Este Granada es cada vez más calamitoso. Tres jornadas, tres derrotas y tres rojas, el ‘hat trick’ que nadie querría. Se confirma su bisoñez, un … equipo de pardillos reunidos que le ponen fe, pero a los que les faltan muchísimas cualidades, unas colectivas y otras individuales. Esta vez le tocó ‘inmolarse’ a Pere Haro, lateral izquierdo superado por los acontecimientos, como tantos. Hubo un arrebato de remontada con los cambios posteriores de Pacheta, logrando el empate en inferioridad, pero ni siquiera supieron proteger el punto por otro fallo garrafal. Un saque de banda que pareció un centro por su distancia y que el uruguayo Petit convirtió en un remate ajustado, aunque con algo de ayuda de un Luca Zidane a medio vestir. Fue foco de críticas desde entonces, aunque no es el único responsable de una escuadra que encalla pronto y que da poco de sí.

Quedan pocas horas para el cierre del mercado y más de uno, si tuviera chequera, emprendería una revolución en el vestuario rojiblanco. No será así porque hay telarañas en la caja de caudales. En cualquier caso, vengan uno, dos o tres, lo preocupante es que aterrizarán en un ecosistema viciado, en el que da la sensación de que los más mayores envejecen con prisa y los más jóvenes se comportan en ocasiones como alevines.

Granada CF

Luca Zidane; Pau Casadesús, Oscar Naasei, Manu Lama, Pere Haro; Sergio Ruiz (Weissman, m. 96), Manu Trigueros (Alemañ, m. 56), Souleymane Faye, José Arnaiz (Pablo Sáenz, m. 56); Jorge Pascual (Rodelas, m. 56); y Bouldini (Hormigo, m. 84).

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CD Mirandés

Nikic (Juanpa, m. 46); Juan Gutiérrez, Postigo, Martín Pascual (Tamarit, m. 68), Iker Córdoba, Medrano; Bauza (Thiago, m. 68), Barea, Varela, Álex Cordero (El Jerabi, m. 83); y Carlos Fernández (Petit, m. 76).

  • GOLES:
    0-1, m. 49: Carlos Fernández, de penalti; 1-1, m. 73: Pablo Sáenz; 1-2, m. 85: Petit.

  • ÁRBITRA:
    Marta Huerta (comité tinerfeño). Expulsó a Pere Haro (m. 48). Amonestó a los locales Pere Haro (m. 35) y Bouldini (m. 76); y al visitante Iker Córdoba (m. 28).

  • INCIDENCIAS:
    Partido correspondiente a la jornada 3 de LaLiga Hypermotion, disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes ante 13.815 espectadores.

Pacheta guarda fama de valiente y sus alineaciones se impregnan de jugadores ofensivos. Otra cosa es que esta acumulación proporcione siempre un juego fluido. Así, de inicio reunió a lo mejor de sus adquisiciones ofensivas. Faye a la derecha, Arnaiz a la izquierda, Jorge Pascual omnipresente y Bouldini de referencia, con apenas un par de entrenos ya al ruedo.

Esta nueva banda lo intentó en la primera parte, aunque el único que llegó a chutar con cierta intención fue el almeriense, que se descuelga mucho al centro del campo para encarar desde allí, muy Benzema en sus gestos. Arnaiz dejó muestras de su calidad a balón parado, pero estuvo bien perseguido, con tolerancia por parte de la árbitra. Bouldini se peleó con todos, tratando de interpretar el papel de Boyé, como esas series que cambian al actor protagonista, pero a meta, nada. En el costado, Faye parecía un cabritillo suelto, tan escuálido que amagó con desmontarse en algún recorte, con decisiones algo torpes, como si a veces pensara más rápido que sus pies, aunque sea raudo de piernas.

El Granada continuó renqueando, como esos coches con alguna pieza defectuosa. Puede que fuera por una medular en la que le costó traficar a Manu Trigueros, al que se le desborda tanta tarea con solo un acompañante, Sergio Ruiz. A veces es una falta de conjunción, con líneas de pase erráticas, y otra simplemente es que aflora la falta de talento diferencial en zonas críticas. También concedieron bastante en algunos compases los nazaríes. Los Cármenes es un campo que aplaude fácil el esfuerzo y su equipo no está falto de voluntad de esforzarse, pero no basta con ello.

Pascual dejó el mejor detalle en este periodo, aunque el Mirandés se asomó con peligro en una acción de Varela y sobre todo en la que luego fue anulada por intervención del VAR. Un lanzamiento de Álex Cardero que experimentó una parábola diabólica, pero por el roce amigo en el codo de Bauza. Marta Huerta no lo captó en vivo, pero sí en las pantallas.

Las ‘gafas’ en el marcador sabían a dulce para un conjunto todavía raquítico, pero necesitaba más fútbol. Lo iba a buscar ante otro portero, porque entró Juanpa por Nikic, y cambiando de perfiles a Arnaiz y Faye, pero pronto vendría otra pifia monumental. La tercera expulsión consecutiva de la temporada, cuarta contando aquella en Santander de Neva ya con Pacheta.

A una desatención atrás después de un saque de banda le sucedió un centro al área y un gravísimo error de marca de Pere Haro, que ya iba con la amarilla a cuestas. Se zafó de él Carlos Fernández y el lateral le agarró con torpeza para evitar su lanzamiento limpio. Roja de libro. El propio sevillano ejecutó la pena para luego disculparse ante su antigua parroquia.

Una vez más, con diez y perdiendo, siempre dejando defensas en el camino. Pacheta, de nuevo indignado, reestructuró con Rodelas de carrilero zurdo, Alemañ en la sala de máquinas y Pablo Sáenz en la diestra. De pronto, varias llegadas seguidas enchufaron al Granada. Un buen centro de Chiqui, una secuencia mal sellada por Pedro, un chut torcido de Faye y la polémica de la velada. Vino de un impacto entre Bauza y Pablo Sáenz en el área de los jabatos que Marta Huerta consideró penalti, pero que, casi cuatro minutos después, entre conversaciones con la sala de las pantallas, acabó con cancelación.

El encuentro se ponía al rojo vivo y el Mirandés, astuto, trató de congelar las cosas, pero no contaba con una oleada letal de los locales. Faye electrificó por la izquierda, Alemañ peinó y pasó por el rancho Pablo Sáenz para encontrar la jaula.

De pronto, una brisa de ilusión entre el respetable, tan cerca la gloria como el fracaso. Faye dio otro servicio tremendo desde la izquierda, pero no apareció ninguna bota aliada.

Bouldini, exhausto, se marchó dejando paso a Hormigo, para que el punta fuera Faye, pero no hubo tiempo a chequear sus virtudes en vanguardia porque vino otro chasco. Un saque de banda larguísimo de Juan Gutiérrez, con brazos de jugador de rugby, le permitió a Petit anticiparse para dar una peinada que pilló fuera de foco a Luca Zidane, pitado por la grada con intensidad desde entonces, culpabilizado del lance.

Nueve minutos de añadido que Pacheta aprovechó para colar a Weissman, también silbado, veremos si en sus últimos segundos como rojiblanco. Abandonaría así un proyecto con mal color.