Sábado, 30 de agosto 2025, 09:30
Pagó el tributo más caro y antes que casi ninguno. Demasiado pronto. Dejó huérfano al toreo y una de las primeras ferias que lo lloró fue la de Salamanca. José Cubero ‘Yiyo’ no llegó a La Glorieta en el ciclo de 1985, donde estaba anunciado en una de las fechas y de los carteles destacados de aquel serial: tercera de abono, junto a Antonio Chenel ‘Antoñete’ —que se anunciaba en la que iba a ser su adiós de esta plaza de la que jamás se despidió— y Juan Antonio Ruiz ‘Espartaco’, para estoquear la corrida de toros de Sayalero y Bandrés el sábado, 14 de septiembre. Pero quince días antes, el viernes 30 de agosto, se cruzó en la vida de quien era una de las figuras jóvenes y emergentes del toreo, con apenas 21 años y cuatro de alternativa, el toro Burlero, de Marcos Núñez para volver a teñir de luto el toreo. Yiyo no tuvo la suerte siquiera de tener el cartel de su muerte. Al encuentro de Burlero llegó como sustituto y llamado a última hora de las vísperas.
Apenas once meses antes (26 de septiembre de 1984) en Pozoblanco Paquirri había muerto tras la cornada de Avispado, de Sayalero y Bandrés, y la tauromaquia aquel verano de 1985 aún vivía consternada por el fallecimiento de uno de los toreros veteranos y más poderosos del escalafón, que ya pensaba en su retirada de los ruedos. Por su parte, Yiyo era la juventud emergente y así llegaba a la que era la tercera contratación de su carrera en la Feria de Salamanca, en la que ya había toreado en las ediciones de 1983 y 1984… Al final fueron las únicas. No hubo más.
El cartel de Salamanca, cerrado en los primeros compases del verano por el empresario José Antonio Martínez Uranga y Tomás Redondo, el apoderado del joven torero del madrileño barrio de Canillejas, ya tenía su negra historia y la aumentó con el paso de las semanas hasta la fatídica tarde del 30 de agosto: Yiyo se anunciaba en su tercera tarde en el coso charro con Antoñete; Yiyo entró en el cartel de Colmenar en el que encontró la muerte a última hora sustituyendo a Curro Romero y con el veterano maestro del mechón en el cartel. En Salamanca se anunció Yiyo con la divisa de Sayalero, que fue la ganadería a la que perteneció el toro que mató a Paquirri el 26 de agosto de 1984 y que, precisamente, estoqueó Yiyo, con Paquirri viviendo sus últimos minutos en la enfermería de la plaza de Pozoblanco. Antoñete, Paquirri, Sayalero, Pozoblanco, Colmenar… Yiyo no llegó a aquella tarde de La Glorieta, se quedó a quince días de la actuación en la que buscaba con más ansia que nunca una puerta grande que acarició las dos ferias anteriores.
Del cartel inicial de Salamanca solo llegó Espartaco al coso charro aquel 14 de septiembre. Julio Robles sustituyó a Antoñete —precisamente fue corneado en Almería un día después de la muerte de Yiyo en Colmenar, y estuvo ausente en gran parte de los contratos de septiembre—, y salió a hombros tras cortar las dos orejas a Verbenero, el cuarto de Sayalero, que solo lidió cuatro toros, a uno de ellos, el segundo, Espartaco le arrancó un trofeo. Pepe Luis Vázquez ocupó la vacante de Yiyo, haciendo su presentación como matador de toros en esa plaza en la que ya había actuado de novillero: firmó una tarde aciaga con dos broncas. Nadie sabe qué hubiera pasado con aquellos dos toros si caen en manos de Yiyo que, a esas alturas, ya formaba parte de la leyenda.
Yiyo, en la capilla de la plaza de toros de La Glorieta.
ARCHIVO
Dos paseíllos en la Feria, 1983 y 1984 y un festival de las Hermanitas: una oreja cada tarde
Yiyo actuó dos tardes en La Glorieta durante los festejos de la Feria, las dos como matador de toros. Su tercer compromiso en 1985 ya no llegó a cumplirlo.
Curiosamente sus tres contratos firmados en esta plaza fueron para torear en la fecha del 14 de septiembre
, en esos tres abonos consecutivos. Debutó en Salamanca ese día de 1983 —la temporada en la que logró salir a hombros en la feria de San Isidro de Madrid disparando su carrera—, junto a Tomás Campuzano y Espartaco, con una corrida de toros de José Luis Marca, aunque Yiyo le cortó una oreja a un sobrero lidiado en sexto lugar con el hierro de El Torero. Al año siguiente, 1984, mató la corrida de Sepúlveda de Yeltes en un cartel de relumbrón, junto a El Niño de la Capea, que cortó una oreja al primero, y Paco Ojeda que firmó una faena estelar al quinto, al que desorejó logrando el pasaporte para salir a hombros; Yiyo también se unió al triunfo cortando un trofeo del tercero.
Esas dos actuaciones, en
1983 y 1984, fueron los dos paseíllos vestido de luces de Yiyo en La Glorieta,
en los carteles de la Feria. Dos trofeos en su esportón y el recuerdo de genialidad de un joven torero que viajó a la eternidad cuando estaba en plena ascensión de su carrera.
