Recientemente, la cadena pública valenciana À Punt se ha hecho eco del estudio La vuelta al cole marca otro récord de gasto: las familias españolas pagarán hasta 422 euros de media por alumno en el curso 2025-2026 del portal online de comparador de productos financieros Banqmi y que situa el País Valencià como la autonomía donde las familias tienen que hacer un esfuerzo económico mayor para la vuelta al cole: si la media estatal de gasto representa 422,05 euros, la valenciana sube hasta los 481,3 euros.
Sin embargo, la publicación de À Punt ha generado extrañeza, incluso con comentarios en sus redes, ya que el País Valencià es, precisamente, el territorio que actualmente cuenta con un programa de banco de libros (Xarxa Llibres) con un alcance mayor, de manera que —generalmente y con las excepciones que más adelante analizaremos— los libros de texto son aquí gratuitos.
Xarxa Llibres (Red Libros) es un programa de banco de libros que puso en marcha el gobierno progresista de la Generalitat, formado por el PSPV-PSOE y Compromís, en su primera legislatura, 2015-2019. Cada centro crea su propio banco de libros, con fondos de Conselleria, y estos son reutilizados por el alumnado en cada curso. Está a disposición de todos los centros educativos sostenidos por fondos públicos —es decir, la escuela concertada también se puede adherir a Xarxa Llibres— y desde el curso 2023-24 también entra el Bachillerato.
En este sentido, Xarxa Llibres es, pues, el programa de banco de libros que tiene un alcance mayor entre todas las autonomías, ya que se trata de un programa universal, es decir, no discrimina por renta y cubre todas las etapas educativas preuniversitarias.
Ahora bien, más allá de la extrañeza que pueda generar la conclusión del estudio, la publicación ha servido para poner en la mesa el debate sobre una brecha profunda que se ha incrementado en los últimos años en el País Valencià: la brecha entre el coste de la educación en el sistema público y en el sistema privado/concertado para las familias.
Para Rubén Pacheco, representante de FAMPA – València (Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos), esta brecha es significativa. Según un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (UCO), la media de gasto anual en todo el estado para los libros de texto oscila entre los 143 euros de la etapa Infantil (2-5 años) que gastarán el 56% de los alumnos; 171 euros de Primaria (que comprarán el 74%), 206 euros de Secundaria (79%), y 243 euros para el Bachillerato (89%). Es decir, una media general de 203 euros.
El sistema de Xarxa Llibres es, por lo tanto, un primer ahorro importante para las familias que llevan a sus hijos al sistema público frente al privado/concertado. Si bien Xarxa Llibres también está abierto a los centros concertados, Pacheco explica que su incidencia es mínima y que, asimismo, Conselleria no ha hecho públicos los datos al respecto desde hace varios cursos. La escuela concertada ha rechazado de facto Xarxa Llibres.
Pacheco valora positivamente el sistema de banco de libros, que valora como «obligación de los poderes públicos para que el sistema educativo público sea realmente gratuito». Pone como ejemplo su mismo caso: cursó el Bachillerato sin libros de texto, puesto que su familia no podía pagarlos. Es decir, «es una discriminación que haya que pagar por los materiales necesarios para una educación universal y gratuita».
El sistema de banco de libros como Xarxa Llibres es, según Pacheco, más útil que otros como el de cheque escolar, que no acaban de cubrir todas las necesidades y que, además, pueden generar un incremento de los costes.
En este sentido, Pacheco considera que el modelo de Xarxa Llibres se tendría que extender también a un banco de materiales educativos, para que cada centro tenga un fondo mancomunado de materiales necesarios y, así, descargar de este coste económico a las familias, que puede suponer un gasto anual de entre 100 o 200 euros. Pacheco explica que muchos centros aportan una lista de materiales —a veces, incluso con las marcas detalladas— para la adquisición de las familias y reflexiona que, si las necesidades están tan claras y tasadas, ¿por qué no se encarga el centro de proporcionarlas con un fondo mancomunado de materiales?
Por otro lado, Pacheco denuncia que la aplicación de este curso de los resultados de la consulta sobre la lengua base en la educación impulsada por PP y Vox pueden generar disfunciones en Xarxa Llibres, ya que, si se ha modificado el programa lingüístico del centro a causa de las votaciones, los libros disponibles no serán válidos. Para estas eventualidades, Conselleria solo proporciona unos 30 euros por alumno, una cifra que Pacheco considera insuficiente.
Así pues, el coste de los libros de texto es una brecha importante que se impone de facto entre el sistema público y el concertado/privado. No obstante, hay otras más. El periodista Moisés Pérez ha estudiado a fondo la red educativa valenciana en El negoci de les aules. L’ensenyament privat i concertat al País Valencià (Institució Alfons el Magnànim, 2023). En el curso 2019-20, la red concertada suponía el 24,8%, la privada, el 8,02%, y el resto, era la red pública. El peso entre las dos tipologías suele variar sobre este 70%-30% aproximado.
Moisés Pérez, además de los libros de texto, también apunta otros factores, como el uniforme, el transporte escolar, gabinetes psicopedagógicos, materiales o actividades extraescolares. En estos casos, la familia del alumno tiene poca capacidad de decisión, ya que no comprar el pack completo supone una cierta automarginación del grupo.
Estos gastos se pueden abonar directamente, pero normalmente suelen formar parte de lo que se conoce como cuota, que, a pesar de ser prácticamente universal en el sistema, resulta que se trata de un cobro ilegal, un «copago», tal como califica Pérez, ya que los centros concertados se sostienen con fondos públicos, es decir, que las familias pagan dos veces: con impuestos y con estas «cuotas».
Teóricamente, esta cuota es voluntaria, pero, en la práctica, resulta obligatoria. Según un estudio de CEAPA y CICAE, asociación de colegios privados e independientes, «el 87 % de los colegios analizados cobra una cuota base, siendo obligatoria en el 77 % de los casos, en contra Ley Orgánica del Derecho a la Educación que establece la gratuidad de la educación obligatoria en centros sostenidos con fondos públicos».
¿Pero qué cantidad se suele abonar como cuota en los centros valencianos? Pérez explica que la variable es muy amplia, ya que no son el mismo perfil de centros el colegio Guadalaviar (uno de los más elitistas de la ciudad de València) que el Montesión (en Torrent, con un sesgo de clase mucho menos marcado), o el centro Aitana respecto al Lope de Vega, ambos en Elx y con las mismas características.
Según el mismo estudio referenciado, en el curso 2021-2022, la media mensual de la cuota de la educación concertada en el País Valencià era de 78,51 euros, que se situaba por detrás de los 202,37 euros de Catalunya, los 133,25 euros de Madrid y los 84,07 de Euskadi, pero por encima de los 46,22 euros de Andalucía, los 36 euros de Aragón y los 32,46 euros de Galiza.
Para Moisés Pérez, las cuotas —y otros gastos asociados— ejercen de barrera económica para poder seleccionar al alumnado, porque la cuesta de septiembre, si bien siempre es dura, en el País Valencià tiene un desnivel bastante diferente entre la red educativa pública y la red educativa concertada/privada.