Gaumet Florido

Domingo, 31 de agosto 2025, 23:07

El gran ojo de metal que preside la entrada al Parque Marítimo de Jinámar, donde se halla el centro comercial Las Terrazas, en Telde, lleva camino de cerrarse para siempre. La escultura ‘La Mirada’, una espectacular pieza en acero corten, obra de Sergio Gil, visible desde la GC-1, se cae a cachos. Literalmente.

Un trozo de considerable tamaño yace justo delante de la obra, dentro de los márgenes de la rotonda donde fue colocada en 2007. Pero basta una observación detenida para darse cuenta de que la corrosión está extendida. Como si ‘La Mirada’ mudara su piel. Pero no, no es natural. Está tocada. Y si se viene abajo, la ciudad y la isla no solo perderán un patrimonio artístico y monumental, sino que se exponen al riesgo de que se desplome una estructura de 26 metros de altura y 93 toneladas de peso, con todo lo que eso conlleva.

El riesgo, por tanto, existe, es detectable a simple vista, pero lo que no tiene claro el Ayuntamiento es a quién le corresponde atajarlo. Así que a sus evidentes achaques físicos, ‘La Mirada’ tendrá que sumarle el limbo administrativo de su expediente. Si bien en un primer momento Parques y Jardines asumió su arreglo entre sus competencias, ahora entiende que es materia de Patrimonio Histórico, y ésta, a su vez, le devuelve la pelota.

A todas estas, el propio alcalde, Juan Antonio Peña, admite la confusión reinante y confiesa que no tiene claro que ni siquiera la competencia sea municipal, sino del promotor del Parque Marítimo de Jinámar, quien, si bien adquirió y donó la obra al consistorio, está ubicada dentro de la urbanización interior del complejo comercial, que no ha sido recepcionada y sigue estando en manos privadas. Así las cosas, anuncia que encargará un informe aclaratorio.

La rotonda en la que se ubica la escultura conserva los restos de su desgaste.

La rotonda en la que se ubica la escultura conserva los restos de su desgaste.

Arcadio Suárez

Mientras, la acción corrosiva de la sal marina, muy abundante en el entorno en el que está ubicada la escultura, cerca del litoral, y las costras de óxido que ya son muy evidentes sobre la superficie de metal de la pieza seguirán acelerando un proceso de deterioro del que el Ayuntamiento de Telde no solo ha recibido debida cuenta, sino que, además, y pese a la tesis del actual alcalde, llegó a tomar cartas en el asunto para resolverlo.

Hace dos años, en abril de 2023, poco antes del cambio de gobierno, la arquitecta municipal, adscrita al área de Patrimonio, emitió un informe en el que reclamaba la ejecución de obras de emergencia y la adopción de medidas cautelares por grave peligro de caída y desprendimientos en la vía pública. Tan grave lo vio que temió por un colapso de la escultura, cuya caída, subrayó, produciría un grave riesgo para la seguridad vial, pues la altura de todo el conjunto, pedestal incluido, es algo mayor que el propio radio de la glorieta en la que se ubica.

Aquel dictamen vino a ratificar lo que ya apuntaba otro informe técnico anterior, esta vez externo, pero remitido también al Ayuntamiento de Telde a principios de 2020. La degradación entonces no era tan grave, pero como ya se apreciaban indicios serios de un progresivo desgaste planteaba la necesidad de ejecutar una limpieza y planificar un programa de mantenimiento periódico que garantizase su seguridad. Recomendaba, por ejemplo, la aplicación de chorros de agua a ultra-alta presión.

Piezas desprendidas del pedestal de la escultura.

Piezas desprendidas del pedestal de la escultura.

Arcadio Suárez

Lo cierto es que pasaron los años y nada se hizo. Nada, hasta que el autor, Sergio Gil, advirtió de riesgos inminentes y hasta tres informes técnicos encargados por el propio consistorio en aquel 2023 pusieron negro sobre blanco. Uno data de febrero, obra del ingeniero civil Fernando Socorro; otro, el de la arquitecta, de abril de 2023, que tuvo el carácter de urgente; y un tercero, en diciembre de aquel año, ya con el nuevo gobierno, el actual, redactado por otro ingeniero, Moisés Melián.

Con sus matices diferenciales, los tres coinciden en apreciar un evidente y progresivo estado de deterioro en la pieza y los tres proponen como receta la instalación de un vallado perimetral que garantice la seguridad de cuantos transitan por su entorno, el desmontaje de la escultura, su limpieza físico-mecánica, la reconstrucción de las zonas deterioradas y su vuelta al pedestal sobre el que se yergue. El de abril y el de diciembre tasaban la intervención en más de 90.000 euros, aunque el último dejaba claro que el gasto podría ser bastante mayor.

Con todo, los dos primeros informes hacían especial hincapié en los riesgos que presenta la estructura. El de la arquitecta alertaba de que ya entonces, en 2023, sufría una «degradación severa», que le había producido una «gran pérdida de material». Aquel dictamen detallaba caídas de material por la corrosión del acero, pérdidas de sección y desplacados en la superficie de la escultura.

Algunas de aquellas piezas desprendidas tenían, de media, de 300 por 180 por 14 milímetros de dimensión y un peso aproximado de 2.198 gramos, lo que le llevó a otorgarles «un alto grado de peligrosidad» si acababan en la calzada.

La corrosión de 'La Mirada' es notable en varios elementos.

La corrosión de ‘La Mirada’ es notable en varios elementos.

Arcadio Suárez

También se estaban cayendo las piezas del revestimiento del pedestal. En estos dos años se han desprendido tantas, que más que piel del basamento han pasado a ser pavimento de la rotonda. Hay caras de la peana que lucen medio desnudas. Y dado que las más altas pueden caer desde hasta 5 metros de altura, la técnico les otorgaba un plus de peligrosidad.

El actual edil de Parques, Juan Francisco Artiles, heredó este expediente de su antecesor, Álvaro Monzón, y fue quien encargó el informe de diciembre de 2023, pero explica que la intervención municipal se lo echó para atrás porque decayó la emergencia, una circunstancia que atribuye a errores en la tramitación del expediente que devino del mandato anterior.

No obstante, y pese a que en su día dio continuidad a los trámites, Artiles sostiene que el mantenimiento de esa escultura no figura entre sus competencias y que las que le atañen son las vinculadas a parques y fuentes. Mientras, ‘La Mirada’ se cae y no tiene a nadie que quiera mirar por ella.

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