Villaco, un pueblo de 75 habitantes de la provincia de Valladolid, ha reunido la memoria de sus mayores en un documental. Hombres y mujeres de entre 75 y 106 años recuerdan sus tiempos de escuela y juegos, las fiestas y bailes de los años 40 y 50, los duros tiempos de la postguerra civil y los acontecimientos que marcaron a la España rural de mediados del siglo XX en este formato.
El documental, «Villaco, en la memoria de un río», fue proyectado este fin de semana en la plaza del pueblo, para deleite de sus protagonistas y de sus paisanos del Valle del Esgueva vallisoletano. Además, se podrá ver a través de la 8 de Valladolid el próximo 7 de agosto a las 21:00 horas.
El documental
Villaco, un pueblo de 75 habitantes de la provincia, reúne la memoria de sus mayores en un documental.
La idea de grabar el documental surgió, como sucede muchas veces en España, por rebatir una opinión, según indica la productora en una nota de prensa. En concreto, la del historiador Jesús Urrea que, en su Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid de 1974, afirmaba que: «Nada de particular belleza conserva el pueblo de Villaco».
Los productores del documental, convencidos de que Villaco, un pequeño municipio castellano situado en el Valle del Esgueva, a pocos kilómetros de la capital vallisoletana, tenía mucho más que belleza, reunieron en el verano de 2024 a una quincena de sus habitantes más veteranos para compartir sus vivencias delante de la cámara.
Horas de conversación, cientos de fotos en blanco y negro, y mucha nostalgia por unos tiempos que, «aunque más duros, fueron más felices», sirvieron para crear el documental, que fue proyectado en la plaza de Villaco este fin de semana, se subraya desde la producción.
Villaco, un pueblo de 75 habitantes de la provincia, reúne la memoria de sus mayores en un documental.
Entre sus 75 habitantes está la de Esther Gómez de la Fuente, que a sus 106 años mantiene una prodigiosa memoria de lo acontecido en un pueblo en el que se casó y fue «muy feliz», como las celebraciones de San Sebastián, la Cruz de mayo y la novena de los Corazones, las tres grandes fiestas del pueblo en las que había «baile y dulzaineros durante tres días». Esther es la habitante más longeva de todo el valle del Esgueva vallisoletano.
También se contó con Sabino González, que fue el último maestro del pueblo, cuando aún se impartían las clases a niños y niñas por separado. Este madrileño, al que le tocó como primer destino este sobrio pueblo castellano, se enamoró allí de su futura mujer, pero también de sus gentes, «alegres y acogedoras como pocas».
Villaco, un pueblo de 75 habitantes de la provincia, reúne la memoria de sus mayores en un documental.
Villaco, al igual que muchos de esos pequeños pueblos que salpican la geografía española, guarda celosa memoria de su identidad, tradiciones y vivencias. Algo que han querido conservar, como el tesoro que es, para las futuras generaciones.