El diestro francés hacía el paseíllo desmonterado en Campos Gótico. Era la tarde de su presentación ante el público palentino, si bien la suerte no estuvo de su parte en el sorteo de la mañana ya que, como luego se pudo ver en la plaza, le correspondió de largo el peor lote de la terna, el más complicado y el más deslucido.
Con su primer enemigo estuvo dispuesto desde el primer momento, dándole tres largas cambiadas muy aplaudidas, pero el animal poco o nada dijo en la muleta. «Fue noble, pues atendía a los trastos y respetaba al torero, si bien no contaba con el fondo necesario para transmitir y poderle realizar una faena más maciza y con mayor entrega», puntualizaba cariacontecido el matador galo.
El segundo de su lote fue aún peor al vérsele malas intenciones en cada muletazo. «Creo que el público ha sido testigo de mi disposición, mis ganas de triunfar y mi concepto. No obstante, mis dos enemigos no me han acompañado y ello ha impedido que la gente pudiera ver lo que verdaderamente llevo dentro», explicaba Clemente.