Integrando por fin a Reed Richards (Pedro Pascal) y familia en su universo compartido, no puede decirse que Marvel haya pecado de falta de ambición. Porque la inspiración de Los 4 Fantásticos: Primeros pasos está en la llamada ‘trilogía de Galactus’, esa historia publicada en 1966 con la que Stan Lee y Jack Kirby alcanzaron una cima, no del cómic de superhéroes, sino del cómic en general. 

Adaptar tamaña obra maestra sin que el resultado sea un pestiño (y sin crear conflictos con el resto del MCU, requiere tomarse ciertas libertades creativas. Por eso, para entender el final de Primeros pasos no basta con acudir a los tebeos originales: aquí te contamos el destino de Reed, Susan (Vanessa Kirby), Johnny (Joseph Quinn) y Ben (Ebon Moss-Bachrach) en su regreso a la pantalla grande, avisando de que contiene SPOILERS.  

Así termina ‘Los 4 Fantásticos: Primeros pasos’

Tras el nacimiento del pequeño Franklin Richards, las cosas han ido de mal en peor para los Cuatro Fantásticos y para la Tierra, en general. Galactus (Ralph Ineson) ha cambiado su empeño de devorar el planeta por el de llevarse al hijo de Reed y Sue para convertirlo en su heredero, mientras que Estela Plateada (Julia Garner) ha frustrado todos los intentos de mantenerle a raya. 

Así pues, el equipo apuesta por una solución desesperada: atraer al Devorador de Mundos a Nueva York, usando a Franklin como cebo, para después activar un portal dimensional que le lleve a la otra punta del universo, impidiéndole volver a nuestro planeta hasta que la humanidad esté preparada para hacerle frente. 

Pedro Pascal en 'Cuatro Fantásticos: Primeros pasos'.

A fin de evitar una escabechina, además, el cuarteto debe hacer un trato con su antiguo enemigo el Hombre Topo (Paul Walter Hauser). Aunque el supervillano se hace de rogar, por cosas de ese ego inversamente proporcional a su estatura, Sue le convence de que su reino de Subterránea sirva como refugio a la población civil. 

Para desgracia del cuarteto, una cosa es planear una estratagema contra Galactus, y otra bien distinta hacerle frente en persona. Moviéndose por Nueva York como un niño entre castillos de arena, el Devorador de Mundos se percata de la trampa. Si bien esto le inspira cierta simpatía por esos bichitos tan listos (es decir, los humanos), no le hace cejar en su empeño de llevarse al bebé.  

Pero, cuando todo parece perdido, los Cuatro Fantásticos reciben la inesperada ayuda de la propia Estela Plateada. Tras esa conversación con Johnny en la que este le recordó su identidad original de Shalla-Bal, la viajera cósmica ha decidido que está harta de buscar mundos para saciar el hambre de Galactus: en el último momento, empuja a su amo al interior del portal, desapareciendo ambos con rumbo a vete a saber dónde (¿será la Zona Negativa?).

John Malkovich en 'Los 4 Fantásticos'

Por si este sacrificio no fuese lo bastante trágico, resulta que Sue ha muerto durante el combate contra Galactus. Pero hete aquí que, como si tal cosa, Franklin resucita a su madre. Al final resulta que el Devorador de Mundos tenía razón, y el pequeño es el depositario de un poder cósmico capaz de doblegar las leyes del universo.  

Así, todo vuelve a la normalidad, y los 4 Fantásticos se preparan para recibir otro homenaje de una agradecida humanidad en el programa de Ted Gilbert (Mark Gatiss). Un homenaje que se va al traste cuando suenan las alarmas y el cuarteto sale en pos de una nueva aventura: nadie dijo que ser la familia más asombrosa del mundo fuera fácil.