Marc Libiano

Más de 236 millones de visualizaciones desde su estreno el pasado 20 de junio han confirmado a K-Pop Demon Hunters (Las guerreras K-Pop) en un auténtico fenómeno de masas. De hecho se ha convertido en la película más vista en la historia de Netflix, ha superado a éxitos anteriores como Red Notice en 2021.

Netflix adoptó una estrategia innovadora al estrenar la película en 1.750 salas seleccionadas, ofreció funciones al estilo karaoke, lo que le permitió recaudar entre 19 y 22 millones de dólares en tan solo un fin de semana. Esta acción marcó la primera vez en 18 años que la plataforma encabezó la taquilla en Norteamérica con una producción propia, superó incluso a grandes estrenos de Hollywood.

Las divas virtuales han arrasado el mercado, una banda ficticia de K-Pop, han roto moldes más allá de la pantalla. Su tema principal, Golden, se ha tornado un éxito global en plataformas musicales.

Rumi, Mira y Zoey, las tres integrantes de la formación, han colocado cuatro canciones simultáneas en el top 10 del Hot 100 (la lista de éxitos semanales de Billboard). Además, su mayor hit, Golden, repite en el número uno y ya acumula más de 430 millones reproducciones en Spotify.

La influencia de este movimiento de masas va mucho más allá del cine, se trata de un propósito social, en TikTok, la plataforma digital más popular del momento, sus creaciones musicales se bailan con una frecuencia inusual. Se trata de una banda sonora en la vida muchos y muchas jóvenes.

El contenido de la cinta explica cómo durante el día, el tridente de estrellas musicales cumplen con todas las responsabilidades de una auténtica influencer del K-Pop: cantan, bailan y enloquecen a miles de fans, tanto dentro como fuera de la pantalla. Pero cuando cae la noche, Rumi, Mira y Zoey asumen una misión mucho más arriesgada: combatir demonios al ritmo de la música, no solo para entretener, sino para proteger a la humanidad.

Las chicas compiten contra los Saja Boys, una banda recién formada de chicos de K-pop integrada por demonios destinados a robar las almas de sus fans y derrotar a Huntr/x.

Original de Sony

Las guerreras K-Pop no forman parte del extenso ramillete de originales de la plataforma de la Netflix, ésta se la compró a Sony, estudio que invirtió 100 millones de euros en su producción. Según el medio digital Puck, la compraventa se cerró en casi 20 millones. Existen críticos que consideran que el negocio para Sony no ha resultado rentable.

Durante el verano, la película de animación se ha mantenido entre los títulos más vistos en Netflix. Solo en la semana del 18 al 24 de agosto, acumuló 25,4 millones de visualizaciones, sumó un total de 236 millones desde su estreno el 20 de junio. Gracias a estas cifras, ha superado a Alerta roja (2021), el thriller protagonizado por Gal Gadot, Ryan Reynolds y Dwayne Johnson, en el ranking de los contenidos más vistos.

Netflix aspira a que Las guerreras K-Pop derive en su propia Frozen, y para ello ya ha puesto en marcha dos secuelas, un cortometraje y una adaptación teatral en formato musical. Oficialmente, Netflix y Sony confirmaron que han comenzado las negociaciones para una segunda entrega, aunque por ahora no se han revelado más detalles.

La cinta la han dirigido dos clásicos de la industria de la animación, Chris Appelhans y Aggie Kang. El proyecto provoca una fácil relación con el fenómeno fan, que rápidamente se ha identificado con los personajes. Las actrices Arden Cho, May Hong y Ji-young Yoo dan voz a Rumi, Mira y Zoey.

Varios productores de la industris musical se han comprometido con la banda sonora completa de la película, que conserva una vigencia extraordinaria en las plataformas. Han alimentado un proyecto que mezcla cine, música y cultura pop.

La rumorología

El fervor que provoca la película ha alimentado la rumorología. Hasta el punto que Netflix quiere convertir a Las guerreras K-Pop en una saga de primer orden, con proyectos que irían desde un live-action hasta un musical de Broadway que llevaría a los escenarios los grandes temas de las HUNTR/X y los Saja Boys. Por ahora, todo se encuentra en fase de gestación, aunque el impacto que ha generado el producto ha derribado cualquier tipo de expectativa optimista. Ha nacido un fenómeno que parece irrepetible por calado y por su capacidad de ingresos.