El líder de CC, Fernando Clavijo, llamó este jueves “auténtico fascista” al de Vox, Santiago Abascal, y el titular se repite en infinidad de medios. Lo hace porque al otrora responsable “a dedo” de un “chiringuito” público (en sus propias palabras) al amparo de Esperanza Aguirre (por el que cobraba 93.855 euros en 2010 por ser director de la Agencia de Protección de Datos de Madrid, 15.000 euros más que el presidente Zapatero) no se le ocurre otra perla que proponer en redes sociales que se confisque y hunda el barco Open Arms, atracado estos días en Tenerife, por considerarlo un “buque negrero”. El presidente canario fue este jueves más contundente que nunca contra Abascal antes de visitar esta nave solidaria que trata de salvar a gente en el mar, pero obvió un detalle con cierta relevancia: su CC pactó con Vox en tres municipios canarios
Open Arms responde a Abascal: «Ser atacados por los enemigos del mundo es una medalla»
Clavijo dijo que lo asegurado por Abascal “es un sinsentido, genera crispación, malestar y le hace un flaco favor a la democracia, salvo que a Abascal le moleste también la democracia, cosa que ya algunos dudamos”. Además, recalcó que respeta a Vox, aunque no comparta “nada de su discurso”, y subrayó la labor solidaria y de respeto por la vida humana del Open Arms, “que rescataría a Abascal si naufragara”.
Sin embargo, esta contundencia choca con el hecho de que Clavijo ha respaldado, cuando no fomentado, los acuerdos de su partido con Vox en este mandato en tres ayuntamientos de Canarias. El primero se produjo en Teguise (Lanzarote, con 24.848 habitantes, si bien su edil acabó dejando la formación) justo en la toma de posesión de junio de 2023.
El segundo se confirmó a principios de este año en Arona (sur de Tenerife, con 86.624 residentes al cerrarse 2024) para sustentar el pacto PP-CC tras la ruptura de la alcaldesa, la conservadora Fátima Lemes, con Más por Arona, y en marzo se dio el tercero en Granadilla de Abona (sur de Tenerife, 57.143) para devolver la alcaldía a Domingo Regalado (exalcalde y asesor hasta entonces de Clavijo en Presidencia) con una censura que rompió de nuevo al PP local, pues una de las concejalas siguió fiel a su acuerdo con el PSOE y el otro, cambió de opinión ante la presión de la dirección regional.
Sin novedad en el frente
Los titulares que ahora dejan bien a Clavijo frente a Abascal olvidan también, al menos en su impacto inicial, que nada de lo dicho ahora por el líder de extrema derecha le puede sorprender en cuanto a migración y solidaridad. De hecho, en 2020 ya propuso que se desplegara la Armada en aguas de Canarias para un bloqueo naval que impidiese al paso de nuevos cayucos hacia las Islas, lo que desató una aireada reacción del entonces jefe del Estado Mayor de la Armada (AJEMA), el almirante Teodoro López Calderón.
Pero, además, tampoco puede sorprenderse en exceso de los términos que ha empleado hasta ahora Abascal y otros muchos dirigentes de Vox con los migrantes y el propio barco Open Arms. Basta repasar cada intervención en el Congreso sobre este asunto, ruedas de prensa, visitas a Canarias y lo afirmado en plena agudización de la llegada de cayucos en ciertas semanas en el pasado, o aquel cartel electoral en Madrid vinculando a migrantes con seguridad y las pensiones, con el rostro de una mujer mayor.
Es más, el propio programa de Vox lo deja claro y es replicado por cualquier candidato en cualquier municipio, incluidos Teguise, Arona y Granadilla. CC siempre ha apelado a la estabilidad municipal y al margen de maniobra de sus concejales para buscar los acuerdos que crean mejor para sus municipios. En el caso de Arona y Granadilla, hasta la presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila, ha defendido abiertamente esos pactos por entender que era la mejor alternativa y los medios o periodistas afines a CC justifican los dos movimientos porque, al fin y al cabo, la derecha sumaba y la izquierda no en esos dos ayuntamientos.
Abascal (Vox) pide hundir el barco solidario de rescate de migrantes Open Arms, atracado en Tenerife, y Clavijo le llama “fascista”
Sin embargo, esto choca de frente con el chacra más que repetido por Clavijo y otros dirigentes de CC que decían que no pactarían nunca con los extremos (Podemos y Vox). Ahora, Clavijo llama “fascista” a Abascal y da la vuelta a España, pero igual lo podía pensar o decir hace años o en unos meses. La gran paradoja es que un partido que se dice centrista, nacionalista y, por tanto, anticentralista, y que en sus últimos congresos se ha autodefinido como “progresista”, cogobierna a 168.615 canarios con una fuerza (otrora “nueva”, por lo de Blas Piñar) liderada por un “auténtico fascista”. En muchas latitudes, con o sin cayucos de por medio, la primera palabra que se vendría a la boca es “cinismo”.