Y por fin, en la tarde de este miércoles, los vigueses han tenido que sacar sus paraguas, chubasqueros y calzado adecuado de sus armarios. Gotas que apenas molestan, ya que limpian un ambiente muy caldeado y protagonizado por los fuegos que, sobre todo, han castigado a la provincia de Ourense, aunque la de Pontevedra no se ha librado.
Fue el pasado 19 de julio la última vez que llovía en Vigo antes de este 27 de agosto. Pero muy poco. Tan solo nueve litros por metro cuadrado. Han tenido que pasar 39 días para ver caer agua desde el cielo olívico, de nuevo. A nadie se le escapa que está siendo un verano atípico. Para encontrar precipitaciones cercanas a esa jornada ‘lluviosa’ del séptimo mes del año, hay que irse hasta junio, cuando se registraron otras cuatro jornadas con lluvias, pero tan ínfimas (menos de un litro por metro cuadrado acumulado), que, meteorológicamente, ni siquiera se consideran como tal.
Lo que viene
Para esta semana, las temperaturas serán más templadas si las comparamos con esa intensa ola de calor que en las últimas semanas apenas ha dejado conciliar el sueño en los hogares de toda España. La previsión de Meteogalicia para la comunidad gallega ha estimado mínimas de 15 grados hasta el sábado y máximas de 24, 23 y 22, según nos aproximemos hacia el final de la semana.
El jueves y el viernes por la mañana seguirá lloviendo, sobre todo en el litoral atlántico gallego, donde se registrarán precipitaciones débiles. Tanto el sábado como el domingo también estarán pasados por agua. En general, los cielos lucirán parcialmente nublados en toda la comunidad.