No ocurre cada día, y menos, en el clima de tensión que ha arropado las presentaciones de las grandes películas del Festival de Venecia. Hablo del amor, del cariño visible que comparten los miembros de un equipo, entre ellos y para con el público que les atiende. Y sí, en la rueda de prensa de la magnífica ‘Father Mother Sister Brother’ se ha respirado afecto, tranquilidad y honestidad. Incluso se ha hablado abiertamente sobre las contradicciones de la industria del cine independiente ante el genocidio de Gaza. Pero del encuentro, quedarán para la historia las teorías y anécdotas compartidas por Cate Blanchett, Charlotte Rampling y Vicky Krieps.

En los créditos de la película figuran también Adam Driver y Mayim Bialik, Indya Moore y Luka Sabbat, Tom Waits y Françoise Lebrun. Pero Krieps, Rampling y Blanchett son las integrantes, madre y hermanas, de la familia muy británica que protagoniza la segunda historia dentro de la antología en tres partes de Jim Jarmusch. La madre (Rampling), una dama y escritora de best-sellers, invita una vez al año (y sólo una) a sus hijas, bien avenidas pero algo desapegadas, a tomar el té a media tarde.

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‘Father Mother Sister Brother’ (Jim Jarmusch, 2025)

Ocupan todo el fragmento los detalles de una conversación –incómoda, de ironía deliciosa– alrededor de una mesa con pastas: cuántas pastas ha tomado cada una, quién está más nerviosa a cada instante. En esta “película de anti-acción” del responsable de ‘Coffee & Cigarettes’ o ‘Paterson’ (de ambas toma inspiración ‘Father Mother Sister Brother’), la receta del éxito de una secuencia tan simplísima depende, en gran medida, de la química entre actrices.

Vicky Krieps: «Cate [Blanchett] tenía que matarme. Y yo estaba feliz»

“No sé si te acordabas de mí”, ha reconocido Vicky Krieps a Cate Blanchett para traer de vuelta el momento en que se conocieron. Era en el set de ‘Hanna’, de Joe Wright (2011), en el segundo “trabajillo” de Krieps como actriz, cuando aún estudiaba en la universidad de Zurich. Krieps ha explicado cómo, de hecho, trató de basar su tesis (sobre el papel de la intuición y la empatía entre el público) en las vivencias que iba teniendo al rodar, “aunque me riñieron, me dijeron que eso no era una tesis sino unas memorias, y que sólo quienes ya tenían un nombre podían escribirse unas memorias”.

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Lo que no podía perder era la oportunidad de incluir a Cate Blanchett –de la que según dice, sigue prendada– en su investigación: “Sólo pasé unos días en aquel rodaje. La veía trabajar y me impresionaba su compromiso. No sabía que el cine implicaba tanto esfuerzo, de tanta gente, trabajando tan duro”. El gran día finalmente llegó: “Hacía un frío helado, pero nadie se iba a casa”. Tocaba rodar su gran escena: un fragmento en que su personaje, Johanna Zadek, muere por el disparo de Cate Blanchett, tumbada fuera de plano. “Cate tenía que matarme. Y yo estaba feliz”, ríe Krieps, porque “me alegré de que realmente apareciera para hacerlo ella misma. Pensaba que no vendría, que estaría demasiado concentrada en la cámara…”.

Blanchett, sonriendo de oreja a oreja tras unas enormes gafas de sol, la ha interrumpido con suavidad: “Fue un placer”. “Sí, fue muy bonito”, respondía Krieps. Tras lo que la actriz, doble oscarizada por ‘El aviador’ y ‘Blue Jasmin’, ha interrogado a Jim Jarmusch, que las miraba risueño: “Jim, ¿fue por este momento que decidiste que debíamos hacer de hermanas?”. La sala de prensa ha estallado en una carcajada.

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Charlotte Rampling: «Todas las películas de Jim Jarmusch son profundamente amorosas»

En la química está el buen pan, una máxima que Charlotte Rampling (‘45 años’) abraza. “Esta es una película sobre el ‘no sé’”. Explica que cuando preguntó a Jim Jarmusch de dónde salía la idea de una antología de reuniones familiares diferentes-aun con paralelismos, el director le respondió: “No sé”. Ni idea, pero le apetecía. “Es muy poco común, pero los actores nos convertimos con él en directores de la película”. La idea de Rampling se emplea a menudo como cliché, pero la actriz se ha explicado.

