Pablo Castrillo estaba en casa. Tendrá etapas más cerca de su Jaca natal, como la de Belagua, pero en Aragón se sentía pedaleando como local. Por eso, y porque siempre que se empina la carretera lo hace, buscó entrar en la fuga buena. Pero esta vez no pudo ser.

La jornada anterior, el ciclista de Movistar sí cogió la fuga buena, aunque no pudiera rematar la faena en Andorra. Este viernes, ya en Aragón, lo intentó. “Viniendo de la fuga del día anterior notaba fatiga, pero me he sentido bien para intentarlo en Cantó. Nos ha faltado poco para entrar, pero hay más días”.

A Castrillo le apetecía lograr la victoria de etapa, no solo porque se llegaba en Aragón: “Era un año después de la primera, tenía ganas de intentarlo, y más llegando a casa... Me sentía bien y quería entrar, pero no ha sido posible. Al final se aprende cómo coger la fuga y para la siguiente, intentaremos hacerlo mejor”, señaló en la meta de Cerler.

Sobre la etapa de este sábado, con llegada a Zaragoza, admitía que no es “la más propicia” para él, pero trabajará junto con sus compañeros de equipo para colocar bien a su especialista en el sprint. “El resto de la Vuelta queda mucha montaña, así que lucharemos para estar ahí delante para entrar en la fuga. Y si no, a recuperar para el día siguiente”, dijo un Castrillo que afirma sentirse “bien” y con “confianza” para levantar los brazos en un final de etapa.