Sánlucar de Barrameda, un pueblo gaditano con el encanto de una aldea de pescadores, los alrededores salvajes del Parque Nacional de Doñana y rincones auténticos de los que ya quedan pocos, como la playa de Bajo de Guía, es el lugar donde Rochi Laffón, la creadora de contenido y una de las mejores amigas de Victoria Federica de Marichalar, nos enseña la casa en la que ha pasado los veranos de su infancia y ha construido recuerdos esenciales de su vida. Hija del empresario hispalense Manuel Laffón Parias y de Rocío Molina Montes, también es profesora y amante de los caballos, lo que la unió a la nieta del Rey Emérito en una amistad que se ha convertido en íntima.
© Esi SeilernVuelta a las raíces: Rochi, en el porche de la casa familiar de Sanlúcar de Barrameda
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-Esta casa tiene una gran historia detrás. Cuéntanos qué significa para vosotros.
-Es una casa muy especial para mi familia. Está en primera línea de playa, en Sanlúcar de Barrameda, y siempre ha sido un punto de encuentro para todos. Era de mi tía abuela Carmen Laffón, que además de ser una figura muy importante en el mundo del arte, Premio Nacional de Artes Plásticas y académica en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, fue como una abuela para mí. Aquí hemos pasado todos los veranos en familia desde que tengo memoria, y seguimos viniendo siempre que podemos. La casa está llena de recuerdos, de conversaciones largas, de comidas con amigos y familia…
“Mi tía fue como una abuela para mí. Y Sanlúcar de Barrameda siempre ha sido un punto de encuentro para todos”
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-Háblanos de la figura de tu tía abuela, ¿qué influencia crees que ha tenido en ti?
-Mi tía fue una referencia en muchos sentidos. No solo por su trabajo como pintora y escultora, que era increíble, sino por cómo vivía. Su sensibilidad, su manera de mirar el mundo, su amor por Sanlúcar y por la luz de esta tierra… Era muy discreta, muy observadora, y tenía una manera de ver la belleza en lo más simple. Siempre la he admirado muchísimo.
© Esi SeilernVuelta al romanticismo: la casa, pensada para pasar todo el verano, está decorada con un estilo tradicional y romántico
© Esi SeilernSobre el sofá, ‘Homenaje a John Ford’, de Carmen Laffón
-¿Qué recuerdos de infancia has construido en este jardín?
-Tengo recuerdos infinitos, todos muy ligados a mi familia paterna. Esta casa ha sido siempre el punto de encuentro con mis primos, que para mí son como hermanos. Pasábamos los días entre juegos, playa, piscina, comidas largas y sobremesas eternas con amigos de toda la vida. Todo estaba lleno de vida y lo sigue estando.
© Esi SeilernDetalles del salón con dos obras de Carmen Laffón
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© Esi SeilernRochi en uno de los dormitorios de la vivienda, con ‘Lirio sobre Doñana’, de Laffón
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-¿Y qué diferencia hay con los veranos ahora?
-De pequeña los veranos eran más caóticos: todos los primos éramos pequeños. Ahora son más tranquilos, pero sigue esa esencia familiar y alegre; además, ahora hay una nueva generación de sobrinos (hijos de mis primas Inés y Patricia Laffón). Sigo viniendo siempre que puedo y lo disfruto muchísimo. Estar aquí me permite parar, desconectar del ritmo del día a día y reconectar con lo importante.
«Ser profesora siempre ha sido mi vocación. Exige estar presente, escuchar y acompañar. Cuando haces cosas que te apasionan, encuentras el tiempo»
© Esi SeilernLa colección de niños de cabezas de bronce, también obra de la artista, tía de Rochi
-La casa estará llena de piezas de decoración familiares. ¿Cuál es la más especial que conserváis?
-Las obras de mi tía, sin duda. Están muy presentes y no solo por su valor artístico, sino porque nos recuerdan a ella.
