Ahora, la decisión judicial cambia el rumbo de la batalla cultural en torno a la educación pública en el estado.
El magistrado Carlos Mendoza argumentó que la normativa carece de claridad y genera interpretaciones extremas. Obras como The Bluest Eye de Toni Morrison o El cuento de la criada de Margaret Atwood fueron eliminadas de los estantes bajo criterios que, según el juez, no diferencian entre material pornográfico y literatura de valor académico.
Qué significa para las escuelas y los estudiantes en Florida
La resolución judicial surge tras la demanda de un grupo conformado por padres, autores y grandes editoriales, entre ellas Penguin Random House y Macmillan Publishers.
Estas organizaciones sostuvieron que la ley vulneraba la Primera Enmienda, al restringir de manera arbitraria el derecho de los estudiantes a acceder a ideas y perspectivas diversas.
El juez Mendoza remarcó que “ninguno de estos libros es obsceno”, señalando que la aplicación de la norma generó un efecto de censura que excedía la intención de proteger a los menores.
Como residente o padre en Florida, esto significa que las juntas escolares ya no podrán aplicar restricciones indiscriminadas sin arriesgarse a nuevas impugnaciones legales.
DeSantis defendió esta ley. Foto:Archivo / Istock
Ron DeSantis defendió la ley al afirmar que su objetivo es impedir que “agendas inapropiadas” lleguen a las aulas, y adelantó que el estado apelará el fallo.
Sin embargo, expertos en derecho constitucional, como Mary Anne Franks de la Universidad de Miami, advierten que el precedente podría debilitar futuros intentos de censura en bibliotecas escolares.
Por su parte, los editores celebraron la decisión como “una victoria para el derecho a leer”, y destacaron que restringir títulos reconocidos por su valor literario limita la capacidad de los estudiantes para pensar de manera crítica.