Esta contrarreloj por equipos marca la entrada de la Vuelta en España

Moderna, rítmica, un engranaje perfecto, la contrarreloj por equipos siempre ha estado muy presente en la Vuelta a España.

Las contrarrelojes por equipos han sido durante décadas una seña de identidad en las grandes vueltas ciclistas.

Aunque en el Tour de Francia y en el Giro de Italia prácticamente desaparecieron en los últimos años, como digo la Vuelta a España las ha mantenido vivas.

CCMM Valenciana

Muchas de sus ediciones recientes han arrancado precisamente con esta modalidad tan espectacular, lo que demuestra que todavía tienen un lugar reservado dentro del ciclismo de élite.

Su importancia radica en que no solo cuentan las piernas de cada corredor, sino la capacidad del grupo para funcionar como una máquina perfectamente engrasada.

Aquí no gana el más fuerte en solitario, sino el equipo que mejor sepa coordinarse.

Ya sabéis, la clave está en relevos medidos, en mantener un ritmo constante y en que la comunicación fluya a lo largo de toda la formación.

Se trata de mantener la máxima velocidad posible sin que nadie quede descolgado demasiado pronto.

Antes, el tiempo se tomaba cuando el cuarto ciclista cruzaba la meta, lo que obligaba a conservar la mitad del bloque unido hasta el final.

En la actualidad, con nuevos sistemas de cronometraje en los que cada corredor recibe su propio tiempo, la táctica cambia por completo: los equipos pueden vaciar a sus gregarios y lanzar a su líder para que exprima los últimos metros a tope.

Preparar una contrarreloj por equipos no es algo improvisado.

Requiere meses de ensayo, trabajo específico en aerodinámica y, por supuesto, inversión en material y tecnología.

La ONCE fue pionera en muchas cosas de la materia, su especialidad de la casa, esta vez otro equipo amarillo, el Visma aparece como favorito, si han superado el susto del robo de bicicletas.

De ahí viene una de las críticas más habituales: favorecen a los equipos con mayor presupuesto, capaces de gastar en túneles de viento, bicicletas ultraligeras y entrenamientos dedicados exclusivamente a esta disciplina.

Sin embargo, con el nivel de profesionalización actual, la diferencia entre grandes y pequeños se ha reducido, y hoy casi todos los equipos llegan con planes detallados para rendir al máximo.

Además, las diferencias, con contrarreloj por equipos o no, se acabarán marcando entre unos y otros en esta Vuelta.

Más allá de lo técnico, las contrarrelojes por equipos son un espectáculo visual único. Ver a ocho ciclistas girando como engranajes de un reloj, entrando y saliendo de la fila a gran velocidad, es pura poesía en movimiento.

Para los fotógrafos son una mina de imágenes espectaculares, y para los aficionados, una de esas jornadas que ponen los nervios de punta y marcan el inicio de una gran vuelta con emoción añadida.

Aunque ya no decidan la clasificación general como en el pasado, siguen siendo etapas cruciales: unos segundos ganados o perdidos pueden marcar la diferencia en la lucha por el maillot de líder.

Y con su regreso anunciado al Tour de Francia, todo apunta a que estas contrarrelojes por equipos todavía tienen cuerda para rato.