«Lo intenté, pero aquello es muy difícil, ellos siguen con su fiesta, que yo la respeto mucho, pero es una plaza que no es fácil, sale un toro muy grande y relativamente feo», desvela el diestro en una de las preguntas de la entrevista en ABC.
«Pamplona -continúa- es una prueba de fuego ante un público en el que no tiene nada que ver la sombra con el sol. La sombra es un público muy respetable. El sol va a su fiesta. Lo único que podemos hacer los toreros es aceptarlo y dentro de la temporada taurina es de las plazas más importantes».
DÍAS EN PAMPLONA
Tras su triunfo del día 9 en los Sanfermines, Morante de la Puebla pasó varios días en Pamplona conociendo la ciudad y la fiesta. Así, el diestro acudió un día después de su triunfo al apartado de la plaza de toros y, luego, por la tarde, en la corrida, que vio desde el burladero. El matador Emilio de Justo, incluso le brindó un toro.
Al día siguiente, se dirigió hasta los corrales del gas para ver los toros que faltaban por lidiar, incluidos los Miuras del día 14. Ataviado con una colorista camisa, de esas con personalidad, como el propio torero y acompañado, como siempre, por su representante y su cuadrilla, el torero se mostró muy accesible y se fotografió con los aficionados que se pidieron e incluso con el vigilante de seguridad de las instalaciones. Después, recorrió las calles del Casco Antiguo por el recorrido del encierro.
Sólo queda esperar al año que viene para poder disfrutar de su arte sobre la arena de Pamplona.