Año 2018. Nicaragua es un hervidero de violencia tras una insurrección que sacude todo el país. En medio de ese terremoto político, autobuses con innumerables cajas de libros, cruzan de manera clandestina por Peñas Blancas, zona fronteriza con Costa Rica. El desatado régimen de Ortega … había bloqueado el país y atacaba todos los sectores, incluido el cultural. Sin embargo, por las montañas nicaragüenses, salían libros valiosos para el patrimonio de la llamada dulce cintura de América. Entre ellos dos maletas grandes de la librería ‘Monos de San Telmo’, un espacio que estaba bajo el foco dictatorial.
La librería ‘Monos de San Telmo’ se fundó en 2017 gracias a Fidel Narváez (profesor universitario y abogado) y Ruxandra Dumitru. Ambos jóvenes libreros recorrían mercados, universidades y festivales de poesía realizando un trabajo itinerante nacido a pie de calle. «Intentábamos darle un rezago a la materia de archivo, libros usados, descatalogados y olvidados que había en Nicaragua y Centroamérica», cuenta Narváez a nuestro periódico. La llegada de la insurrección en abril de 2018, los obligó a marcharse. Se mudaron a Valencia, ciudad donde uno de los fundadores había estudiado.
«En esa época convulsa empezamos a meter todo el material en cajas para guardarlos. Los libros con mayor valor bibliográfico los contrabandeamos por zonas fronterizas sin control migratorio. La última gran adquisición la hice desde Costa Rica, pero mandando seis maletas de 23kg llenas de libros cada una hacia España conseguidas en un archivo guatemalteco», agrega Narváez orgulloso en medio de una montaña de ejemplares y antigüedades. Uno de sus últimos movimientos lo realizó en 2024 logrando sacar de Nicaragua documentos inéditos del diario ‘Barricada’ de la época revolucionaria sandinista.
Valencia, nuevo comienzo
Año 2025. La ciudad de Valencia ha relajado sus llamas sulfúricas y en el Distrito de Patraix, barrio La Raiosa (Calle Uruguay, 59) un pequeño bajo rompe con la estética habitual de los edificios. En la entrada cuatro sillas, un mural de colores llamativos y, colgados en la puerta de entrada, numerosos objetos antiguos y una máscara con un mensaje: ‘Nicaragua libre’. «Abrimos el local un mes antes del confinamiento (2020). Comenzamos vendiendo en las calles del centro a modo de ‘top manta’. Más tarde, pudimos encontrar este bajo», relata un Narváez sonriente a pesar de las heridas del pasado asegurando que está en una tierra de tradición artística y literaria bastante política como su Nicaragua.
La librería ‘Monos de San Telmo’ huele a verso clásico. Es difícil describir un espacio tan utópico e idílico. Aquí no existen las secciones, no hay temáticas ni best-sellers con fajas relucientes. Ni ego de autores vivos. A cada paso que das te asalta un cuadro, una antigüedad curiosa, una revista inédita, una fotografía, un faro de la historia perdida.
Fidel Narváez en la entrada de la librería. En el Interior de la misma conviven libros y objetos antiguos esparcidos por todo el recinto.
GAETANE AUGUST
—Hay elementos culturales hasta en la puerta…
—La librería para nosotros tiene una potencia cultural, porque es donde llegan las ideas, protestas, debates sin importar el color o ideología. El patrimonio bibliográfico es mantenernos humanos. No pretendemos hacer marketing cultural. Al contrario, queremos que el humano se vea reflejado en todo lo defendido a través de carteles, fotografías, libros y objetos porque estos tienen una vitalidad con la que hay que relacionarse.
«No pretendemos hacer marketing cultural. El patrimonio bibliográfico es mantenernos humanos»
En este paraíso alejado del mundanal ruido no se busca la visión consumista, hotelera y turística. La librería está llena de elementos que evocan la historia del mundo que nos rodea en Centroamérica, España y Valencia. Se vislumbran primeras ediciones, figuritas, máscaras centroamericanas o revistas en lenguas indígenas. Aquí no se sabe dónde están las cosas, porque están en todas partes: «Muchos vecinos del barrio y gente que viene de fuera a visitar la librería, se han apropiado del proyecto y lo han colectivizado», afirma su propietario.
Un archivo histórico
Protegido y blindado se encuentra el archivo histórico de literatura nicaragüense y centroamericana. Se trata de un conjunto de documentos y ejemplares fruto de la reinversión de lo que se gana. «Tenemos libros que no están a disposición en otro sitio que van desde el siglo XIX de Nicaragua. La historia política de mi país tiene un camino paralelo con su historia bibliográfica, ambas son violentas y trágicas», agrega el fundador. El archivo literario tiene joyas como, por ejemplo, un libro único del poeta Salomón de la Selva.
Vitrina que alberga parte del archivo histórico y literario
GAETANE AUGUST
En esta librería son conscientes de que, más allá de las luchas políticas, hay un patrimonio cultural y bibliográfico que proteger. Reivindican el oficio de librero y esa labor adherida a su dimensión política, de buena fe y cuidado. A este universo de antigüedades y libros hay quienes vienen con archivos de escritores y pintores. Son miles los visitantes (funcionarios de museos, académicos, investigadores y curiosos) que cada año se pierden entre objetos y ejemplares antiguos.
Escribió Joan Margarit que ‘La libertad es una librería’. En este rincón de Valencia se respira libertad a cada paso. Simplificar la historia de este espacio a su supervivencia desde el exilio sería un error, pues han sabido convertir su lejanía en puente de rescate y memoria. Entrar aquí significa atravesar el corazón de Nicaragua y Centroamérica. Entre estas paredes reposa una parte del patrimonio bibliográfico de una región de América que supera los 50 millones de habitantes.
El fundador y propietario de ‘Monos de San Telmo’ es un librero valiente. Un hombre que se ha jugado la vida por los libros y que aspira convertir este lugar en una fundación. «Valoramos el pasado con pensamiento crítico y que es rebelde en las calles, escuelas y universidades», concluye con una sonrisa en su rostro. Aquí no hay vencedores ni vencidos. Aquí hay literatura, creación, memoria y ficción. Pasen que… adentro hay Nicaragua.