Después de nueve jornadas en carretera, la Vuelta a España da carpetazo a su primera semana de competición y el pelotón disfruta de una merecida jornada de descanso. Este primer ‘break’ ofrece a los equipos un punto de inflexión para valorar en qué punto se encuentran, como de encarrilados están sus objetivos y como mejorar o dar continuidad a sus respectivas estrategias de cara al tramo más decisivo de la ronda española.
En el caso particular del Decarthlon AG2R, estos objetivos van rumbo de terminar en buen puerto. Si bien es cierto que el listón está muy alto tras la segunda posición de Ben O’Connor (ahora ciclista del Jayco) en 2024, el equipo francés ha cuajado una primera semana de notable. Con Felix Gall quinto en la general y Bruno Armirail acariciando una victoria de etapa (y el maillot rojo) en Pal, ahora llega el momento de no decaer y conseguir prolongar estos buenos resultados en el tiempo.
Detrás del buen desempeño de un equipo en una Gran Vuelta hay mucho trabajo ‘invisible’. Desde la titánica preparación liderada por los directores deportivos hasta el más mínimo detalle pulido por los mecánicos durante la competición, existen muchos factores que explican el éxito o el fracaso de un proyecto. En un deporte en el que cada segundo cuenta, cuidar con mimo cada detalle es fundamental.
Gérald Bigot, mecánico del Decathlon AG2R La Mondiale, atendió a SPORT durante la etapa 8 de la Vuelta a España para desvelar algunos detalles fundamentales sobre su trabajo para el equipo francés.
El autobús del Decathlon AG2R, antes del inicio de la etapa 8 en Monzón Templario / A.T.
En una Gran Vuelta, el trabajo de un mecánico a lo largo de las tres semanas que componen la competición es exhaustivo. «Antes de cada etapa revisamos minuciosamiente cualquier detalle de las bicicletas, como la presión de los neumáticos o el estado de las baterías, antes de colocarlas en el techo de los coches del equipo. Durante la carrera seguimos a los corredores por si necesitan ayuda o tienen un problema mecánico y, al final, vamos al hotel para lavar las bicicletas y prepararlas con el ajuste necesario para la siguiente etapa», nos cuenta Gérald.
Tres modelos diferenciados para los diferentes perfiles de La Vuelta
Toda previsión es poca en una competición de tres semanas, por lo que el Decathlon AG2R acudió a Turín (punto de partida de la primera etapa) con 40 bicicletas Van Rysel. De toda esta flota, 24 de ellas son llevadas a cada etapa para tener cubierto cualquier imprevisto que pueda suceder a lo largo del recorrido.
Para la presente edición, el equipo del Decathlon AG2R La Mondiale trabaja con tres modelos diferentes de Van Rysel, cada uno con sus particularidades. «La XCR se utiliza para las etapas contrarreloj diseñada para la velocidad, máxima aerodinámica, con ruedas y manillar especiales; la RCR-F es una bicicleta de carretera aerodinámica para etapas llanas, muy rígida pero algo más pesada; y la RCR-R es la más ligera y con ruedas de perfil bajo, para etapas de montaña o uso polivalente», desvela Gérald.
Las Van Rysel, preparadas antes del inicio de la etapa 8 de la Vuelta a España / A.T.
Los diferentes modelos de Van Rysel no solo cambian según el perfil de las etapas, también en función de las necesidades de los ciclistas. «Cada corredor puede elegir su bicicleta junto al entrenador, los mecánicos y el área de rendimiento del equipo. Por ejemplo, Félix Gall utiliza la RCR-R la mayor parte del tiempo, mientras que, al contrario, Sander De Pestel prefiere la RCR-F».
Más allá de los tres modelos de bicicletas Van Rysel con los que el Decathlon AG2R compite en La Vuelta, los mecánicos trabajan día a día para realizar los ajustes necesarios con el objetivo de optimizar los resultados. «Para la etapa de Zaragoza, una jornada llana para sprinters, hemos apostado platos grandes (56-44) y ruedas de carbono aerodinámicas Swissside Hadron de 680 mm. Para una etapa de montaña, en cambio, la RCR-R es mejor porque es más ligera, con plato 54-40, cassette 11-34 y ruedas de 380 mm con cámara. En el resto de la carrera siempre usamos neumáticos sin cámara».
Plano detalle de la bicicleta utilizada por Bruno Armirail en la etapa 8 de La Vuelta / A.T.
Una estrategia minuciosa como respuesta a cualquier contratiempo
Una vez terminado el exhaustivo trabajo previo, llega el momento de estar preparado para actuar en caso de cualquier imprevisto. Gérald Bigot sube a uno de los coches del Decathlon junto con un director deportivo para acompañar a los ciclistas durante el transcurso de la etapa.
Ya en ruta, el mecánico del Decathlon AG2R permanece atento «a posibles caídas, pinchazos o cualquier tipo de problema». Los contratiempos pueden surgir de diferentes maneras, y es por eso que el equipo tiene previstos «protocolos distintos para ajustar nuestra respuesta según la situación«.
Parte de las bicicletas de repuesto del Decathlon AG2R destinadas para la etapa 8 / A.T.
No sólo es el que, también el cuando. Si un pinchazo ocurre en mitad de la etapa, Gérald nos cuenta que el protocolo consiste en «cambiar simplemente la rueda en momentos menos estresantes». Si ocurre en un momento crucial, como puede ser una fuga o los últimos 20 kilómetros, los mecánicos optan por «cambiar directamente la bicicleta para perder el menor tiempo posible».
El tiempo es, en definitiva, un elemento crucial. Cada segundo ganado o perdido puede marcar profundamente el desenlace de cada etapa y tener un impacto considerable en la clasificación general, por lo que es fundamental actuar con rapidez. «En general, un cambio de bicicleta supone aproximadamente 10-15 segundos de pérdida. Si cambiamos la rueda, en cambio son 5-10 segundos más».