La feria de San Agustín de Linares encara su recta final, despidiendo la feria taurina. Un festejo que vino presidido por la ausencia del que … hoy día es uno de los diestros que más expectación levantan, el sevillano José Antonio ‘Morante de la Puebla’. Una grave cornada en Pontevedra lo quitó de la circulación durante varias semanas. Una pena, porque a pesar de los sucedido el año pasado cuando se cayó del cartel, su presencia en el abono de Linares era de suma importancia.

Su baja fue cubierta por el onubense David de Miranda. Es uno de los toreros del momento, pero tampoco hubiera caído mal que hubiera sido Curro Díaz el sustituto. Triunfó con rotundidad el pasado día 28, cortando tres orejas y dejando una gran faena sobre el albero de Santa Margarita. Pero la decisión de la empresa fue otra, hay que respetarla y lo cierto es que David de Miranda es uno de los toreros revelación de la temporada. El cartel quedaba rematada con la presencia de Pablo Aguado y el joven cordobés Manuel Román. Los toros, los anunciados de Juan Pedro Domecq.

Hubo una entrada algo superior a la mitad de su aforo. Quizás la ausencia de ‘Morante de la Puebla’ afecto a la taquilla. O quizás ese ambiente enrarecido del que antes hablábamos. Pero lo cierto es que se veía demasiado cemento en el histórico coso taurino de Santa Margarita.

En el apartado ganadero, se lidió un encierro de la ganadería de Juan Pedro Domecq. Un encierro que anduvo justo en cuanto a su presencia, con algunas cabezas que eran demasiadas cómodas. Una corrida muy preparada para las figuras que cuidan con mucho ahínco el tema ganadero. Pero quizás deberían de pensar menos en ellos y más en el aficionado y en el público que pasa por taquilla.

En cuánto a su juego y comportamiento lo esperado. A nadie sorprendió la nobleza y la falta de fuerza en conjunto de las reses lidiadas.

David Miranda

El onubense David de Miranda entró por la vía de la sustitución. Hizo el paseíllo desmonterado, siendo su presentación en Linares.

Y no lo pudo hacer de mejor manera. Su puesta en escena fue realmente importante. Aprovechó las primeras embestidas del Juan Pedro que hizo primero para enjaretar un racimo de verónicas templadas y vertical que remató de una superior media. Mejor todavía fue su quite de frente por detrás en el centro del anillo. Ajustado y limpio formó un alboroto en los tendidos.

Es David de Miranda un torero de valor seco y natural. Sin aspavientos ni concesiones a la galería. Está en un momento cumbre de su carrera y eso se nota. Y vamos si lo notamos en Linares.

Brindó su faena de muleta al público. Clavó las zapatillas en el albero, citando al toro por «estatuarios». Fueron cuatro, ajustados y un pase de pecho. En ese momento la gente ya estaba con él.

Público en los tendidos de la Plaza de Santa Margarita.

Público en los tendidos de la Plaza de Santa Margarita.

ENRIQUE ALONSO

El toro muy medido de todo tuvo nobleza y calidad aunque duró lo justo.

Toreó templado y largo en varias series repartidas por cada pitón. Luego vino un momento en el que el trasteo bajo su intensidad sufriendo algún enganchón sus muletazos. Subió el nivel en la parte final, pegándose un arrimón impresionante que puso al público en pie. Con que naturalidad y con que valor se pasa los pitones una y otra vez. Formó un lío gordo que remató de una estocada en todo lo alto. La petición de trofeos fue unánime, cortando dos orejas.

Con el cuarto, un astado de pelo negro de presencia anovillado, se lució de nuevo David de Miranda en el toreo a la verónica y en el posterior quite por «delantales».

Rodilla en tierra comenzó su labor muy torero. Su faena de muleta estuvo basada en la quietud y en el temple. Sus muletazos surgieron limpios, ligados en un palmo de terreno y muy vertical, ajustándose en todo momento al noble toro de Juan Pedro Domecq. Brillante estuvo por ambos lados, muy asentando e intentando ralentizar la noble embestida. Gustó y mucho la presentación de éste onubense que de seguir por este camino muy pronta conseguirá colocarse en los primeros puestos del escalafón.

