La pasada fue una temporada para olvidar en el Costa del Sol Málaga. Es más, podría decirse que rindieron demasiado (al menos, en Liga, donde … alcanzaron las semifinales de los ‘play-off’ por el título) para la serie de desdichas que sufrieron durante el año. En ningún momento de la campaña 2024-25, pudo contar el entrenador con la totalidad de su plantilla, a razón de incluso 5 ó 6 bajas por partido: lesiones, molestias, y también la maternidad de una Silvia Arderius que posiblemente pueda reincorporarse al equipo este invierno tras dar a luz hace 3 meses. La cuestión es que las dificultades llevaron el conjunto a atravesar su peor bache en años, especialmente en enero, cuando quedó eliminado de la Copa de la Reina y de la competición europea. Ahora, a tras una intensa pretemporada y a un día de que comience la nueva campaña, las sensaciones del equipo son muy diferentes.

Tocan madera las jugadoras y los miembros del ‘staff’ más supersticiosos. Sobre todo Suso Gallardo, que aún no puede creer que ahora mismo tenga toda la plantilla a su disposición. Incluso Nayra Solís, operada de la rodilla y baja desde febrero, ha vuelto a la convocatoria para el primer partido de Liga del año, este sábado, a las 20.00 horas, en casa de un Beti-Onak también con pasaporte europeo este curso. Hasta Navarra puso rumbo el conjunto ayer por la tarde, tras su último entreno. Maider Barros (extremo llegada del Porriño), Nicxon Clabel (del Anaitasuna); Rita Campos (internacional portuguesa, del Benfica), Martina Romero (internacional argentina, del Aula Valladolid) y la malagueña Bárbara Piñeira, que regresa a casa tras un periplo en el Adesal Córdoba.

En esta ocasión, el cuadro malagueño no apostó en el mercado por jugadoras más veteranas, internacionales españolas o de renombre, «Las más destacadas se han ido a ligas superiores, donde económicamente ganan más», apunta el técnico malagueño. Sin embargo, se ha apostado por un rejuvenecimiento de una plantilla consolidada y contrastada. Ninguna de las ‘nuevas’ supera 23 años, cuentan con proyección y ganas de crecerse en la élite. «Hemos apostado por gente joven y seguramente no tengan tanta experiencia, pero puede que tengan más potencial a medio-largo plazo. Estoy contentísimo, para empezar, porque podemos entrenar juntas, cosa que el año pasado no pasó ni una vez», añade, en tono jocoso.

ÑITO SALAS

Y es que aún quedan trazas en Gallardo del calvario de lesiones del pasado año. Por ello, cara a éste, prefiere andar con pies de plomo: «Hay que darle tiempo a la plantilla. Si nos respetan las lesiones, de aquí a mayo podremos tener alguna alegría, creo que se va a notar la mejoría mes a mes y que podemos competir por muchas cosas». Así las cosas: ¿cuál es el objetivo de la temporada?

Entrega y suerte

Suso responde: «Para mi, la mayor decepción fue no clasificarnos para la Copa de la Reina, porque en Europa nos eliminó el que después fue campeón y en Liga, el Bera Bera, así que la meta es asegurar los ‘play-off’ y la plaza europea lo antes posible, volver a la Copa y si llegamos bien al final, seguro que podremos competir por la Liga. Siempre hemos sido capaces de pelear con los grandes, sólo nos falta una pizquita de suerte para volver a los títulos».

Y si bien habrá que dar tiempo a que las nuevas caras se adapten, lo cierto es que la mayor virtud de este equipo es que año tras año ha logrado mantener a un buen bloque del equipo de los cinco títulos, con jugadoras a las que no les hace falta ni mirarse para saber adónde van a pasar el balón. Las jugadoras que siguen son: Merche Castellanos, Diva, Estitxu, Joana Resende, Laura Sánchez, Isa Medeiros, Nayra Solís, Estela Doiro, Rocío Campigli, Bárbara Vela y cómo no,, las capitanas y gemelas Espe y Sole López.

La olímpica malagueña, Sole, se muestra optimista y confiada. Y es que como decíamos, el poder entrenar con la plantilla al completo tras un año nefasto, ya le parece todo un lujo. Así lo vive la extremo: «El año pasado fue durísimo desde el inicio, estuvimos arrastrando lesiones todo el año, intentábamos ‘parchear’ cada partido porque siempre pasaba algo nuevo…». Esta intensa pretemporada durante el mes de agosto le ha servido para recuperar ritmo y volver a ilusionarse: «Llevamos un mes de agosto que da gusto porque hay 2-3 jugadoras por posición y eso crea una competencia sana y hace que estemos en las mejores condiciones posibles. Queda por trabajar, pero vamos por buen camino y hemos trabajado muy duro esta pretemporada. El equipo ha dado un paso adelante a nivel físico».

La extremo es consciente de que esta campaña han sufrido marchas importantes como las de Bitolo, Eli Cesáreo y Patri Lima, pero tiene fe en la nueva plantilla, sobre la que destaca su «juventud y ambición». Su meta como capitana, un año más, será defender su vestuario y lograr que sea lo más competitivo y unido posible. Sólo así volveremos a ver al Costa del Sol peleando por ampliar su vitrina: «La meta es disfrutar, ser un equipo completo e intentar llegar hasta el final en todas las competiciones, que luchemos todos los partidos y si se puede, jugar finales y ojalá llevárnoslas».