Los inversores tienen un ojo en la Fed, donde ha estallado la tormenta política y de la que se sigue esperando que baje tipos en septiembre, y otro en Francia, de nuevo bajo presión por su desequilibrio fiscal. La protagonista aun así promete ser Nvidia, que hoy anuncia sus cuentas trimestrales, pero lo hará al cierre de Wall Street. Pero en espera de la que es sin duda una referencia indiscutible del mercado, capaz de mover millones de capitalización, en el ánimo de los inversores pesa hoy más Francia. El avance de su prima de riesgo, que hoy ha trepado sobre los 80 puntos básicos, arrastra a los bancos y con ello al Ibex, que ha sudado tinta para mantener los 15.000 puntos.
Finalmente, el selectivo ha decido el 0,65% en 15.020 y, tras una apertura de Wall Street mínimamente alcista, se aleja del objetivo de máximos históricos, que data de 2007. El índice llegó a tocar los 15.400, impulsado por las subidas casi verticales de la banca. Pero hoy ha debido encajar los fuertes descensos del sector, y el asalto tendrá que esperar, pues se vuelve a cruzar un nuevo capítulo de riesgo soberano en la zona euro, con Francia como protagonista.
El anuncio este martes del primer ministro francés Francois Bayrou de someterse a una moción de confianza el próximo 8 de septiembre ha llevado la prima de riesgo por encima de los 80 puntos básicos. La posibilidad de que caiga el Gobierno y, en todo caso, las dificultares para poner en orden las cuentas públicas, llevan tres días castigando la deuda y la Bolsa del país, con pérdidas de mayor relevancia en la banca. Y, aunque la prima de riesgo española no registra contagio y se mantiene estable algo por encima de los 60 puntos, la banca se ha visto castigada. El Banco Sabadellha perdido un 3,66% (afectado por el descuento del dividendo que se paga mañana) y Bankinter, CaixaBank y BBVA caen en torno al 2%, con el Santander recortando el 1%. En el punto opuesto, Solaria se dispara el 10% por el optimismo de los inversores ante su potencial en el negocio de suministro de energía a los centros de datos.
Sin perder de vista Francia, en el conjunto del mercado hay una calma tensa en espera de los resultados de Nvidia y también tras la sacudida a la independencia de la Fed que ha supuesto el anuncio de Donald Trump de despedir a la gobernadora Lisa Cook. La rentabilidad de los bonos de EE UU a 10 y 30 años avanza hoy al 4,28% y 4,95%, al filo ya del 5%, un umbral que suele inquietar a los inversores y a partir del que comienzan a saltar las alarmas sobre la sostenibilidad de la deuda estadounidense. No en vano, el ataque de Trump a la Fed entraña el riesgo de socavar la credibilidad del banco central en una economía fuertemente endeudada y pese a que el dólar sea la divisa refugio por excelencia.
El mercado mantiene la expectativa de que la Fed recortará los tipos en su próxima reunión de septiembre, en la que será la primera rebaja desde diciembre, tal y como sugirió Jerome Powell en el foro del Jackson Hole del viernes pasado. El mercado laboral está dando creciente señales de debilitamiento ante las que la Fed estaría dispuesta a actuar y pese a que los precios también afrontar las presiones inflacionistas derivadas de la política arancelaria de Trump. Los futuros dan una probabilidad del 88% a ese recorte en septiembre, aunque en espera del dato que se conocerá este viernes del índice de precios del consumo personal del mes de julio, el PCE. Es la variable de precios más seguida por la Fed, ya que es la que utiliza para sus proyecciones y para diseñar en gran medida su política monetaria.
El alza en las rentabilidades de los bonos de EE UU no se traslada al euro, donde pesa más la inquietud por las cuentas públicas francesas. La divisa europea retrocede el 0,5% y cae de los 1,16 dólares.
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