A sus dos tardes vestido de luces Yiyo sumó una tercera actuación en La Glorieta. Fue en el festival de las Hermanitas de los Pobres, el 12 de junio de 1985. El joven diestro madrileño cortó una oreja a un novillo de Matías Bernardos, en una tarde en la que hizo el paseíllo junto a Rafael de Paula, El Viti, Juan José y Roberto Domínguez, además de los entonces novilleros David Luguillano y José Luis Ramos.
El Viti, Roberto Domínguez, David Luguillano, José Luis Ramos, José Cubero ‘Yiyo’, Juan José y Rafael de Paula, en el paseíllo del festival de las Hermanitas de los Pobres, el 12 de septiembre de 1985.
LA GACETA DE SALAMANCA
El Yiyo, en cuatro datos
—Alternativa en 1981 y confirmación en 1982. Yiyo tomó la alternativa en Burgos el 30 de junio de 1981, de manos de Ángel Teruel y Manzanares; y confirmó el doctorado al año siguiente en la feria de San Isidro de Madrid, el 27 de mayo, con Manzanares y Emilio Muñoz en el cartel.
—219 corridas de toros en apenas 4 años. El diestro madrileño toreó a lo largo de su carrera 219 corridas de toros: 25 en la segunda mitad de la temporada de 1981, 21 en toda la campaña de 1982; 59 en 1983 (en la que logró salir a hombros en San Isidro), 65 en 1984 y la actuación del 30 de agosto de 1985 era la número 49 de aquella temporada.
—Dos puertas grandes en el coso de Las Ventas. Yiyo alcanzó el gran éxito de su carrera tras salir a hombros de Las Ventas de Madrid, el 1 de junio de 1983, cuando cortó una oreja de un sobrero de Bernardino Jiménez y otra de uno de Alonso Moreno, en una tarde en la que toreó con Ángel Teruel y Armillita. Ya salió en hombros de novillero en San Isidro de 1981, apenas un mes antes de recibir la alternativa en Burgos.
—Madrid, Pamplona, México y Sevilla. Además de su paso por Madrid, José Cubero ‘Yiyo’ logró un gran cartel en la feria de San Fermín de Pamplona, además causó una grata impresión en su presentación en México, y actuó en una sola ocasión en la feria de Abril de Sevilla sin fortuna.
Así fue la Feria de 1985, entre Robles y Manzanares
Siete corridas de toros dieron forma al abono de 1985 en Salamanca, en el que Yiyo no llegó a torear. Su prematura muerte quince días antes en Colmenar vistió de luto el toreo y consternó a la sociedad española. No fue la de Yiyo la única baja que tuvo que suplir la empresa de manera precipitada por diferentes percances de toreros que dejaron la Feria en cuadro. Robles y Pepe Luis Vázquez entraron el día 14 por Antoñete y Yiyo. Juan Antonio Esplá entró en el cartel de los toreros banderilleros del 17 por Víctor Mendes. Aquella de 1985 fue la Feria en la que Sánchez Marcos tomó la alternativa y en la que Rondeño, de la cuadrilla de Esplá, cayó gravemente herido por un toro de Guardiola. Y, sobre todo, fue la Feria de Robles, quien contratado inicialmente, al igual que Capea, dos tardes, hizo un tercer paseíllo para suplir Antoñete. Robles saldó su triple apuesta con dos puertas grandes, tras desorejar a un Sayalero el día 14 y lograr otras dos de un Jandilla el 15.
Trincherilla de Julio Robles, en la plaza de toros de La Glorieta.
LA GACETA DE SALAMANCA
Esas de Julio Robles fueron dos de las nueve salidas a hombros de aquella Feria, en la que se abrió la puerta grande todos los días menos en la penúltima de abono, la del día 17: Manolo Vidrié (el 12, dos orejas a un toro del Marqués de Domecq), Ortega Cano (el 13, una a cada uno de los toros de Montalvo), las dos citadas de Julio Robles, el 15 compartida con Juan José tras cortar una oreja a cada toro de Jandilla; los tres a hombros el día 16 en la histórica corrida de toros de Sepúlveda, la tarde en la que José María Manzanares cortó un rabo al toro Campesino y en la que Paco Ojeda y El Niño de la Capea desorejaron también uno de sus dos toros; y Ruiz Miguel la tarde que abrochó la Feria el día 21 y cortó dos orejas a un toro de El Conde de la Corte.
De aquellas siete corridas de toros en tres de ellas se colgó el ‘no hay billetes’ en las taquillas (el 15 con Juan José, Capea y Robles con toros de Jandilla); el 16 la de Sepúlveda con Manzanares, Capea y Ojeda; y el 21 con la despedida de La Glorieta del rejoneador Álvaro Domecq Romero y Javier Buendía, y los diestros Ruiz Miguel, Morenito de Maracay y Cesterito, con toros de El Conde de la Corte.
23 OREJAS EN LA FERIA. La Feria de Salamanca de 1985 se cerró con la concesión de 23 orejas. Además de los nueve toreros que salieron a hombros también pasearon un trofeo José Antonio Campuzano, Espartaco, Juan Antonio Esplá, el rejoneador Álvaro Domecq Romero y Morenito de Maracay.
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