Pamplona ofreció este fin de semana un anticipo de lo que puede deparar la temporada en la División de Honor Plata. El UBU San Pablo Burgos firmó una victoria de carácter en la pista de un Balonmano Anaitasuna recién descendido de ASOBAL, que no puso fáciles las cosas en ningún momento. El 37-40 final reflejó la intensidad de un amistoso con aroma competitivo y sirvió a los de Jorge Berzosa para medir su crecimiento en plena pretemporada.
El equipo llegaba exigido tras el choque ante BM Logroño La Rioja apenas 24 horas antes, pero la respuesta fue rotunda. Con una propuesta dinámica y una rotación más asentada gracias a los regresos de Fabrizio Casanova y Miguel Malo, los burgaleses mostraron personalidad desde el primer minuto. La puesta en escena, más viva que en el duelo anterior, evidenció avances en el repliegue y una circulación más precisa en ataque.
El primer tiempo fue un ir y venir constante, con alternancias en el marcador y protagonismo compartido. Anaitasuna tomó la iniciativa en los compases iniciales, pero los goles de Pablo Gómez, Miguel Malo, Joao Furtado y Asier Pedroarena mantuvieron siempre al Burgos en la pelea. La presencia de aficionados burgaleses en las gradas también aportó un impulso emocional que no pasó desapercibido.
Con el encuentro equilibrado, el UBU San Pablo logró inclinar ligeramente la balanza antes del descanso. El acierto de Jaime Fernández y la conexión de Espinosa en defensa y en la distribución facilitaron que los cidianos se fueran al intermedio con un 21-22 favorable.
La segunda parte tuvo una lectura aún más positiva para los visitantes. Las intervenciones bajo palos de Guillermo Villanueva primero y de Daniel Santamaría después resultaron claves para sostener el esfuerzo, mientras que en ataque la aportación de Pedro Martins, Jaime González y Adrián Sánchez permitió ampliar la ventaja hasta los cinco goles (26-31). La eficacia al contragolpe y un repliegue más consistente marcaron la diferencia.
Anaitasuna reaccionó en varios tramos, impulsado por su público, pero los rojinegros respondieron con entereza. En los minutos finales, el temple de Jaime Fernández desde los siete metros y las rápidas finalizaciones de Pedroarena y Furtado sellaron un triunfo valioso en este proceso de preparación.
El 37-40 final deja buenas sensaciones en la expedición burgalesa, que ve cómo el trabajo empieza a traducirse en resultados.