“Entiende perfectamente qué significa ser auténtico, en su cine no hay artificios. Se trata de aportar cada una lo que ya tiene, cómo bien puede”. “No lleva un manual de instrucciones”, arguye la veterana. “Es sólo Jim, entregándose por completo. Por ello, todas sus películas son en el fondo profundamente amorosas”. Lo corroboramos: desde su debut con la epopeya de loosers de ‘Extraños en el paraíso’ (1984) hasta ‘Sólo los amantes sobreviven’ (2013) y pasando por ‘Flores rotas’ (2005); todo el cine de Jarmusch pone el corazón en el centro.

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Cate Blanchett no podía estar más de acuerdo: “Cuando le preguntábamos a Jim, ‘¿Pero qué está pasando ahora? ¿Qué significa esto?’, él nos respondía: ‘No sé, no sé. Esperaba que tú me lo dijeras’”. Eso implica que la fuerza de la secuencia se encuentra fuera de su significado, o intención: “Me doy cuenta de que debe escribir en una especie de flujo de conciencia, de manera musical. Y luego son los actores quienes le ayudamos a dar sentido a todo. No es que no tenga sentido al leerlo”, claro, pero los “universos disparatados, graciosísimos y raros” de su cine nacen de “una hondura y una poesía particular”.

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Jim Jarmusch: «Es mucho más difícil prestar atención a un gesto que enfrentarte a cien zombis»

Blanchett trataba de resumirlo así: “Nosotros, los actores, siempre intentamos bajar a tierra, atrapar el significado, mientras que él permite que todas esas conexiones extrañas no tengan por qué encajar en un sentido ordinario. Lo cual, viendo el estado del mundo, es de agradecer”. Muy humilde a pesar de lo radiante de su cabellera blanca y gafas de sol, Jim Jarmusch se ha excusado: “Yo simplemente he tenido mucha suerte y, como decía David Lynch, he abrazado los errores y los accidentes, y he estado abierto al cambio”.

La actriz, en cualquier caso, ha insistido en que lo pequeño no siempre es fácil: “Parece que sólo estamos en una habitación hablando, pero yo volvía a casa después del rodaje agotada”. Jarmusch concuerda: “Esta película era muy delicada. Es mucho más difícil prestar atención a un gesto, a un parpadeo, a la manera de decir una palabra, que enfrentarte a cien zombis saliendo de un tren”, en referencia a ‘The Dead Don’t Die’, su anterior película. La vida ordinaria “exigía mucha más precisión”. La matemática se entrevé en el film final, aunque no quita un ápice de realismo a las reuniones familiares… De palabras y distancias frías, muy calculadas.

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Indya Moore ha intervenido, con una teoría: “Yo creo que ‘Father Mother Sister Brother’ representa diferentes perspectivas del amor. Pienso que el amor en esta película está en todas partes. Que todo depende de cómo lo nombres o de qué te llame la atención. Pero incluso cuando se aborda el duelo… Existe el amor bajo la forma del duelo, y el amor como alegría. Y me parece realmente hermoso ver esas perspectivas sobre el amor en mi cabeza, pero todavía más hermoso ver cómo van cambiando según cómo Jim cuenta sus historias”. En fin, mucho amor del verdadero hoy en el Lido.

Headshot of Mariona Borrull

Especialista en películas de estreno y series de actualidad, festivales internacionales y todas las novedades de cine de autor. Se graduó en Comunicación Audiovisual en la Pompeu Fabra, en el área de Análisis y crítica.

Lleva seis años escribiendo reseñas y cubriendo noticias en Fotogramas, es la firma semanal de cine en Tot és Comèdia de SER Catalunya y Va de Cine de Radio 4, y colabora regularmente en Gara, El Cultural y SensaCine desde el festival de Cannes, Venecia y Berlín. Se ha colgado la medallita por ser la segunda persona de España en recibir el distintivo Berlinale Talents como periodista.

Le apasionan las series (habla de ellas en Plaça Tísner de Betevé) y el anime, del que escribe en Serielizados y al que da vueltas en el podcast Sopa de Miso, de la misma revista. Podréis leer sus artículos sobre videojuegos indie en la revista LOOP, de GameReport, y ha publicado un capítulo en el libro “Pier Paolo Pasolini. El grito que no cesa” (Semana Internacional de Cine de Valladolid y Caimán, cuadernos de cine, 2022).

Es parte del comité de programación del Festival l’Alternativa de cine independiente de Barcelona, para quienes también lleva la prensa. Desde el año pasado, programa películas sobre vino en el Festival Most. Le veréis como participante y coordinando actividades educativas alrededor del cine, en colaboración con ciclos, festivales y escuelas como La Casa del Cine o ESCAC. Hoy se gana el sueldo, también, como docente de Narrativa Audiovisual en el Grado de Videojuegos de la Universitat Politècnica