«Era una faena de rabo», señaló un aficionado al término de la corrida de toros vivida este viernes en la plaza de toros de Requena tras presenciar la faena de Álvaro Lorenzo al sexto. Paseó la dos orejas de ese ejemplar, que sumadas a las logradas en cada toro de su lote ofrecían un montante de cuatro trofeos, ya que ese último lo estoqueó por el lesionado Román.
Un toro de Adolfo Martín y un torero en sazón como Álvaro Lorenzo pusieron de acuerdo al cónclave en el festejo celebrado con motivo de las Fiestas de la Vendimia. Le dieron la vuelta al ruedo tras pedirle el indulto. Se venía de largo, repetía por abajo, se iba hasta donde fuera. O hasta donde Lorenzo, que fue tan generoso con él, lo llevara con toda la extensión de su brazo para cuajarlo con una astucia y una exquisitez insuperables.
La influencia de Luque
Lorenzo se enfrentó a dos toros buenos de Adolfo Martín, manejables, de andar sin toserse, cortos de manos, de cornamenta astifina, mirada expresiva, pero con una clase que hubiera descompuesto a más de uno en el escalafón. Las dificultades de estos toros cobraron valor doble cuando el torero esperó las embestidas con la muleta retrasada y tan inteligentemente los cuajó de principio a fin.
Álvaro Lorenzo con las dos orejas del sexto toro en Requena. / Levante-EMV
No hay toro de Adolfo que no tenga su interés. Ni su razón para hacerle bien las cosas porque luego son agradecidos. Aquí llegaron los momentos más brillantes en el sexto, el mejor Álvaro Lorenzo de la temporada ahora que ha emprendido un nuevo camino con Manolo Campuzano tras refugiarse en el campo en horas de conversación y entrenamientos con Daniel Luque.
Brilló el regusto y la profundidad de los muletazos, esa aromática textura tan de Lorenzo, con series al natural de enorme clase, preñadas de torería, guapeza y hondura. También su sensibilidad, su trazo y su seguridad con la espada.
A ello hay que sumar la firmeza y la sólida técnica del que el año que viene cumplirá diez años de alternativa. Una serenidad muy franca y muy consciente para cuajar a dos toros de Adolfo Martín de tantísima calidad y cortar otra oreja a su primero de Luis Algarra. Hacía tiempo que un torero no ofrecía una tarde así en esta plaza de Requena.
La proyección de su tarde no debe caer en saco roto. Madrid es Madrid, pero lo que ocurre en los pueblos de la piel de toro durante el verano es el reflejo de la temperatura actual de la fiesta taurina: Álvaro Lorenzo es un torero recuperado.
Nacido de los Lozano
Lorenzo fue torero de la histórica familia Lozano cuando estaba en ciernes, desde novillero. Concretamente de don Pablo Lozano, la muleta de Castilla. Paradójicamente, los Lozano sacaron a Adolfo Martín del anonimato, de su papel de ganadero desconocido para la mayoría, y lo anunciaron en San Isidro cuando la ganadería estaba todavía encuadrada en la Asociación de Ganaderos y no en la Unión de Criadores.
Brilló el regusto y la profundidad de los muletazos de Álvaro Lorenzo. / Vicent Canelles
Precisamente este año Álvaro Lorenzo no estuvo en San Isidro, pero en la sustitución de Rafael de Julia en la Goyesca del 2 de Mayo en Las Ventas volvió a poner su nombre a funcionar tras cortar una oreja a un toro de Algarra. Estaba fuera del circuito y el espada toledano aprovechó Madrid para hacerse sentir. No pasar desapercibido por Las Ventas es asunto dificilísimo, menos sencillo de lo que se imaginan. Ahora dos toros de Adolfo Martín en Requena han sacado su mejor versión en este año de regreso a las ferias.
El peligro de la fiesta taurina y su negociado no reside en la utilización política de la misma, sino en dejar de apostar por toreros con futuro como Álvaro Lorenzo, quien tiene en sus mejores bazas de supervivencia la emoción y el entusiasmo que ha despertado la nueva ilusión que produce su personalidad.
El milagro de Román
Un agujero en la chaquetilla a la altura del corazón es el milagro de Román en Requena tras una durísima voltereta que solamente quedó en una tremenda paliza sin cornada. El toro lo cogió en la suerte suprema del primer toro y le ocasionó «una fractura del quinto arco costal derecho, fisuras en el cuarto costal derecho y en el quinto costal izquierdo y una herida en la mandíbula izquierda que requirió tres puntos de sutura». Este sábado causó baja en Sacedón (Guadalajara).
Suscríbete para seguir leyendo