Google está encantada con la pareja que forman Thomas Heatherwick y Bjarke Ingels (BIG). De la colaboración entre ambos surgió el diseño del campus de Google en Mountain View, California (2022): un clúster formado por tres edificios cuyas cubiertas recuerdan a las escamas de la piel de un dragón. La tecnológica también optó por encargarles la nueva sede de la empresa en Londres, junto a la estación de tren de King’s Cross y St. Pancras International (de donde salen los trenes a París): uno de los proyectos más esperados de 2025, que, como hemos podido comprobar in situ, está a punto de caramelo.
Fachada de las oficinas de Google en King’s Cross, Londres
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Si en California se podía ser más creativo en lo formal –los edificios están en un campus de unas 16 hectáreas con la bahía de San Francisco a un lado y montañas al otro–, aquí lo fundamental era dar respuesta a cómo encajar un edificio gigantesco en esta zona de Londres llena de edificios, donde, paradójicamente, no hay un solo rascacielos. Como en Mountain View, el objetivo del equipo ha sido diseñar espacios de trabajo flexibles, que pudieran responder a las futuras necesidades de la compañía, pero, sobre todo, había que dar con un lenguaje arquitectónico que encajara en el contexto urbano que acabamos de referir.
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Las nuevas oficinas de Google en Londres vistas desde Regent’s Canal
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Un ‘rascasuelos’ de 330 metros y 11 plantas para 7000 empleados de Google
El estudio lo ha conseguido evitando el típico rascacielos de oficinas. En su lugar, han optado por un edificio de 11 plantas y 330 metros de largo: un ‘rascasuelos’ que llega desde la salida de la estación al canal; justo frente a Granary Square y la universidad Central Saint Martins.
Vista de las nuevas oficinas de Google en King’s Cross, Londres
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En esos poco menos de 400 metros desde la salida de la estación hasta el canal, se aprecia que el edificio encaja como un guante en el bulevar lleno de tiendas y, de paso, con otro lugar también renovado en 2018 por Thomas Heatherwick: el centro comercial Coal Drop Yards; antaño unos enormes almacenes victorianos construidos junto a las vías del tren en plena Revolución Industrial para recibir y almacenar el carbón que llegaba del norte de Inglaterra. Además, a simple vista se adivina ya su azotea ajardinada, donde habrá una pista de atletismo para los empleados.
En la fachada se han usado tablones de madera de Accoya: un tipo de madera modificada idóneo para exterior
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Un proyecto que contribuye a dinamizar una zona en permanente desarrollo
Decimos que las nuevas oficinas de Google encajan perfectamente en una zona que desde la pandemia se ha desarrollado a marchas forzadas. Eso es así porque el proyecto acierta controlando su altura y consiguiendo “ser lo bastante interesante a nivel del suelo”, dejando libres las dos plantas inferiores para que haya espacios más pequeños (tiendas, restaurantes, etc.) que sigan dinamizando un lugar poco recomendable hasta hace más o menos una década, pero que hoy resulta atractivo a turistas y vecinos de barrios cercanos, como Islington, Camden o Angel.