar este homenaje.

–¿Por qué no va adelante?

–Un partido de los ‘Hispanos’ es una de las marcas más caras del deporte nacional. En este caso, para la Federación Asturiana, es como si una asociación de vecinos quiere traer a los Rolling y ellos quieren venir, pero necesita ayuda. Esto debería implicar a más que la Concejalía de Deportes. Garantiza llenar el Palacio, lo que repercute en hoteles y hostelería, en colocar a Gijón en el primer nivel del deporte. Pero hace falta apoyo. Aquí hubo acontecimientos deportivos importantes con coste y un homenaje a Entrerríos es muy superior en importancia deportiva a cualquiera de ellos.

–¿Cuánto cuesta?

–Depende contra quien se juegue. Sería un partido de élite y un programa de actividades durante varios días en Gijón. El caché se puede negociar porque la Federación Española considera justo ese homenaje.

–¿Cuál es la horquilla de precios?

–Entre 120.000 y 200.000 euros. El último partido contra Serbia para clasificarse andaba por los 160.000 euros.