© Esi SeilernEl huerto de la casa, que también cuenta con un pequeño invernadero donde se cultivan algunas verduras, como tomates y berenjenas
© Esi SeilernLa cocina, con una alacena andaluza tradicional, por la que entra luz natural a raudales
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-¿Cuál es tu rincón favorito?
–El porche. Da al mar y tiene una luz preciosa a cualquier hora del día. Es un sitio que me da calma.
«La casa está llena de recuerdos, de conversaciones largas, de comidas con amigos y familia»
© Esi SeilernAmor por la tierra: Rochi, en el huerto que dispone la casa, situada en primera línea de playa
-¿Qué planes te gusta hacer cuando vienes?
-Bastante simples; paseos largos, comer bien, pasar tiempo con la familia… Sanlúcar tiene un encanto muy especial; su luz, su gente, su ritmo. Me gusta recibir a amigos y disfrutar de este paraíso con ellos; visitar el Coto de Doñana, dar un paseo a caballo por la playa, tomar una copa en la Plaza del Cabildo, salir a cenar a Bajo de Guía o, simplemente, estar en casa.
«La casa gaurda esa esencia familiar y alegre. Además, ahora hay una nueva generación de sobrinos. Todo está lleno de vida»
© Esi Seilern
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-¿Quiénes os soléis reunir?
-Normalmente viene mucha gente. Mi familia es grande y nos encanta reunirnos aquí. Además, siempre hay amigos que se suman. Es una casa donde todo el mundo se siente bienvenido.
«Estar aquí me permite parar, desconectar del ritmo del día a día y reconectar con lo importante. Paseos largos, comer bien…»
© Esi Seilern
-Además de ser creadora de contenido, trabajas en un colegio en Madrid. ¿Cómo está siendo la experiencia?
-Ser profesora siempre ha sido mi vocación. Es un trabajo que me exige estar presente, escuchar y acompañar. Me da mucho equilibrio y me ayuda a no perder el foco de lo importante. Además, me enseña cosas nuevas cada día.
«Aquí tengo recuerdos infinitos, todos ligados a mi familia paterna. Cuando todos mis primos éramos pequeños, pasábamos los días entre juegos, playa y piscina»
© Esi Seilern
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-Tras un merecido descanso en agosto, tocará volver a empezar. ¿Es fácil compaginar ambas ocupaciones?
-Cuando haces cosas que te apasionan, encuentras el tiempo. Es cuestión de hallar el equilibrio.
«Sanlúcar tiene un ritmo muy especial. Me gusta recibir a amigos y disfrutar de este paraíso con ellos»
© Esi SeilernA pie de playa: la playa de Sanlúcar, frente al Coto de Doñana, es un enclave único
Aires románticos
Colores naturales, estampados de flores, objetos especiales guardados en la familia… Los ecos campestres y la orilla del mar confluyen en estas piezas de bucólico encanto.
© EtsyJarrón de Etsy (68,60 €)
© Maisons du MondeSombrero de rafia, de Maisons du Monde (21,99 €)
© Lyba textilesServilleta, de Lyba textiles (c.p.v)
© AuctionetColumna decorativa, de Auctionet (329 €)
© Giambattista ValliVestido, de Giambattista Valli (2.950 €).
© Marocha HomeFrutero de esparto, de Marocha Home (60 €)
© MopecLibreta, de Mopec (12,20 €)
© PamonoReloj de pared, de Pamono (666 €)
© La ToneladaCojín, de La Tonelada (28 €)
© 1stDibsTaburete, 1stDibs (6.500 €)
© Bordallo PinheiroSopera, de Bordallo Pinheiro (141 €)
© Real Fábrica EspañolaCuenco, de Real Fábrica Española (22,90 €)
© El Corte Inglés HomeIndividual, de El Corte Inglés Home (9,95 €)
© Baobab CollectionAmbientador, de Baobab Collection (130 €)
© Leroy MerlinCopa, de Leroy Merlin (59,99 € el pack de 6)
© The HoardeSofá, de The Hoarde (9.264 €)
© EtsyBusto, de Etsy (c.p.v.)