Manuel Ojeda no quiere que le llamen artista, sin embargo, que Torrejón de Ardoz haya pasado del gris a llenarse de color es obra suya. Y es que este torrejonero de ya casi 70 años ha dedicado casi toda su vida a embellecer el que es el pueblo que lo acogió.
«Yo nací y crecí en Madrid, pero con 18 años conocí a mi mujer en una excursión por la sierra y ella era de Torrejón. Nunca había ido y cuando fui a visitarla por primera vez me quedé alucinado. Me pareció un lugar muy cutre, sucio y abandonado«, cuenta en conversación con este periódico.
Así fue como empezó a maquinar la que años después sería su mayor afición, pero también su trabajo: transformar Torrejón con sus pinturas.
Ahora mismo, el municipio madrileño podría considerarse una pequeña meca del muralismo con un total de 90 obras en sus calles. De estas, unas 40 son firmadas por Ojeda, quien no cesó en su empeño de pintar la localidad hasta que el Gobierno municipal se lo permitió.
Como narra el pintor, finalmente la vida le llevó a vivir allí, donde consiguió una plaza en el ayuntamiento como camionero. Pero, paralelamente, se dedicaba a la pintura, su vocación, haciendo encargos privados.
«Cuando entré a trabajar corría el primer gobierno en democracia después de la muerte de Franco (1979) y vi mi oportunidad. Le propuse al primer alcalde que hubo, decorar las calles con murales y convertirlas en una galería de arte. Prácticamente, me echó de su despacho llamándome gamberro«, recuerda.
Durante esos 25 años, el Partido Socialista (PSOE) era el grupo político que gobernaba legislatura tras legislatura en el municipio. «Cada vez que había elecciones y salía un alcalde nuevo, le proponía lo mismo. Yo no me cansaba nunca», señala.
‘Corazón de Corazones’ de Manuel Ojeda.
Ayuntamiento de Torrejón de Ardoz
Cuando ya estaba «aburrido del tema» y a punto de tirar la toalla, el panorama político de la localidad dio un giro de 360 grados que también cambió la vida de Ojeda. En las elecciones municipales de 2007 ganó el Partido Popular y volvió a intentarlo una vez más, con la sorpresa de que esta vez no se llevó una negativa: «Me dijeron que buscara una fachada que me gustara e hiciera una prueba».
Ojeda se dispuso a pintar entonces el que sería el primero de muchos más murales torrejoneras. En un frontón detrás del colegio Buen Gobernador dibujó la obra titulada Fragmentos de la pintura española.
«Escogí a los pintores que más me gustan, como Picasso, Dalí y Julio Romero, y pinté cada uno de sus cuadros más famosos». Una cosa que caracteriza al pintor, además, es el de siempre esconder entre las obras de sus murales alguna pintura suya.
Cuando el alcalde vio la obra, cuenta el pintor, le dijo a su secretario: «Que este hombre no vuelva nunca más a su puesto de trabajo. Que se dedique solo a pintar. Lo que quiera, cuando quiera, como quiera y donde quiera».
La recreación del cuadro ‘Mujeres en la ventana’ de Bartolomé Esteban Murillo hecha por Manuel Ojeda.
Ayuntamiento de Torrejón de Ardoz
«Imagínate para mí lo que fue aquello. Es como ponerte una alfombra roja solo para ti. Me dieron una furgoneta, un almacén para tener mis pinturas y herramientas, y me dediqué a buscar fachadas para hacer murales», añade.
Algunos hechos a 20 metros de altura, como el de Mujeres de espaldas. Otros en los que tardó menos, como Corazón de corazones, al que le dedicó un mes. Otros más laboriosos, con dos años para prepararlos, como el Puente de los besos. O el más grande de Europa: Las flores del bien, de 400 metros.
Pinturas a privados
La pasión de Ojeda por el dibujo viene desde siempre. De hecho, sus estudios tenían que ver con ello. Se especializó en animación industrial y su primer trabajo fue como delineante a los 16 años en un estudio de grabado.
Ahí fue cuando comenzó a adquirir una clientela con la que ganarse un dinero extra haciendo lo que más le gustaba. «Me empezaron a salir pequeños trabajos para rotular furgonetas, camiones… Entonces empecé a darme a conocer en las Páginas Amarillas. Dio la casualidad de que me encargaron un mural para un restaurante en el barrio Salamanca que me abrió la puerta a una cartera de clientes más importante».
El mural del Centro de Mayores Calle Madrid de Torrejón de Ardoz llamado ‘Nostalgia’ y hecho por Causi.art.
Ayuntamiento de Torrejón
«Cogí una cierta fama en las altas esferas que me permitió hacer trabajos para gente como futbolistas, toreros, ministros«, manifiesta.
Aun así, y pese a su reconocimiento en un municipio donde ya todos le conocen, para él la palabra artista asegura que no le representa. «Yo soy un trabajador que se gana la vida pintando, igual que podría ser un albañil que pone los ladrillos maravillosamente».
El graffiti de LeBron James, realizado por David Barrera en el Centro Polivalente Abogados de Atocha en Torrejón de Ardoz.
Ayuntamiento de Torrejón de Ardoz
Los murales de Ojeda tienen todos algo en común: «Reflejan la queja social. La injusticia, la desigualdad, la lucha de clases…».
«No todas mis pinturas son del gusto de todo el mundo», asume precisamente por su necesidad de crítica. «Una vez tuve la oportunidad de hacer una exposición en la Casa de la Cultura. Yo tenía ocho cuadros hechos de la pandemia sobre la Franja de Gaza. Eran escenas dolorosas: después de un bombardeo, niños corriendo, muertos… Me decían que la gente salía llorando. Pero yo tengo la necesidad de pintar esas cosas».
Los murales de Torrejón
Tanto los murales de Ojeda como los elaborados por otros artistas en Torrejón forman parte de lo que desde el Ayuntamiento impulsan como el Plan de Mejora Estética. «La ciudad ya cuenta con una gran colección de murales, que decoran las calles, plazas y parques, creados por artistas locales de gran nivel, y que hacen de Torrejón de Ardoz un importante referente del arte urbano de España al poseer una de las mayores muestras de expresión artística callejera del país», dijo el alcalde, Alejandro Navarro Prieto, al conocer las cinco últimas creaciones artísticas el pasado mes de julio.
Deportistas, personajes reconocidos, homenajes a profesionales sanitarios o alegorías a la naturaleza. A raíz de Ojeda, artistas como Causi.art, David Barrera, Qinze Studio, Mario Abad, Yarda Madriz y muchos otros han querido inmortalizar sus creaciones en la ciudad.
De hecho, serán estos los que recojan el legado de Ojeda. Y es que en noviembre llegará su jubilación, después de una prórroga de cinco años. «Han sido los mejores años de mi vida. No sé qué haré después». Aunque dejar de crear y dibujar no va a ser una opción. «Nunca dejaré de hacerlo. Es una especie de gusanillo que tienes dentro; necesitas pintar».