El final del faena fue de locura. Ligó una sensacional serie sobre la diestra, sin moverse del sitio, vertical y pasándose al toro una y otra vez ante un público totalmente entregado. Antes de entrar a matar con el tendido puesto en pie al grito de «torero, torero» fue realmente emocionante. De nuevo se repitió cuándo David de Miranda paseó los máximos trofeos entre clamores. Una tarde y una faena para el recuero en Santa Margarita.

Pablo Aguado

El sevillano Pablo Aguado volvió a Linares después de la gran actuación que tuvo el año pasado. Ese día perdió los trofeos por sus fallos con los aceros, pero dejó sobre el albero la impronta de un torero de enorme clase y naturalidad.

Pablo Aguado en uno de sus lances.

Pablo Aguado en uno de sus lances.

ENRIQUE ALONSO

Pablo Aguado en uno de sus lances.

Pablo Aguado en uno de sus lances.

ENRIQUE ALONSO

En la tarde de ayer, sorteó en primer lugar a un toro de pelo castaño, noble y colaborador. Se gustó el sevillano en alguna verónica suelta, siendo lo mejor su media de remate. Extraordinario resultó el quite por «chicuelinas», con una media superior, impecable y llena de naturalidad. Su faena de muleta estuvo plagada de momentos bellísimos, aunque no terminó de acoplarse al completo. Cierto es que el toro de Juan Pedro Domecq tuvo una embestida noble pero algo anódina, pero Aguado que sufrió algún enganchón no terminó de cogerle la distancia adecuada. También molestó el viento y tuvo que torearlo en los terrenos de adentro, algo que quizás el toro acuso.

Detalles de toreo caro y naturalidad que le valió una fuerte ovación tras entretenerse con los aceros.

Con el quinto de la tarde no se pudo lucir con el capote. El toro de Juan Pedro Domecq no le dejó.

Todo cambió en la muleta. El sevillano espoleado por el triunfo del compañero se entregó en una labor en la que brilló su naturalidad, empaque y toreria. Su faena de muleta tuvo momentos excelsos, cómo su toreo a dos manos y los remates de la series muy toreros. La gente paladeó una de esas faenas exquisitas y muy toreras con un torero muy entregado y muy de verdad. El torero tuvo poco reconocimiento por parte del público, escuchando una ovación tras pinchazo y estocada.

Manuel Román

Cuándo se presentaron los carteles de la feria taurina de Linares, sorprendió la inclusión de los mismos del menudo torero cordobés Manuel Román. De reciente alternativa, la tomó éste año durante la feria de Córdoba, ha toreando apenas un par de corrida de toros.

Sigue teniendo una figura aniñada y frágil. Ha sido un novillero prometedor siempre, pero con altibajos, decidiendo retirarse cuándo aún era novillero con picadores. Decidió volver para tomar la alternativa, teniendo todavía un bagaje de corridas muy corto.

Manuel Román en una de sus faenas.

Manuel Román en una de sus faenas.

ENRIQUE ALONSO

En primer lugar tuvo un toro justo de presencia, con las fuerzas muy justas y sin apenas entrega. No encontró el joven cordobés la forma de lucirse con el capote. La gente se metió con el picador tras un puyazo que tampoco fue demasiado fuerte. El problema venía por la escasa fortaleza del cornúpeta.

El menudo torero, vio en el toro ciertas posibilidades, brindando su faena al respetable. Por bajo comenzó su labor para rápidamente ponerse a torear por el lado derecho. A media altura y en línea recta consiguió dos estimables series, con muletazos limpios intentando no molestar la endeble embestida. No terminó de romper la faena, estando aseado y pulcro, aunque al conjunto le faltara emotividad y empaque. Se le pidió con mucha fuerza la oreja, muchos de ellos venidos desde su Córdoba natal que el presidente no atendió. Dio una vuelta al ruedo el torero ante el enfado de muchos seguidores con el palco presidencial.

Con el último de la tarde y de la feria realizó un sensacional saludo a la verónica con media de remate a pies juntos.

Brindó su faena de muleta al matador de toros y posterior subalterno José Antonio Carretero. Se salió a los medios de forma muy torera, para a continuación seguir toreando sobre la mano diestra. Ligó los muletazos y se gustó en el cambio de mano y el de pecho. Otra más sobre la diestra más encajado y dos soberbias al natural, con muletazos cargados de suavidad y temple que llegaron con mucha fuerza al tendido. Nos gustó está versión de un Román que ganó crédito en su presentación en Linares. La espada, el mal manejo de la espada le privó de un triunfo mayor.