Dricus du Plessis ha permanecido durante algo más de una semana en silencio, sin hablar de su derrota ante Khamzat Chimaev. El sudafricano apenas pudo aguantar la embestida del checheno quien, en cinco asaltos de puro dominio, dejó sin respuesta al monarca para robar su cinturón y comenzar un nuevo reinado en la división de los pesos medianos, una categoría repleta de grandes competidores. Ahora, diez días después, ha mandado un mensaje a sus seguidores en redes sociales.

«Ha pasado poco más de una semana y he pasado tiempo con mi familia y amigos, aquellos más cercanos a mí que estarán conmigo gane o pierda. Acepto esta derrota con los brazos abiertos, porque créanme, por mucho que odie perder, es parte de la vida tanto como de nuestro juego, y creo que es necesario en mi búsqueda de la grandeza. Sin lo amargo, lo dulce no sería tan dulce», escribió el sudafricano, en sus redes sociales oficiales.

El competidor también dejó un aviso al resto de la división con una metáfora, con la que dejó claro que pretende regresar al mandato de la categoría: «No se equivoquen, no soy un buen perdedor, porque un buen perdedor se convierte en uno frecuente. Sin embargo, soy un ávido aprendiz de las artes y de la vida misma. Esta pérdida ha despertado en mí un deseo que tendrá como consecuencia un ataque mayor que la dominación original: mi regreso a la gloria y la búsqueda de la grandeza serán inimaginables para la mente promedio«, añadió.

«No tengo absolutamente ninguna excusa por mi actuación, fui derrotado por un mejor peleador esa noche, felicitaciones a mi oponente y gracias por el honor de compartir el octágono contigo. Gracias por todo el amor y apoyo de los fanáticos de todo el mundo y de mis patrocinadores que siempre han jugado y jugarán en el futuro un papel fundamental en mi éxito», agradeció.

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Stillknocks deberá ahora formalizar una exitosa recuperación de un combate del que no salió castigado en exceso, pero en el que quedó sin respuesta alguna ante la propuesta de Khamzat Chimaev sobre el octágono del Ultimate Fighting Championship, donde ahora mandará con un mandato que prevé no tener rival alguno.